La mujer como m¨¢quina de sufrimiento
La exposici¨®n propone una lectura feminista del ¡®Guernica¡¯
Lenguas, dientes, vaginas, pezones y ojos desorbitados pueblan en dram¨¢tico desorden los dibujos preparatorios que realiz¨® Picasso para el Guernica. A veces recurre al color para potenciar el drama que expresan esos rostros femeninos en una galer¨ªa de horrores que ocupa el coraz¨®n de la exposici¨®n, en el espacio de acceso al mural. Es una recreaci¨®n de la madre doliente, de la mujer como m¨¢quina de sufrimiento que luego trasladar¨ªa a su gran obra para contar el drama de la muerte de los inocentes: mujeres, ni?os y animales. Anne M. Wagner, comisaria de la muestra junto a T. J. Clark, ha estudiado detenidamente todo el proceso de creaci¨®n con una dedicaci¨®n que, reconoce, le ha cambiado la vida.
Wagner hace hincapi¨¦ en que Picasso, durante el periodo de entreguerras, se reinventa constantemente el modelo de mujer que hasta entonces hab¨ªa llevado a sus cuadros. En esos a?os previos al Guernica, cuando el artista es ya un triunfador reconocido en todo el mundo, tiene una vida amorosa dif¨ªcil de gestionar: no se ha separado oficialmente de Olga Khokhlova, tampoco acaba de romper con su amante, Marie-Th¨¦r¨¨se Walter y ha convertido a Dora Maar en una nueva musa que no tardar¨¢ convertirse en un ser doliente y lloroso por la imposibilidad de tener hijos con el pintor.
Wagner se pregunta sobre qu¨¦ es una mujer para Picasso durante el tiempo previo al Guernica. "Ya no es la modelo que protagoniza los espacios cerrados. Se han convertido en seres que han mutado en contenedores de sexo, muerte y reproducci¨®n. En el aspecto formal, lenguas, dientes o pezones aparecen atravesados por rayos de luz, pero sus cuerpos ya no se dedican en exclusiva en alimentar a sus hijos: se han convertido en armas de guerra porque entiende que el asesinato es algo inherente al ser humano".
Hay piedad y hay terror en Picasso. Y como los antiguos griegos, quiere representar en su obra ambos sentimientos. Recuerda Wagner cu¨¢l fue la posici¨®n de Picasso a prop¨®sito del espeluznante asesinato de las hermanas Papin que convirti¨® en hero¨ªnas a las asesinas para el movimiento superrealista franc¨¦s. "Frente a Lacan, que diagnostic¨® que estaban locas", cuenta Wagner, "las disculp¨® afirmando que la sangre forma parte de la vida. Est¨¢ aterrorizado pero la violencia y sus consecuencias no se ir¨¢n nunca de su vida".
M¨¢s all¨¢ del Guernica, las mujeres siguen protagonizando la exposici¨®n. El espacio titulado M¨¢quinas de sufrimiento es una sucesi¨®n de retratos de mujeres llorando. Casi siempre, la modelo es Dora Maar, incapaz de superar su problema de infertilidad. "Un artista no es tan libre como pod¨ªa creerse", escribi¨® el propio Picasso. "Para m¨ª, Dora Maar era una mujer que lloraba. Durante a?os la pint¨¦ en formas torturadas, no por sadismo ni porque me diera placer. Solo pod¨ªa seguir la visi¨®n que se me impon¨ªa. Esa era la profunda realidad de Dora".
La musa aparece siempre dentro de un espacio que puede ser un b¨²nker o una c¨¢mara de tortura. Un poema d Picasso, firmado en 1937 dice que "Dora es terriblemente tentadora con su disfraz de l¨¢grimas y su maravilloso sombrero, puesto por los golpes del destino"
La pieza final de la exposici¨®n est¨¢ protagonizada por un retrato de Dora Maar, realizado entre la primavera y el verano de 1940: Mujer pein¨¢ndose, prestado por el MoMA. Lo pinta mientras las tropas de Hitler se acercan a Par¨ªs. El artista est¨¢ en Royan, en un peque?o pueblo de la costa al que hab¨ªa huido en septiembre de 1939. La angustia tr¨¢gica del momento envuelve a la modelo que sigue sin poder superar su tristeza.
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