Las nuevas ma?anas de Luis Brea
En los dos ¨²ltimos a?os el grupo ha subido en el circuito, ahora sacan nuevo disco, 'Usted se encuentra aqu¨ª', un sonido nuevo para un costumbrismo m¨¢s et¨¦reo y menos nocturno
Su padre, un tenor, le pregunt¨® un d¨ªa por qu¨¦ cantaba as¨ª, al 30% de su rendimiento, y Luis Alberto Alemaza (Alcorc¨®n, Madrid, 1973) decidi¨® trabajar la caja tor¨¢cica cuando se puso en marcha Usted se encuentra aqu¨ª, el ¨²ltimo trabajo de Luis Brea y el Miedo, un sonido nuevo para un esqueleto que en alg¨²n momento ¨¦l mismo nomin¨® como postindie, que ten¨ªa pinceladas de postpunk y cuyas letras encajaron como poes¨ªa costumbrista de una realidad nocturna, domingos de verm¨², bares, psicotr¨®picos y conciertos bajo el est¨ªo costero.
Esa realidad ha cambiado, y la concreci¨®n de ese costumbrismo ha pasado a lugares con m¨¢s luz, m¨¢s diurnos, a historias m¨¢s abstractas, aunque asegura Brea que no menos certeras. ¡°Antes la m¨²sica estaba m¨¢s supeditada al texto, yo no era capaz de renunciar a nada, ahora s¨ª que me mola sintetizar. Hay una reducci¨®n de la ecuaci¨®n, una evoluci¨®n en la m¨²sica, y en la escritura¡±. Un avance natural desde su ¨²ltimo disco, en 2015: bolos, festivales e hijo mediante. ¡°Mi vida ha cambiado mucho, he sido pap¨¢, en general la situaci¨®n es otra¡¡±.
Los discursos de estas 11 canciones se acercan m¨¢s a la emoci¨®n, o eso alega ¨¦l, bajo su permanente gorra, ya sin gafas ahumadas. La rebeld¨ªa, la iron¨ªa, los amaneceres en portales, el sarcasmo, la rabia y la mugre de las pistas de discoteca que casi pod¨ªan olerse en sus canciones anteriores se han convertido en actores secundarios y han dado paso a narraciones m¨¢s et¨¦reas, menos cerradas y con m¨¢s margen para la interpretaci¨®n.
No hubo discusi¨®n al enfilar ese nuevo camino: ¡°Entendimos la coherencia de la evoluci¨®n. M¨¢s guitarras, m¨¢s voz, muchos m¨¢s sintes y su mezcla con guitarras el¨¦ctricas...¡±. Para esa nueva perspectiva han estado casi seis meses ¡ªel anterior se concret¨® en una semana dentro del estudio¡ª; aunque fue Brea quien comenz¨® a explorar solo, revisando textos antiguos que hab¨ªan quedado descartados en su momento, y escribiendo nuevos.
La primera de entre las nuevas fue El Estanque; las m¨¢s antiguas, Perfecto y Manuel Rodr¨ªguez, que cierra el disco con una de esas frases susceptibles de leerse en alguna camiseta de festival: En honor a la verdad, esperaba algo mejor. ¡°Las dos se quedaron fuera en el disco anterior¡±, recuerda Brea; y el recorrido final del elep¨¦ no ha lugar a dudas, la narraci¨®n de esas dos rescatadas resalta en el estilo de situaciones visuales, concretas, poes¨ªa popular con nombres comunes y frases de andar por casa que hasta ahora les han valido completa conexi¨®n con su aforo.
Eso que ocurri¨® con Mil razones. ¡°Y nos pill¨® por sorpresa, fue una canci¨®n que creci¨® en el estudio, y que ya pertenece en gran parte al p¨²blico¡±. Su pretensi¨®n es volver a conseguir ese v¨ªnculo. Tienen material para ello: im¨¢genes potentes, estribillos que se aprenden con dos escuchas, frases que podr¨ªan convertirse en estribillos aunque no lo sean, e historias que radiograf¨ªan casi a cualquiera. Como una ola repite: Solo s¨¦ que no quiero y no puedo parar¡ conozco esta zona, licores con cola, y andar tras de ti.
¡°Fue con Como una ola donde notamos que realmente est¨¢bamos dando un paso adelante¡±. Sin metas, eso s¨ª. Brea asegura que en ellos no hay nada premeditado: ¡°Probar, ver d¨®nde te lleva lo que haces, qu¨¦ te encuentras¡¡±. Est¨¢n construy¨¦ndose permanentemente, y en ese desarrollo cree que empieza a haber cosas que se les escapan. ¡°Me cruc¨¦ hace no mucho con un chaval saliendo del supermercado, muy joven, con gorra. Siempre he tenido envites con la generaci¨®n anterior, pero tambi¨¦n siempre ha existido una relaci¨®n. ?l iba escuchando m¨²sica en el m¨®vil, y por primera vez yo no ten¨ªa ni idea de qu¨¦ era¡±.
En una disertaci¨®n sobre la historia reciente, Brea habla de las nuevas formas de distribuci¨®n, de la inmediatez, de lo ef¨ªmero de algunas tendencias, y de c¨®mo se desdibuja el contacto con el origen. ¡°Se est¨¢ difuminando la memoria, hay cientos de playlist con compilaciones actuales y, en comparaci¨®n, mucho menos de aquellos sonidos de los que venimos". Como contrapunto, ¨¦l quiere decantarse por el mestizaje, que en el peor de los casos, nutre: "Ritmos latinos, hiphop, trap, flamenco, m¨²sica castellana... ?Nos estamos perdiendo cosas! Hay que seguir caminando y crecer en ese camino". ?Hasta poder saber d¨®nde es el "aqu¨ª" del Usted se encuentra aqu¨ª? "Hasta donde sea", contesta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.