Probabilidades, no profec¨ªas
Roberto Velasco firma 'Economistas. Oficio de profetas', que recoge las sinrazones que han llevado al desorden econ¨®mico presente
La pregunta principal ser¨ªa: ?para qu¨¦ sirven los economistas? Para contestarla, el chistoso recurre a los chascarrillos habituales (¡°para predecir el pasado¡±, etc). M¨¢s en serio, en t¨¦rminos muy generales, sirven para establecer (o calcular) cu¨¢les ser¨¢n las consecuencias de decisiones econ¨®micas teniendo en cuenta situaciones previas o predeterminadas. La racionalidad weberiana como base para las decisiones pol¨ªticas. La econom¨ªa es el reino esponjoso del ceteris paribus: si se adoptan determinadas medidas y se mantienen inamovibles un determinado n¨²mero de par¨¢metros, estos son los efectos. Como ciencia, la econom¨ªa ofrece une ventana muy estrecha de certezas o probabilidades razonables, porque en el continuo real no hay par¨¢metros fijos. Pregunta derivada: ?puede un economista predecir (con cierto grado de probabilidad, se entiende) el futuro en el ¨¢mbito de su competencia? Un fil¨®sofo responder¨ªa que no; un f¨ªsico, que lo m¨¢ximo que puede establecerse es una probabilidad. Pero, claro, a los economistas se les paga por una certeza o por algo que se aproxime a una certeza. Y eso es, grosso modo, mejor o peor vestido con modelos y escenarios, todo o casi todo.
Roberto Velasco en Economistas. Oficio de profetas expone todo esto con el detalle que se merece denunciar una antinomia. Aparecen pron¨®sticos fallidos y delirantes profec¨ªas de ilustres economistas como Stiglitz o Krugman. No obstante, t¨¦ngase en cuenta que la predicci¨®n es un instrumento pol¨ªtico ¡°de obligado cumplimiento¡±. Una empresa o un inversor necesita (tiene derecho a) conocer cu¨¢les son las estimaciones macroecon¨®micas del Gobierno con el fin de tomar sus propias decisiones en funci¨®n del marco general esperado; al actuar en funci¨®n del pron¨®stico, contribuye a afianzar el optimismo o el pesimismo impl¨ªcito.
Pero no es en los gags predictivos donde brilla el texto de Velasco. Su discurso remonta con la indignaci¨®n subterr¨¢nea latente en las descripciones de los mecanismos que han generado desigualdad (menci¨®n obligada a Piketty), las pol¨ªticas que han provocado la pobreza (Mariano Rajoy es el mejor ejemplo de seguidismo ciego de las instrucciones ineptas de Bruselas) o la incapacidad de Europa para ordenar un espacio econ¨®mico razonablemente equilibrado, sin privilegios absurdos e irritantes. Ese viacrucis de sinrazones es lo que confiere valor al libro, como recordatorio del desorden econ¨®mico presente.
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Autor:?Roberto Velasco.
Editorial:?Los Libros de la Catarata (2016).
Formato: tapa blanda (192 p¨¢ginas).
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