B¨®dalo, el teatro del absurdo y el Real Madrid
Una biograf¨ªa y un homenaje recuerdan a la ¨²ltima generaci¨®n de c¨®micos de oficio del siglo XX espa?ol
Dice la leyenda que la pasi¨®n del actor Jos¨¦ B¨®dalo por el f¨²tbol era tal que a veces sal¨ªa a escena con un pinganillo. ¡°Los domingos ya sab¨ªas que hablabas con una pared, sobre todo si jugaba el Madrid. El Madrid era lo m¨¢s sagrado. ?l contestaba sin fallar una r¨¦plica, pero escuchando el partido por la radio, con un auricular o entre cajas. No gritaba gol porque no lo quer¨ªa Dios¡±, recordaba su colega Alfredo Landa en su biograf¨ªa oficial. Otros compa?eros lo niegan. ¡°B¨®dalo, cojones, ?c¨®mo oye usted la radio haciendo El rinoceronte [una de las obras cumbre del teatro del absurdo de Ionesco?¡±, le pregunt¨® una vez Juan Diego. ¡°?Y a ti qui¨¦n te ha dicho eso, Dieguito?¡±, replic¨® ¨¦l. ¡°Pues me lo han dicho los compa?eros¡±, explic¨® el otro. ¡°?Ah, pues diles a los compa?eros, y tambi¨¦n te lo digo a ti, que a ver si eres capaz de hacer El rinoceronte y sentir c¨®mo marca un gol Gento!¡±.
Sea o no verdad la leyenda del pinganillo, lo que nadie ha negado nunca es que B¨®dalo era capaz de estar siguiendo un partido entre cajas y en cuesti¨®n de segundos, al o¨ªr la orden m¨¢gica ¡°?a escena!¡±, transformarse en cualquier personaje. ¡°Pasaba de las p¨¢ginas de deporte a interpretar una escena tremendamente pat¨¦tica sin ninguna transici¨®n. Hab¨ªa encontrado toda la verdad que quer¨ªa Stanislavski, toda la emotividad, toda la concentraci¨®n que a otros actores les cuesta una vida de trabajo¡±, dec¨ªa de ¨¦l Jos¨¦ Luis Alonso, quien lo dirigi¨® decenas de veces en los a?os sesenta y setenta al frente del Teatro Nacional Mar¨ªa Guerrero.
Estos testimonios, junto con los de otros sesenta profesionales de la escena, amigos y familiares, est¨¢n recogidos en el libro Jos¨¦ B¨®dalo, maestro de la escena, que acaba de publicar el periodista Carlos Ar¨¦valo (CVC Ediciones). Es la primera biograf¨ªa de este popular actor, que llega m¨¢s de 30 a?os despu¨¦s de su muerte (falleci¨® en 1985 a los 69 a?os). ¡°El a?o pasado se celebr¨® el centenario de su nacimiento. Pens¨¦ que ya era hora de recopilar su legado en una obra. Repasar su vida es repasar tambi¨¦n la historia del teatro espa?ol de la segunda mitad del siglo XX¡±, comenta Ar¨¦valo.
La biograf¨ªa, en efecto, no solo sirve para recordar la vida y trayectoria de Jos¨¦ B¨®dalo, sino tambi¨¦n para introducirse en las entra?as de la historia del teatro espa?ol y observarlo desde un lugar privilegiado: desde los camerinos, las salas de ensayo, los hoteles, los autobuses de las giras, los bares para cenar entre funci¨®n y funci¨®n, el caf¨¦ Gij¨®n y hasta las gradas del estadio Santiago Bernab¨¦u, a las que B¨®dalo arrastr¨® a muchos compa?eros de profesi¨®n, desmontando la teor¨ªa de que el teatro no casa bien con el f¨²tbol. Tambi¨¦n a las del campo del Rayo Vallecano, su segundo equipo de cabecera, aunque era tanta su afici¨®n que le gustaba ver cualquier partido. ¡°Nunca pudo entender a quienes consideraban que el f¨²tbol es incompatible con la intelectualidad. Siempre pens¨® que eran dos mundos que no ten¨ªan por qu¨¦ estar re?idos¡±, escribe Ar¨¦valo en el libro.
Aprovechando la publicaci¨®n de esta biograf¨ªa y coincidiendo con el D¨ªa Mundial de Teatro, que se celebra el pr¨®ximo lunes, el Centro Dram¨¢tico Nacional rendir¨¢ un homenaje a Jos¨¦ B¨®dalo y, por extensi¨®n, a todos los actores de su generaci¨®n. Ser¨¢ un acto en el teatro Mar¨ªa Guerrero de Madrid moderado por el propio Ar¨¦valo y que contar¨¢ con la participaci¨®n de compa?eros que trabajaron con ¨¦l y de Blanca Balt¨¦s, dramaturga e investigadora, experta en la escena espa?ola de esos a?os.
¡°B¨®dalo, Ismael Merlo, Jos¨¦ Mar¨ªa Rodero, Pepe Isbert, Aurora Redondo, Amelia de la Torre, Paco Rabal, Mari Carrillo, Fernando de la Torre, Juanjo Men¨¦ndez, Adolfo Marsillach... fueron los ¨²ltimos c¨®micos de oficio: de los que aprend¨ªan sobre las tablas, a base de dos funciones diarias. Fue una generaci¨®n muy especial porque ya ol¨ªa las vanguardias ¡ªhasta los a?os sesenta no empez¨® a entrar en Espa?a el m¨¦todo Stanislavski¡ª pero a la vez manten¨ªa la sabidur¨ªa del oficio tradicional. B¨®dalo, por ejemplo, no estudi¨® el m¨¦todo, pero le¨ªa y se documentaba mucho para preparar sus personajes¡±, afirma Balt¨¦s.
Aunque el teatro fue su escuela y donde m¨¢s trabaj¨®, B¨®dalo se hizo popular sobre todo por sus trabajos en televisi¨®n (Estudio 1, especialmente) y el cine. Por su gran interpretaci¨®n en Volver a empezar, primera pel¨ªcula espa?ola en ganar un Oscar, estuvo a punto de instalarse en Hollywood. ¡°Le ofrecieron grandes oportunidades all¨ª, pero las rechaz¨® porque no quer¨ªa separarse de su familia. Nosotras, mi madre, mi hermana y yo, siempre fuimos lo m¨¢s importante para ¨¦l: por encima del teatro, del f¨²tbol y de todo¡±, asegura su hija Alicia.
Babelia
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