Eli Lotar, un compromiso po¨¦tico con la realidad
Fue el c¨¢mara del documental 'Las Hurdes, tierra sin pan', de Bu?uel, pero tambi¨¦n uno de los fot¨®grafos m¨¢s singulares de entreguerras. Una muestra en Par¨ªs lo rescata del olvido
Entre la realidad y el sue?o, entre la fotograf¨ªa y el cine oscil¨® la obra de Eli Lotar. Quiso ¡°descubrir lo no familiar en lo familiar¡± ¡ªescribi¨® de ¨¦l el guionista y novelista franc¨¦s Pierre Bost¡ª y lo hizo dando forma a una mirada que ha sido reconocida como una de las m¨¢s distintivas de la vanguardia del periodo de entreguerras. Sin embargo, su obra qued¨® en el olvido. El museo Jeu de Paume de Par¨ªs recupera su memoria con una exposici¨®n Eli Lotar (1905-1969)?a trav¨¦s de m¨¢s de cien copias originales en un intento conjunto con el Centro Pompidou, quien le dedic¨® su primera exposici¨®n retrospectiva en los noventa
Fue el hijo ileg¨ªtimo de un poeta rumano, Tudor Arghezi. Naci¨® en Par¨ªs, pero su infancia transcurri¨® en Bucarest, en un ambiente impregnado por la poes¨ªa y la literatura, caldo de cultivo para esa tensi¨®n dram¨¢tica y po¨¦tica que aliment¨® una sensibilidad que fue m¨¢s all¨¢ de la est¨¦tica modernista. A los 19 a?os quiso ser actor y regres¨® a su ciudad natal. Abandon¨® su nombre de pila, Eliazar Lotar Teodorescu, y se enamor¨® de la fot¨®grafa alemana Germaine Krull. Ella le inici¨® en la fotograf¨ªa y contribuy¨® a desarrollar su temprano talento de artista. Su breve uni¨®n de tres a?os result¨® ser muy fruct¨ªfera para el desarrollo art¨ªstico de ambos: Krull abandon¨® las estrechas paredes de su estudio de moda; Lotar comenz¨® a vislumbrar una nueva forma de mirar el mundo.
¡°Deambular por los espacios urbanos era algo m¨¢s que la b¨²squeda de un motivo iconogr¨¢fico para los fot¨®grafos de la Nueva Visi¨®n; era la raz¨®n de ser de este renacimiento visual¡±, escribe Damarice Amao, comisaria de la exposici¨®n, en el cat¨¢logo que acompa?a la muestra. ¡°Esta nueva forma de mirar era solamente posible despu¨¦s de haberse sumergido de forma integral, tanto de forma corporal como ocular, en la propia realidad, tal y como lo defin¨ªa y teorizaba, por aquel entonces, L¨¢zslo Moholy-Nagy¡±.
El paisaje urbano e industrial de Par¨ªs se convirti¨® en su inspiraci¨®n, haciendo uso de los caracter¨ªsticos picados, contrapicados y forzados puntos de vista que promulgaba la Nueva Visi¨®n. Comenz¨® a publicar en revistas como Jazz y Vu, convirti¨¦ndose en un pionero de la fotograf¨ªa de reportaje y a exhibir su obra en algunas de las exposiciones m¨¢s vanguardistas del momento, como Fotographie der Gegenwart, Film und Foto y?Documents de la vie sociale. Hubo un momento en que result¨® dif¨ªcil para los cr¨ªticos diferenciar entre su obra y la de Krull, pero fue despu¨¦s de su separaci¨®n cuando su obra adquiri¨® realmente un cariz distintivo que le distanciaba de la frialdad est¨¦tica de la fot¨®grafa. La obra de Lotar fue impregn¨¢ndose poco a poco de un tinte surrealista, sin dejar de afianzar su compromiso con la realidad. Es en esta fase donde se enmarcan sus famosas tomas del matadero de La Villette (encargadas por George Bataille para su revista Documents), o las im¨¢genes de los suburbios, y las oscuras y s¨®rdidas callejas parisinas cargadas de un naturalismo po¨¦tico, tan crudo como on¨ªrico, en la cuales algunos cr¨ªticos no han dejado de se?alar cierta similitud con Atget.
Fue, curiosamente, cuando se encontraba en la cumbre de su carrera fotogr¨¢fica el momento en el que comenz¨® a considerar a la fotograf¨ªa como una fase experimental y de transici¨®n hacia el mundo del cine. El realizador holand¨¦s Joris Ivens le dio su primera oportunidad contrat¨¢ndole como c¨¢mara para la realizaci¨®n de Zuiderzeewerken. ¡°No se sabe con exactitud a qu¨¦ se debe este cambio. Parece ser que trabajar para la prensa ilustrada y hacer reportajes le hab¨ªa comenzado a aburrir, quiz¨¢s quer¨ªa hacer algo m¨¢s interesante. No debemos olvidar que llega a Par¨ªs para ser actor. La fotograf¨ªa fue su manera de mantener su v¨ªnculo con el cine¡±, apunta Pia Viewing, tambi¨¦n comisaria de la exposici¨®n.
Lleg¨® a Espa?a por primera vez en 1932, acompa?ado por el director de cine Yves All¨¦gret y su mujer, Ren¨¦. All¨¦gret pretend¨ªa realizar un documental sobre Las Hurdes con Lotar como c¨¢mara.?Las Jurdes:¨¦tude de ge¨®graphie humaine, una tesis realizada en 1922 por Maurice Legendre, director del Instituto Franc¨¦s de Madrid, hab¨ªa puesto el foco de atenci¨®n en la pobreza y aislamiento del lugar, de tal forma que hab¨ªa provocado que se construyera una carretera hasta La Alberca (el pueblo m¨¢s cercano) para que el rey Alfonso XIII pudiese visitar la zona. Pero el proyecto del director de cine franc¨¦s se vino abajo cuando fueron detenidos en Carmona (Sevilla) y encarcelados durante cuatro semanas por su supuesta vinculaci¨®n con el Partido Comunista Franc¨¦s. Gracias a las influencias del escritor Andr¨¦ Gide con la embajada francesa fueron liberados. As¨ª, se desplazaron en barco a las Islas Canarias, donde pudieron rodar el documental Tenerife.
A su regreso a Par¨ªs, Lotar se convertir¨ªa en el responsable del departamento de fotograf¨ªa de la Asociaci¨®n de Artistas y Escritores Revolucionarios (AEAR), firmando un manifiesto contra el fascismo y el imperialismo franc¨¦s. No existe ninguna documentaci¨®n que acredite su vinculaci¨®n con el Partido Comunista Franc¨¦s, aunque su c¨ªrculo de amistades, entre ellos varios miembros del grupo surrealistas, inclu¨ªa a miembros del partido como Luis Bu?uel. Animado por All¨¦gret, Bu?uel conseguir¨ªa a trav¨¦s del gobierno republicano un permiso para ir a filmar su pol¨¦mica Las Hurdes, tierras sin pan (1933), con Lotar como c¨¢mara. ¡°Es interesante destacar que la pel¨ªcula estuvo alentada por el profundo sentido de compromiso social y pol¨ªtico de todo el equipo¡±, se?ala Viewing. ¡°La fotograf¨ªa e iluminaci¨®n de Lotar concedi¨® a la pel¨ªcula su pronunciado tono emblem¨¢tico, dejando muy claro que surge del movimiento surrealista como un documental con intenci¨®n pol¨ªtica y social. Obviamente todo el documental se rod¨® en la zona, y se escenific¨® para que fuera lo m¨¢s realista posible¡±.
Lotar regresar¨ªa a Espa?a de febrero a mayo de 1936, con encargos para cubrir las elecciones, as¨ª como la victoria del Frente Popular, acompa?ado por su pareja la pintora y fot¨®grafa Elisabeth Makovska. A esta ¨¦poca pertencen las im¨¢genes de gente durmiendo en espacios p¨²blicos, con clara connotaci¨®n surrealista, o la del discurso de La Pasionaria en Madrid. Tambi¨¦n realiz¨® una serie de fotograf¨ªas de iglesias (posiblemente un encargo del editor y cr¨ªtico de arte Christian Zervos) y otra del torero Belmonte.
Durante el resto de su vida altern¨® la fotograf¨ªa con el cine, subrayando siempre su compromiso social y pol¨ªtico a trav¨¦s de su vocabulario art¨ªstico hasta su muerte. Despu¨¦s de la guerra realiz¨® Aubervilliers (1945), su proyecto m¨¢s destacado sobre los suburbios parisinos. Aunque s¨ª goz¨® de un reconocimiento en su tiempo, su figura se fue desvaneciendo poco a poco. ¡±Era muy discreto y modesto. Nunca escribi¨® nada sobre s¨ª mismo ni sobre su obra, como hicieron otros fot¨®grafos del periodo de entreguerras, por ejemplo Germaine Krull o Man Ray, que escribieron para ayudar a construir su mito¡±, apunta Amao. ¡°Hizo muchas cosas distintas, y nada, salvo su serie de los mataderos de La Villete de Par¨ªs, tuvo un car¨¢cter distintivo claro, por eso la historia del arte ha tardado en reconocer su firma. Su relaci¨®n con el cine ha sido muy importante para entender la mirada moderna del periodo de entreguerras¡±.
Eli Lotar (1905-1969). Jeu de Paume. Par¨ªs. Hasta el 28 de mayo.
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