Esp¨¦rame en el ?rtico, vida m¨ªa

Una puesta en escena clara y sugestiva de un texto laber¨ªntico. En Furiosa Escandinavia, Antonio Rojano dramatiza el final de una historia de pareja de modo que podr¨ªa parecer su inicio. El joven autor cordob¨¦s nos traslada en c¨ªrculos conc¨¦ntricos desde la puerta de casa hasta el c¨ªrculo polar ?rtico, en un viaje donde el futuro proyectado se entrevera azarosamente con el recuerdo, y la realidad con la literatura.

La puesta en escena de V¨ªctor Velasco embrida y encamina hacia el norte el inspirado pero gir¨®vago texto original, delinea los espacios donde sucede y los solapa, de manera que los personajes de la escena siguiente ya est¨¢n prestos a entrar en acci¨®n en la anterior. Cuanto vemos resulta v¨ªvido, a¨²n envuelto en una atm¨®sfera irreal, de duermevela. Si le damos cr¨¦dito y lo seguimos sin perdernos en un laberinto de significados, es por la muy corp¨®rea y arrojada interpretaci¨®n de Sandra Arpa (Erika, criatura a la deriva), Francesco Carril (fabulador en fuga), David Fern¨¢ndez (amigo de la joven: su toma de tierra) e Irene Ruiz: fant¨¢stica en su doble papel de esposa llegada al punto de no retorno y valquiria fogosa.

El alambicado procedimiento narrativo que utiliza el autor tiene la virtud de prender la atenci¨®n del p¨²blico, que no pierde ripio, a la b¨²squeda de una clave que acabe de dar sentido a lo sucedido, cosa que ocurre al cabo. La m¨²sica amortig¨¹ada, sutil¨ªsima, de Luis Miguel Cobo; la luz enso?adora de Lola Barroso, la escenograf¨ªa d¨²al de Alejandro And¨²jar, crean un clima que arropa a los int¨¦rpretes hasta el final. Los aplausos reconocieron la ejemplaridad de producci¨®n tan singular.