La melanc¨®lica (y surrealista) vida de un humorista
'El fin de la comedia' sigue la crisis vital y el ficcionado d¨ªa a d¨ªa de Ignatius Farray
"Tengo 42 a?os y les quer¨ªa decir simplemente que es una edad no muy avanzada pero te empiezan a pasar mierdas". Ignatius Farray se confiesa sobre un escenario justo antes de bajarse los pantalones y mostrar una variz consecuencia de su miocardiopat¨ªa hipertr¨®fica. El descubrimiento de su problema de salud sirve de punto de arranque de la segunda temporada de El fin de la comedia, serie producida por Comedy Central cuyos seis cap¨ªtulos ya est¨¢n disponibles (junto a la primera entrega completa) en la plataforma online de Movistar + y que en junio se podr¨¢n ver en el canal especializado en comedia.
Realidad y ficci¨®n se confunden en esta serie que sigue las andanzas de Ignatius Farray al bajarse del escenario. En la l¨ªnea de t¨ªtulos como Louie o ?Qu¨¦ fue de Jorge Sanz?, El fin de la comedia aborda desde un tono personal, con buenas dosis de surrealismo y melancol¨ªa, el d¨ªa a d¨ªa de Farray. A sus creadores, Miguel Esteban, Ra¨²l Navarro y el propio Farray, les resulta complicado definir su propia serie. "Es muy libre y accesible, lo que puede parecer contradictorio. Hemos tenido mucha libertad pero todo el que se enfrente a ella le va a resultar agradable", dice Esteban. "Hemos bromeado alguna vez con que es como Aqu¨ª no hay quien viva pero sin conflictos", a?ade Farray. "?Podemos incluir fresca en la definici¨®n?", tercia Esteban. "Libre, accesible y fresca. Es la peor definici¨®n posible de una serie", remata Navarro entre risas.?
M¨¢s de dos a?os despu¨¦s de su elogiada primera entrega, los nuevos cap¨ªtulos vuelven a alimentarse de la peculiar vida real tanto de Ignatius como de los directores y guionistas de la serie, Esteban y Navarro. "Ahora hay una vuelta de tuerca m¨¢s, con episodios m¨¢s audaces, que conllevan un poco m¨¢s de riesgo", explica Farray. "Ya pensamos que la primera temporada fue un milagro que saliera, y que salga la segunda es otro milagro. No quer¨ªamos dejarnos muchas cosas por hacer porque no pensamos que haya milagros todos los d¨ªas", a?ade Miguel Esteban.
Como la primera temporada, los nuevos cap¨ªtulos vuelven a contar con un importante ramillete de personajes conocidos, en muchos casos, interpret¨¢ndose a s¨ª mismos. Ver¨®nica Forqu¨¦, Natalia de Molina, Andreu Buenafuente, Juan Cavestany o Joaqu¨ªn Reyes son algunos de ellos. O I?aki Gabilondo en la que ha sido su primera participaci¨®n en una ficci¨®n. "Contar con ¨¦l es un lujazo porque es como la autoridad moral del pa¨ªs", dice Farray. "Y fue una sorpresa lo bien que actuaba y que no fuese tan alto como todo el mundo nos hab¨ªa dicho", a?ade Ra¨²l Navarro sobre un cameo que incluye un curioso giro.
En el escenario, Ignatius Farray lleva hasta el extremo el humor. Pero fuera de ¨¦l es otra persona, mucho m¨¢s parecida a la que protagoniza El fin de la comedia. "Ese tono melanc¨®lico no es una cosa forzada. Melanc¨®lico por decirlo de alguna forma, porque es una actitud de bajona que en mi vida personal s¨ª que tengo y en las actuaciones me vengo m¨¢s arriba. Mis amigos no se sorprenden al verme as¨ª", explica Farray sobre sus dos caras. En el Ignatius de la serie tambi¨¦n vuelcan miedos y experiencias de Navarro y Esteban. "Somos tres personas t¨ªmidas y de car¨¢cter parecido. Muchas cosas nos han pasado y otras est¨¢n ficcionadas, pero pensamos siempre c¨®mo reaccionar¨ªamos en esas situaciones e intentamos ser todo lo fieles posible a eso", cuenta Esteban. "Si fuera una serie sobre terroristas nos costar¨ªa mucho m¨¢s", bromea Navarro. "No forzamos las situaciones. Pueden ser exc¨¦ntricas pero de la manera en que se tratan en la serie acaban teniendo un tono natural", remata Farray.
Entonces, ?la vida de un c¨®mico es tan deprimente y surrealista como parece en El fin de la comedia? "Hay profesiones que son m¨¢s planas, aqu¨ª los altibajos son m¨¢s grandes. Es un mundo muy contrastado, por eso la melancol¨ªa resalta m¨¢s. Pero es la situaci¨®n normal de un c¨®mico en la sociedad, una especie de outsider", dice el humorista tinerfe?o, que en la serie lo mismo tiene que enfrentarse a las consecuencias de haber ofendido a los raperos que a los habitantes de una localidad tinerfe?a.
Sus responsables no creen que El fin de la comedia sea para un p¨²blico reducido. "No creemos que sea una serie exc¨¦ntrica, no echa para atr¨¢s a la gente", dice Ignatius. Se basan en la experiencia con la primera temporada, que ha contado con el favor de p¨²blico y cr¨ªtica. "Una de las cosas que tem¨ªamos con la primera temporada era que fuera una serie para nadie. Y todo el mundo que la ha visto la entendido y a todos le ha gustado. Una de las dudas es qu¨¦ pasar¨ªa si llegara a m¨¢s gente", contin¨²a Esteban. "Siempre se tiene miedo porque tiene un ritmo distinto, por las pausas y la incomodidad, pero cuando la gente la ve no siente el rechazo que se creen las televisiones generalistas que existe", apostilla Navarro. "En general, la gente est¨¢ muy por delante de lo que la industria audiovisual ha llegado. Nosotros no hemos tenido que pasar por los filtros que otros productos de ficci¨®n habitualmente tienen que pasar, haciendo algo m¨¢s est¨¢ndar y convencional. Aqu¨ª nos han dado libertad, hemos podido expresar eso en los episodios, y los espectadores est¨¢n a la misma altura, entienden perfectamente las situaciones. Y no tiene por qu¨¦ ser una serie chistosa, buscar la gracia a cualquier precio, no tenemos esa pretensi¨®n, y a la gente le da igual", remata Farray.
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