Danay Su¨¢rez, la rapera cubana de Cristo
El triunfo de una cantante salida del ¡®underground¡¯ habanero y renacida evang¨¦lica
A Danay Su¨¢rez (La Habana, 1985) no la aceptaron en el Instituto Superior de Arte. Si le hubieran dado acceso al sistema de carreras art¨ªsticas de Cuba, tal vez no hubiera sido una rapera independiente fascinada por Bob Marley, ni firmado por la compa?¨ªa Universal Music ni tal vez conocido a Jesucristo.
Reci¨¦n estrenado su tercer disco, Palabras manuales, Su¨¢rez, con un pie en la isla y otro, m¨¢s laboral, en Miami, es desde hace a?os una voz femenina relevante de la nueva hornada de la m¨²sica cubana. Pero su nombre ha sonado m¨¢s desde que el 25 de febrero gan¨® un premio del festival Vi?a del Mar, Chile, tras cambiar sin aviso la canci¨®n prevista e interpretar otra con un subtexto metaf¨®rico de dogm¨¢tica cr¨ªtica al aborto ¡ª¡°un sendero derecho al homicidio¡±, ¡°ancha es la puerta que conduce al perdedero¡±¡ª en el contexto de un proyecto de ley chileno para la interrupci¨®n del embarazo. Al recibir el galard¨®n, dijo: ¡°Hoy se ha librado una guerra espiritual para la salvaci¨®n de Chile¡±.
Lejos de su arrebatada actitud de Vi?a del Mar, la cantante explicaba el pasado mi¨¦rcoles al terminar un concierto en una peque?a sala de Miami los motivos de su chocante pronunciamiento moral. ¡°No tengo m¨¢s que decir que fui una muchacha que tuvo dos abortos y que no tengo prejuicio en tocar el tema. Yo no ando con fachadas por la vida. Soy lo que soy y lo expreso con mi m¨²sica¡±.
?Y qu¨¦ es Danay Su¨¢rez? No es f¨¢cil definirlo, empezando por su arte, que ella adjetiva con sencillez: ¡°Una voz vers¨¢til¡±. El mi¨¦rcoles sobre el escenario son¨® a hip-hop, a reggae, a m¨²sica cubana, jazz, rythm and blues, y hasta cant¨® en hebreo. Es una Mala Rodr¨ªguez por temperamento rapero, una jamaicana de tempo sensual e hipn¨®tico, la vocalidad l¨ªrica de Alicia Keys, Kanye West habl¨¢ndole al Se?or pero sin querer formar una iglesia a su alrededor. ¡°Siempre he vivido en mi propio mundo¡±, dijo Su¨¢rez, un universo musical en s¨ª mismo con un traum¨¢tico cable a tierra: sus abortos. Uno a los 22 y otro a los 23, ambos voluntarios.
¡°Estaba joven y no quer¨ªa tener hijos por aquel tiempo. Son cosas que a una mujer la marcan mucho. Para m¨ª es como haber cometido un asesinato¡±, ahond¨® la cantante, con un bonito vestido azul ¨C¡°elegante y correcto¡±¨C cerrado en el cuello y de falda hasta los pies. Hablando pausado, cont¨® que no fue hasta hace un a?o cuando tuvo su revelaci¨®n en un atardecer solitario en Miami: ¡°Acept¨¦ a Cristo en mi coraz¨®n como salvador. Lo decret¨¦ con mi boca. Enseguida me empez¨® a entrar un calambre, un fr¨ªo en todo mi cuerpo, como si se estuviesen rompiendo cadenas. Y me sent¨ª limpia, transparente como una ni?a¡±, dice Su¨¢rez, que ahora asiste en esta ciudad a una iglesia denominada Sanando las Naciones.
Sonr¨ªe cuando se le menciona el underground habanero, su escuela de la calle all¨¢ por el cambio de siglo cuando en Cuba los j¨®venes ensayaban por su cuenta el hip-hop. Sin recursos pero con intensidad, pura Habana, a los 19 a?os hab¨ªa grabado su primer ¨¢lbum, Polvo de la humedad. Entr¨® en contacto con m¨²sicos de jazz. Rechazada por el Instituto Superior de Arte, vio en la televisi¨®n un anuncio de una compa?¨ªa de canto l¨ªrico, se apunt¨® y durante tres a?os haciendo de soprano o en coros aprendi¨® solfeo y armon¨ªa. Entretanto estudi¨® una carrera que no satisfizo sus ansias art¨ªsticas y morales: Computaci¨®n.
Pero la t¨¦cnica no fue balad¨ª en su vida. Siendo muy ni?a empez¨® a o¨ªr y modular su propia voz con una grabadora que le regal¨® su madre. Y su padre, ¡°un ingeniero en refrigeraci¨®n doctorado en la Uni¨®n Sovi¨¦tica¡±, le trajo desde all¨ª su primer disco de Marley. Una radio providencial en tiempos de penuria nacional le educ¨® el o¨ªdo con sonidos locales como el bolero, el filin o el danzonete. Acompa?ada por el genio rastafari y la m¨²sica cubana, Danay Su¨¢rez creci¨® ¡°feliz en un edificio apuntalado", recuerda; "siempre en peligro de derrumbe¡±.
Babelia
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