El deporte o la guerra incruenta

La secci¨®n de Deportes de los peri¨®dicos figura entre las que con mayor diligencia han reaccionado ante la constataci¨®n de que su p¨²blico, sobre todo en esta era digital, no solamente lo sabe todo antes de leerlo, sino que lo ha visto en televisi¨®n, la web, y las redes en general. La renovaci¨®n deb¨ªa ser por ello especialmente completa. Veamos primero, sin embargo, la naturaleza de la secci¨®n.

El lenguaje deportivo alude a una guerra c¨®modamente incruenta, con toda la emoci¨®n de los enfrentamientos, pero sin el dramatismo ni horror de un aut¨¦ntico conflicto. Es el f¨²tbol, especialmente, donde el vocabulario est¨¢ m¨¢s gr¨¢ficamente militarizado: ca?onazo, ofensiva, defensiva, dominio del campo, t¨¢ctica, estrategia, pero usos paralelos son igualmente comunes en otras modalidades deportivas por equipos, cuyas emociones pueden llegar al frenes¨ª en aquellas competiciones internacionales, donde cada selecci¨®n representa a su pa¨ªs. Los Juegos Ol¨ªmpicos son el mejor ejemplo, donde el medallero es un cuadro de honor que, no por casualidad, se han disputado siempre las grandes potencias. El deporte en su reflejo period¨ªstico es, por tanto, la continuaci¨®n de la pol¨ªtica por otros medios.

El primer reflejo de la gran renovaci¨®n es la necesidad de hacer algo que no hayan conocido los lectores, lo que se llama, por ejemplo, news analysis, tan propio de la secci¨®n de Internacional. El lector ha visto el encuentro deportivo, no solo el partido de f¨²tbol, pero solo ha procesado los avatares externos del juego, no las t¨¢cticas, los momentos decisivos y lo que los inspira como pensamiento y teor¨ªa de lo que pretende cada equipo. En la prensa deportiva espa?ola hay autores como Santiago Segurola, bien conocido a ambos lados del Atl¨¢ntico, y entre sus adl¨¢teres no me privar¨¦ de mencionar a Jos¨¦ S¨¢mano, aunque escriba en este peri¨®dico, que han hecho del comentarismo anal¨ªtico una forma de arte.

Deportes es una secci¨®n en la que por todo ello es grato pasarse, escribir recurriendo a la literatura, la pol¨ªtica, la historia. Todo vale si es calidad. Y son estos profesionales los que nos cuentan lo que hemos visto, pero no nos hemos enterado. Eso no obviar¨¢, por supuesto, que la secci¨®n contenga una relaci¨®n f¨¢ctica aunque telegr¨¢fica de lo sucedido, goles, puntos, tanteos, clasificaci¨®n, aunque lo que se venda es la intrahistoria de los choques. Y es cierto que igualmente cumplen esa funci¨®n los audiovisuales, pero lo hacen m¨¢s impromptu, sin la distancia que permite el peri¨®dico que en este caso puede ser positiva, a lo que hay que a?adir que el digital aporta v¨ªdeo, entrevista, infograf¨ªa preferentemente interactiva, de forma que se integre todo ello en un extenso y panor¨¢mico news analysis.

Llegados al punto en el que los mejores peri¨®dicos han ventilado ya en buena parte sus secciones deportivas, queda a¨²n por remover su contenido tem¨¢tico. Algunas publicaciones ya lo hicieron en su d¨ªa incluyendo todo lo que afecta a los protagonistas de la secci¨®n: si le toca la loter¨ªa a un deportista destacado la noticia suele publicarse en la misma, pese a que habr¨ªa otros alojamientos como Econom¨ªa, en su caso. Pero lo que creo que hay que hacer es sacar al personaje de su medio, averiguar si ha le¨ªdo alg¨²n libro ¨²ltimamente, cu¨¢les son sus inclinaciones pol¨ªticas, qu¨¦ piensa de esto o aquello, hacer la circunferencia del personaje para no limitarse al tipo de entrevista de televisi¨®n, en la que todos los entrenadores de equipo de f¨²tbol dicen lo mismo antes o despu¨¦s del encuentro.

Interesa en esta renovaci¨®n impresa y digital ver al deportista fuera de su ambiente, que exprese sus intereses personales. Y la entrevista es el medio m¨¢s adecuado para ello, aunque cuidando a qui¨¦n y c¨®mo se entrevista. Hay que dirigirse a aquellos que tengan un inter¨¦s por lo que son y hacen, lo que exigir¨¢ necesariamente al periodista un conocimiento del personaje m¨¢s all¨¢ del sempiterno "?contento con el resultado?".