Socialismo de perdedores
Rutger Bregman firma un ensayo ¨¢gil, divertido y a ratos ingenuo con propuestas para movilizar a la izquierda: de la renta b¨¢sica a la reducci¨®n de la jornada laboral
En los a?os salvajes de la globalizaci¨®n, ¡°ut¨®pico¡± lleg¨® a ser un sin¨®nimo amable de ¡°sentimiento piadoso¡±, y casi cualquier actividad m¨¢s noble que comer chuletillas de oso panda era candidata a ser considerada un compromiso tendencial con la utop¨ªa. La izquierda hab¨ªa dejado de ser un motor de transformaciones sociales para convertirse en un estado an¨ªmico caracterizado por la aflicci¨®n extrema y los ataques peri¨®dicos de exaltaci¨®n moralizante. Este ensayo de Rutger Bregman denuncia esa atrofia de la imaginaci¨®n pol¨ªtica que ha cristalizado en lo que llama ¡°socialismo de perdedores¡±: el atrincheramiento de partidos, sindicatos y movimientos sociales en proyectos reactivos y el escapismo de una neoescol¨¢stica acad¨¦mica cuya radicalidad te¨®rica rivaliza con su ininteligibilidad y su insignificancia pr¨¢ctica.
La pol¨ªtica emancipadora no puede limitarse, dice Bregman, al rechazo del austericidio ni vivir instalada en la nostalgia de los viejos buenos tiempos del Estado keynesiano (en particular, cabr¨ªa a?adir, en pa¨ªses como Espa?a en los que nunca lleg¨® a haber un Estado keynesiano). La izquierda necesita propuestas factibles capaces de movilizar a una mayor¨ªa social y un lenguaje propio en el que formularlas. Por eso no es accidental que Utop¨ªa para realistas sea un ensayo ¨¢gil e incluso divertido. Recuerda un poco, para bien y para mal, a una charla TED. Es una mezcolanza inteligente de an¨¦cdotas hist¨®ricas, estudios emp¨ªricos de generalidad discutible, eclecticismo te¨®rico y grandes dosis de pensamiento desiderativo que se concretan en tres propuestas de cambio social a gran escala.
Dice Bregman que la pol¨ªtica emancipadora no puede limitarse al rechazo del austericidio ni vivir instalada en la nostalgia de los viejos buenos tiempos del Estado keynesiano
La primera es la renta b¨¢sica universal, una iniciativa que desde los a?os ochenta entusiasma a un n¨²mero creciente de cient¨ªficos sociales occidentales y hace bostezar al resto de la ciudadan¨ªa. Precisamente Bregman se esfuerza en presentarla como una propuesta emocionante y cool ¡ª¡°?Dinero gratis para todos!¡±¡ª apoy¨¢ndose en dos argumentos. En primer lugar, apela a los buenos resultados de las transferencias monetarias incondicionales en la lucha contra la pobreza. Parece que, al menos en algunas ocasiones, entregar dinero en efectivo a la gente pobre para que lo gestione a su arbitrio resulta m¨¢s eficaz que la tutela institucional. En segundo lugar, hace un repaso ¡ªal borde del cherry picking¡ª de los beneficios sociales de la renta b¨¢sica en diferentes implementaciones experimentales o parciales.
La segunda reivindicaci¨®n ¡°ut¨®pica¡± de Bregman es una reducci¨®n dr¨¢stica de la jornada laboral. En efecto, desde el siglo XIX, la progresiva contracci¨®n de la jornada de trabajo se fue ralentizando ¡ªen Espa?a, la jornada de ocho horas se aprob¨® hace cien a?os¡ª hasta que a principios de los a?os ochenta comenz¨® en todo el mundo una tendencia de signo contrario, parad¨®jicamente simult¨¢nea de un brutal aumento de la productividad y la automatizaci¨®n. Utop¨ªa para realistas se apunta as¨ª al carro de la tesis del fin del trabajo y las profec¨ªas sobre una inminente robotizaci¨®n generalizada. No obstante, Bregman toma en consideraci¨®n asuntos cruciales habitualmente descuidados por el catastrofismo robotol¨®gico; muy en particular, la posibilidad de redefinir lo que entendemos por trabajo en funci¨®n de la utilidad social y la importancia de las labores reproductivas y de cuidados.
La defensa de su tercera y ¨²ltima propuesta ¡ªla apertura de las fronteras nacionales para permitir la libre circulaci¨®n de personas¡ª es mucho m¨¢s breve y menos vehemente que las anteriores. Seguramente porque el propio autor es consciente de que las condiciones pol¨ªticas actuales no se prestan a algo as¨ª. Lo cual tal vez d¨¦ una pista de la principal debilidad de un ensayo por lo dem¨¢s importante.
Utop¨ªa para realistas parece la consumaci¨®n de un subg¨¦nero ensay¨ªstico en auge cuyo objetivo es ¡°salvar al capitalismo de los capitalistas¡± y que tiene hitos relevantes en la obra de Kate Pickett y Richard Wilkinson, Jeremy Rifkin, Paul Mason, Ha-Joon Chang o Thomas Piketty. Para Bregman, los dilemas del capitalismo contempor¨¢neo son una especie de malentendido que podr¨ªa ser remediado con la suficiente informaci¨®n objetiva y un poco de buena voluntad. La cuesti¨®n, no obstante, es que buena parte de lo que diagnostica como problemas son, en realidad, las soluciones que las ¨¦lites han encontrado para mantener su posici¨®n de privilegio. La extensi¨®n de la jornada laboral, la financiarizaci¨®n, la fiscalidad regresiva o el cierre de las fronteras a las personas y su apertura a los capitales no son accidentes hist¨®ricos ni inercias irracionales, sino estrategias exitosas de las clases dominantes.
Dicho de otro modo, Utop¨ªa para ?realistas acaba adentr¨¢ndose en el territorio de la quimera no porque sus propuestas sean irrealizables, sino porque no toma en consideraci¨®n los conflictos, sacrificios, riesgos y beneficios que entra?an para distintos grupos sociales. As¨ª que tal vez no sea casual que ni siquiera se mencione un ensayo cl¨¢sico de t¨ªtulo muy similar: Construyendo utop¨ªas reales, una obra en la que el soci¨®logo marxista Erik Olin Wright propon¨ªa alternativas concretas al capitalismo desde una perspectiva antagonista. Porque la ¨²nica respuesta que parece tener Bregman a la pregunta por las medidas que cabe adoptar para impulsar los cambios sociales que propugna es¡ la educaci¨®n. La idea es, m¨¢s o menos, que los profesores de primaria pueden promover un cambio valorativo de efectos s¨ªsmicos que har¨¢ que los cimientos de la plutocracia global se tambaleen. Tambi¨¦n cabe la posibilidad de que las 500 personas m¨¢s ricas del mundo se ahoguen de la risa si llegan a leer que ¡°si reestructuramos la educaci¨®n en funci¨®n de nuestros nuevos ideales, el mercado de trabajo seguir¨¢ con entusiasmo nuestros pasos¡±.
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Autor:?Rutger Bregman. Traducci¨®n de Javier Guerrero Gimeno.
Editorial: Salamandra (2017).
Formato: versi¨®n Kindle y tapa blanda (292 p¨¢ginas).
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