Poes¨ªa y bacalao en la tierra de hielo y fuego
Jon Kalman Stef¨¢nsson habla en Islandia de su desgarrada trilog¨ªa de novelas sobre la isla, que se cierra con ¡®El coraz¨®n del hombre¡¯
La mujer alta invita a seguirla al p¨¢ramo en medio de la violenta granizada para ver el nido de un cuervo. En Islandia nunca est¨¢s lejos de la naturaleza, ni de la leyenda. Ragnheidur Jonsd¨®ttir, a la que en mala hora le he comentado mi inter¨¦s por las aves, es la pastora luterana de Mosfellskirkja, la esbelta iglesia que se alza en una colina en el valle de Mosfallsdalur, a unos 12 kil¨®metros al este de Reikiavik, justo donde estaba la granja en la que naci¨® el Nobel?Halld¨®r Laxness, el hombre que escribi¨® que nadie puede sobrevivir en Islandia si no tiene alma de poeta. Subiendo la ladera vecina de roca volc¨¢nica cubierta de pedrisco se puede asomar uno a la grandiosidad estremecedora y fantasmag¨®rica del paisaje island¨¦s: monta?as de una fisonom¨ªa aparatosamente bella y cruel, hielo y fuego, como si no bastara matarte de una sola manera. Estamos aqu¨ª para sumergirnos un poco en el ambiente de las novelas de Jon Kalman Stef¨¢nsson (Reikiavik, 1963), del que se acaba de publicar en Espa?a El coraz¨®n del hombre, que culmina la trilog¨ªa compuesta por Entre cielo y tierra y La tristeza de los ¨¢ngeles (todas en Salamandra). Se trata de una serie de excepcional lirismo y desesperanzada hermosura sobre la dur¨ªsima vida de un variopinto grupo de personajes en la Islandia rural y pescadora del siglo XIX. La lucha descarnada con los inmisericordes elementos ¨Cel mar, la nieve, la ventisca- es el centro de algunas de las p¨¢ginas m¨¢s inolvidables y conmovedoras de la trilog¨ªa y a peque?a escala, en este d¨ªa ¨¢spero y helador, es f¨¢cil compartir las penalidades que se narran en los libros, sobre todo si eres de natural friolero.
El desplazamiento permite adem¨¢s observar a Stef¨¢nsson pasear entre las tumbas dispersas alrededor de la iglesia, algunas de las cuales pertenecen a ni?os. En las tres novelas, que conjugan poes¨ªa y un realismo digno de Flaherty, met¨¢foras y bacalao, la muerte es omnipresente, como en esa sociedad que se retrata, en la que la vida del ser humano era breve y ¡°bastaba que el cielo cambiara de color para que llegara a su fin¡±. Una de las escenas m¨¢s impactantes es la del traslado en trineo de una mujer difunta metida en un precario ata¨²d casero a trav¨¦s del que se filtra un insidioso olor a carne de cordero ahumada. A otro personaje, ahogado, lo entierran con su chaquet¨®n de marino por si en el m¨¢s all¨¢ ha de volver a salir al mar. Mientras cae la tarde, una melancol¨ªa espesa (y fr¨ªa) se adue?a del lugar hasta que las campanas de la iglesia despiertan repentinamente con un vivo rebato que ahuyenta a una colonia de estorninos refugiados en el campanario. Las aves salen volando y parece que un hechicero arrojara sus runas negras en el cielo.
Una de las escenas m¨¢s impactantes es la del traslado en trineo de una mujer difunta metida en un precario ata¨²d casero
¡°Es un invierno raro, tendr¨ªa que haber mucha m¨¢s nieve¡±, ha explicado por la ma?ana Stef¨¢nsson en Reikiavik mientras recorr¨ªamos el puerto, camino del Museo Mar¨ªtimo. El autor, enjuto pero muy atractivo, con ese aire de ascetismo curtido de los escandinavos, tiene unos ojos azul¨ªsimos que parecen dar acceso directo al mundo g¨¦lido de sus novelas. Pasamos junto al guardacostas Odinn y Stef¨¢nsson recuerda c¨®mo sus h¨¦roes de ni?o eran los marinos que libraron las desiguales guerras del bacalao con Gran Breta?a. En el museo hay muchas cosas que parecen de las novelas, como el diorama que muestra los secaderos de pescado (los bacalaos preparados tienen forma de alas de ¨¢ngel) o las viejas barcas de remo en las que los pescadores se aventuraban en un mar pasmoso. En la cafeter¨ªa donde nos sentamos para hablar ¨Cy donde por suerte no sirven frailecillo-, suena un fado, que para Stef¨¢nsson, admirador de Saramago, no est¨¢ para nada fuera de lugar.
?De d¨®nde vienen esas historias terribles y maravillosas de la trilog¨ªa? ¡°Es dif¨ªcil trazar el camino de las ideas y de las palabras¡±, responde el escritor, ¡°decir d¨®nde comenz¨® todo; en realidad la mayor¨ªa de mis historias empiezan a tener sentido cuando las escribo y entonces adquieren vida propia¡±. Pero son cosas que habr¨¢ escuchado en alguna parte, muchas tienen la apariencia de provenir del folclore e incluso de las viejas sagas. ¡°Es curioso que sois los extranjeros los que percib¨ªs esos paralelismos. Probablemente desde fuera se ven mejor esas influencias. Nunca pienso en la historia de Islandia. Pero es cierto que esos materiales, esos relatos impactan en nosotros, tal vez de una manera inconsciente¡±. La trilog¨ªa est¨¢ llena de espectros, fantasmas, ahogados, el murmullo de los difuntos en las oquedades de la tierra, el fjorulalli, esa especie de oveja marina que enga?a a los marinos para ahogarlos. ¡°Las historias sobrenaturales son muy corrientes en la isla y siempre est¨¢n presentes. En parte por c¨®mo es Islandia, los fen¨®menos de la naturaleza, el tiempo, la oscuridad. Ha sido a la vez una bendici¨®n y una maldici¨®n lo aislados que hemos estado tantos a?os¡±.
La trilog¨ªa tiene algo de realismo m¨¢gico congelado, incluido ese Macondo de fiordo y playas negras que es Lugar, el centro geogr¨¢fico de la trama. Stef¨¢nsson r¨ªe quedamente mientras le alcanza un inesperado rayo de sol a trav¨¦s de la vidriera que da al puerto, poniendo de relieve lo rojizo de su corta barba y una vena azul en la sien que parece un glaciar: fuego y hielo. ¡°Aqu¨ª es natural creer que la realidad no es algo fijo. Es importante darse cuenta de que no entendemos el mundo en toda su complejidad. Aquellos que se han autoconvencido de que lo sabemos todo tienden a ser personas peligrosas, como Trump. La literatura nos ayuda a ver que hay mucho m¨¢s que realidad¡±. El escritor a?ade que el realismo m¨¢gico latinoamericano fue muy popular en Islandia y ha tenido mucha influencia en los autores de la generaci¨®n anterior a la suya. ¡°Pero hay mucho realismo m¨¢gico ya en las propias historias islandesas. Y Borges lo entendi¨® as¨ª¡±.
Precisamente, la trilog¨ªa de Stef¨¢nsson , con sus hermosas met¨¢foras (la nieve: ¡°las l¨¢grimas de los ¨¢ngeles¡± y ¡°la tristeza de los ¨¢ngeles¡±), parece hacer abundante uso de las kenningar, las figuras ret¨®ricas de los escaldos, los antiguos poetas n¨®rdicos. ¡°El idioma island¨¦s se ha moldeado mucho por la poes¨ªa. La poes¨ªa siempre ha sido muy rica y fuerte, y respetada, en Islandia. Se puede decir sin exagerar que durante siglos solo se escribi¨® poes¨ªa en la isla y no prosa. Eso nos ha dejado una herencia de amor a la palabra, de b¨²squeda de su sonoridad, que digan mucho m¨¢s de lo que son. Hay una fuerza muy poderosa y arcana en las palabras. Mientras haya palabras habr¨¢ vida¡±.
La amistad es uno de los temas fundamentales de la trilog¨ªa, tambi¨¦n la enemistad. ¡°Somos expertos en pelearnos, desde el principio. Hubo un grupo de islandeses que emigraron a Winnipeg a finales del XIX y decidieron publicar un peri¨®dico en island¨¦s, pero hubo tanto desacuerdo que acabaron editando dos. Supongo que una sociedad tan peque?a como la nuestra hubiera muerto de aburrimiento si no fuera por pelearnos¡±. Sorprende en los personajes de su trilog¨ªa el ansia de conocimiento y de libros. ¡°La sociedad islandesa siempre ha sentido curiosidad por lo que hay m¨¢s all¨¢ del horizonte y del mar. El peligro de una cultura tan aislada era que al final se diluyera y muriera, dejara de crear, pero no ha sido as¨ª¡±. La propia escritura de Stef¨¢nsson, como sus personajes, muestra influencias de la gran literatura universal: Shakespeare, Milton, Melville. ¡°Ninguna cultura es fuerte si no acepta la influencia de otras. Siempre hemos tenido gente inquieta aqu¨ª, como nuestro primer poeta nacional Matthias Jochumsson, autor del himno, que fue pastor luterano y aprendi¨® ingl¨¦s el solo en su granja traduciendo a Shakespeare. Tanto un idioma como una sociedad necesitan a personas as¨ª. Una sociedad que no mira hacia afuera y no traduce es tan est¨²pida como peligrosa. Es significativo que mientras el 40 % de lo que se publica en Francia son traducciones, en EE UU solo lo es el 1,5 %. Por eso ha ganado Trump¡±.
¡°Las historias sobrenaturales son muy corrientes en la isla y siempre est¨¢n presentes. En parte por c¨®mo es Islandia, los fen¨®menos de la naturaleza, el tiempo, la oscuridad"
En cuanto a las influencias en su trilog¨ªa, el autor las reconoce sin ambages, como la de Moby Dick o la de Shakespeare. ¡°Evidentemente todo aquello que uno ha le¨ªdo encuentra un camino a sus propias p¨¢ginas¡±. ?Y qu¨¦ hay de los componentes autobiogr¨¢ficos en el relato? ?Cu¨¢nto hay en el innominado muchacho hu¨¦rfano, el protagonista, del propio Stef¨¢nsson? ¡°Me conozco muy mal a m¨ª mismo, incluso me sorprende verme en el espejo. Me parece mucho m¨¢s interesante el mundo que mi yo. Dicho esto, por supuesto que hay algo m¨ªo en el muchacho ¡°. ?Ha vivido alg¨²n momento peligroso como los que afronta ¨¦l? ¡°A los 15 a?os me embarqu¨¦ en un pesquero, me mare¨¦ tanto que deseaba que nos hundi¨¦semos para acabar de una vez con el sufrimiento. Pero, claro, eso hubiera sido mucho peor¡±.
?Va a haber una cuarte entrega? El final de El coraz¨®n del hombre parece muy abierto, ?nos va a dejar as¨ª? ¡°Ha habido mucho debate en Islandia sobre ese final. Pero mi idea es que la cuarta novela ya est¨¢ escrita: en la mente del lector¡±.
?Qu¨¦ sentimiento hay hacia la idea de Europa en Islandia? ¡°Creo que la mayor¨ªa de islandeses nos vemos como europeos, pero Islandia est¨¢ litermante partida entre Europa y Am¨¦rica, como sabes, por la falla tect¨®nica. Y en muchos aspectos somos m¨¢s americanos que el resto de los europeos. En todo caso, lo que sobre todo somos es islandeses, isle?os. Y los isle?os siempre tienen dificultades para verse plenamente parte de un grupo m¨¢s grande¡±. Lo que indudablemente son es los europeos m¨¢s antiguos. ¡°S¨ª, hablamos casi el mismo idioma de hace mil a?os. Eso no significa que tengamos que estar en el centro de la UE. Yo no confiar¨ªa en nosotros para liderar nada. Nuestro reciente ¨¦xito en el f¨²tbol se debi¨® a tener un entrenador sueco que nos organiz¨®. Los islandeses no sabemos lo que es la organizaci¨®n¡±.
¡°Aqu¨ª es natural creer que la realidad no es algo fijo. Es importante darse cuenta de que no entendemos el mundo en toda su complejidad"
La naturaleza es omnipresente en sus novelas. ¡°Islandia es solo naturaleza. Por mucho que los islandeses estemos muy encima de las novedades tecnol¨®gicas y todos los ni?os de m¨¢s de 10 a?os tengan iphone, la naturaleza aqu¨ª lo decide todo. Puede ser muy hermosa y mortal a la vez. Esa monta?a que ves justo ah¨ª fuera, Esja, provoca muchas muertes cada a?o¡±. En ese ambiente, parece l¨®gico que haya hecho cartero a uno de sus protagonistas. En buena parte la trilog¨ªa es la saga del muchacho pero tambi¨¦n la saga del cartero. En el Museo Nacional puede verse una vitrina dedicada al viejo servicio postal (Landp¨®star), que arranc¨® en 1782, con un zurr¨®n y un cuerno como los del grandull¨®n Jens, y patines de hueso. ¡°Me parec¨ªa una profesi¨®n encantadora, llevar las palabras de un lado a otro, y a la vez tan esforzada en esa ¨¦poca. Explicaba mucho de la dificultad de la vida entonces. Adem¨¢s me serv¨ªa como contrapunto de la siempre interesante idea de la masculinidad¡±.
Las mujeres son muy relevantes en la trilog¨ªa. ¡°Son fuertes, pero maltratadas. Hace cien a?os en la isla carec¨ªan de derechos. Siempre jugaban en desventaja¡±.
Al salir, el cielo sobre Reikiavik tiene el color del lomo de una ballena. Sopla un aire g¨¦lido y el ¨²nico que se atreve a zarpar del puerto es un pato, un gran eider com¨²n. En el pantal¨¢n, conjuro el recuerdo del muchacho, del cartero, del capit¨¢n ciego, de la mujer del reverendo Kjart¨¢n, anhelante de libros; de B¨¢rdur, de Geirprudur, de Bjarni, de Hasta... De tantos y tantos personajes. Extraigo una pluma blanca de mi libreta de notas y la dejo caer flotando al suelo, como una ofrenda, en el momento mismo en que empieza a nevar: las l¨¢grimas de los ¨¢ngeles.
Babelia
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