Firmado: Francisco de Goya
La muestra de la Hispanic Society en El Prado incluye una carta del pintor aragon¨¦s a su m¨¢s ¨ªntimo amigo y la ¨²ltima misiva de Vel¨¢zquez antes de morir
Goya escribi¨®: "Queda tuyo de coraz¨®n, Francisco de Goya". La intensa correspondencia entre el pintor y el burgu¨¦s ilustrado Mart¨ªn Zapater muestran una ¨ªntima amistad que perdur¨® 25 a?os y de la que se conservan 147 cartas. "Son un aut¨¦ntico apoyo mutuo, amigos desde la infancia y eso se nota much¨ªsimo", explica Manuela Mena, jefa de Conservaci¨®n de Pintura del siglo XVIII y Goya en el Prado. El museo, que cuenta con un centenar de estas misivas, expondr¨¢ desde este lunes una m¨¢s, dentro de la exposici¨®n de la Hispanic Society of America. La muestra trae tambi¨¦n la ¨²tlima carta escrita por Vel¨¢zquez antes de morir.
"Zapater deb¨ªa ser un hombre muy organizado, por eso conserv¨® todas las cartas, que acab¨® heredando su sobrino. Este, a su vez, comenz¨® a publicar algunos fragmentos de las mismas para limpiar la imagen de ambos". ?Qu¨¦ es lo que hab¨ªa que limpiar? "Los primeros que escriben tras la muerte de Goya son los franceses, y dibujaron la imagen de un revolucionario, pr¨¢cticamente un anarquista, algo que, casi con toda seguridad, no era real hasta esos extremos", apunta Mena.
Para comprender qu¨¦ esconden estas l¨ªneas hay que entender la relaci¨®n que un¨ªa a estos dos hombres, que nunca dejaron de escribirse, a pesar del traslado de Goya a Madrid con solo 18 a?os. Incluso en temas triviales como la afici¨®n de ambos a la caza, al juego de la loter¨ªa, a la m¨²sica (Goya le insiste a Zapater en que le acompa?e a la ¨®pera), se observa la mirada de un genio. "En estas cartas se descubre c¨®mo son los ojos de un artista. Cuando leemos su forma de definir determinadas cosas, est¨¢ claro que ve mucho mas en la realidad que tiene alrededor que cualquier otra persona", apunta Mena.
En algunas de las misivas, los dos amigos se intercambian intensos apelativos ("tu Paco del alma")? y otros que solo ellos entienden, como cuando Goya firma una de ellas "tu peque?o menguante". Mena anima a abrir bien los ojos: "Leer estas cartas supone mirar a trav¨¦s de un agujerito, tienes una sensaci¨®n de voyeurismo. Es como si Goya estuviera todav¨ªa vivo, aunque en realidad, un artista est¨¢ siempre vivo".
Vel¨¢zquez tambi¨¦n cuenta con su porci¨®n de protagonismo epistolar en esta muestra: una carta firmada por el artista sevillano en la que pide un informe contable a un empleado de palacio. "En sus ¨²ltimos a?os, Vel¨¢zquez se convirti¨® en un gestor, era el aposentador real", explica Benito Navarrete, asesor cient¨ªfico del Centro de Investigaci¨®n Diego Vel¨¢zquez de Sevilla y profesor de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares. Su ¨²ltima labor fue precisamente la que ocupa este escrito, la de organizar la boda entre la infanta Mar¨ªa Teresa y Luis XIV de Francia.
Pintor de la corte, director de las galer¨ªas reales y tambi¨¦n aposentador, algunos historiadores han llegado a atribuir a tal cantidad de funciones el deterioro f¨ªsico de los ¨²ltimos a?os en la vida de Vel¨¢zquez. "A pesar de que supon¨ªa un gran honor, ¨¦l lo viv¨ªa con cierta amargura, porque se convirti¨® en un alto funcionario y no pod¨ªa dedicarse al arte". Esta misiva es una de las escasas que se conservan del artista sevillano. "Su caligraf¨ªa muestra que es una persona muy ordenada, trasciende su obsesi¨®n por el orden y el equilibrio", apunta Navarrete.
"Diego de Silva Velasquez, 17 de julio de 1660". Tres semanas despu¨¦s de escribir esto, el aposentador real y pintor de la corte fallec¨ªa.