David Foster Wallace am¨® el rap
Aparece ¡®Ilustres raperos¡¯, un texto universitario del escritor fallecido que muestra su fascinaci¨®n por aquel volc¨¢n musical
Veremos aparecer la obra de David Foster Wallace reeditada incesantemente. No es una profec¨ªa, sino la mera constataci¨®n de un hecho: la muerte prematura del autor estadounidense (Ithaca, Nueva York, 1962-Claremont, California, 2008) m¨¢s prometedor e idolatrado de los ¨²ltimos a?os trae consigo la glorificaci¨®n de todas sus obras, incluso las que no estuvieron pensadas para su publicaci¨®n.
Ya fue rescatada su tesis doctoral, su discurso inspiracional de la ceremonia de graduaci¨®n en 2005 de Kenyon College, e incluso su tesis de licenciatura fue publicada en lengua inglesa. Ahora llega Ilustres raperos. El rap explicado a los blancos (Malpaso), una obra escrita a cuatro manos junto a su amigo Mark Costello durante sus a?os de universidad, y que viene a arrojar algo de luz por la pasi¨®n del escritor por la emergencia del rap como fen¨®meno musical y cultural a finales de los ochenta.
Ilustres raperos fue tratado por el bi¨®grafo D. T. Max en Todas las historias de amor son historias de fantasmas como una rareza, incluso como un error meramente te¨®rico, ya que no se le presupon¨ªa a Foster Wallace la misma inclinaci¨®n por el rap que por el rock psicod¨¦lico que le hab¨ªa gustado en su primera juventud.
Es un libro musical, pero tambi¨¦n sobre las intersecciones entre la cultura y la historia racial de Estados Unidos
Esa apreciaci¨®n de D. T. Max es, cuando menos, dudosa. Y se basa, sobre todo, en una idea recurrente que emana del propio libro que se publica ahora. La obra contiene alg¨²n que otro fallo propio de la pasi¨®n, notablemente, la falta de conocimiento real de la obra de Run DMC, ya que se omite el importante King of rock. Aun as¨ª, Ilustres raperos es un trabajo vivo y entusiasta. Y es en ese entusiasmo, en el que inciden los dos autores, especialmente para dejar constancia de lo que son: dos chicos universitarios blancos de clase media, fascinados con la aparici¨®n de un volc¨¢n cultural que cambiar¨¢ la m¨²sica estadounidense para siempre.
En este sentido, Ilustres raperos es un libro musical, pero tambi¨¦n sobre las intersecciones entre la cultura y la historia racial de Estados Unidos. Sus autores, desde una primera persona desafiante, explican la otredad que supone lo que ser¨¢ conocido como hip-hop, y para ello, resulta indispensable entender el contexto socioecon¨®mico. Foster Wallace y Costello rebuscan entre Public Enemy, N. W. A., Ice T y Schoolly D para comprender que esas intersecciones hacen del rap lo que es, un relato ¡°de vidas reales, reconocibles, aunque resulten ajenas¡±.
El gran hombre blanco se cita como un reflejo del establishment para el que, los raperos y su m¨²sica, se establecen como pu?etazo y punto de partida. Por ello, Foster Wallace y Costello resumen las alternativas de los hombres negros en Boston, donde se sit¨²a la acci¨®n, entre Ej¨¦rcito, delincuencia y c¨¢rcel. Los estereotipos a los que apela el inconsciente colectivo estadounidense se reflejan constantemente, y queda para todos la historia pop viva y el vergonzante recuerdo de como la cadena MTV en los ochenta emit¨ªa tan pocos videoclips de artistas negros que obtuvo las quejas de David Bowie y Rick James en directo.
Producto de los noventa
De entre todos los an¨¢lisis, hay uno que brilla especialmente: si hubo un v¨ªdeo que se aire¨® fue Walk this Way, la colaboraci¨®n entre Run DMC y Aerosmith, quiz¨¢s el ep¨ªtome blanco del rock anglosaj¨®n del momento. Foster Wallace y Costello ironizan sobre la uni¨®n entre un grupo de raperos y unos rockeros que imitan a Led Zeppelin, que, a su vez, lo aprendieron todo del blues de Willie Dixon, a quien se negaron a acreditar por sus canciones. La historia de la m¨²sica negra deviene, una vez m¨¢s, la historia de Estados Unidos.
La obra cumple la peculiaridad de contentar a los fan¨¢ticos de la ¡°vieja escuela¡± y devolvernos a un joven Foster Wallace entusiasta de sus propios fanatismos
Por supuesto, Ilustres raperos es tambi¨¦n producto de su tiempo. La intenci¨®n no deja de ser descodificar un fen¨®meno musical, y hay que recordar que fue escrito en los noventa, durante el auge de los estudios culturales en el sector acad¨¦mico estadounidense. En este sentido, el libro es entusiasta por intentar derribar los muros entre alta y baja cultura que ahora nos suenan arcaicos, y el contexto y el uso del yo, pese a ser muy ¨²tiles, no lo son todo para un libro de estas caracter¨ªsticas.
Aun as¨ª, Ilustres raperos nos devuelve a una era en la que a la m¨²sica del gueto se la llamaba rap y no hip-hop, a un momento previo al auge bling bling de lo gangsta, antes de que las fusiones del mainstream convirtieran al g¨¦nero musical m¨¢s peligroso de Estados Unidos en una categor¨ªa m¨¢s para los premios de la industria.
La obra cumple con creces la peculiaridad de contentar a los fan¨¢ticos de la ¡°vieja escuela¡± y, a su vez, devolvernos a un joven Foster Wallace entusiasta de sus propios fanatismos. Como el propio ensayo indica, ¡°el rap es f¨¢cil bailarlo pero dif¨ªcil de analizar¡±. No es un mal resumen de lo que propone, desde su inocencia, el libro.
Babelia
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