C¨®mo fabricar un ¨¦xito teatral con cuatro perras
¡®Nada que perder¡¯ y ¡®Danzad malditos¡¯ prueban que se puede llegar a p¨²blicos amplios con una inversi¨®n inicial m¨ªnima
Se estrenaron en Madrid hace dos a?os sin ninguna garant¨ªa de triunfo. Sin actores populares, con dramaturgias poco convencionales y una inversi¨®n inicial m¨ªnima: 12.000 euros en total, contando escenograf¨ªa, vestuario, luces, gastos de producci¨®n, pagos a autores y sueldos de ensayos. Pero, contra todo pron¨®stico, Nada que perder y Danzad malditos conquistaron al p¨²blico y a¨²n siguen de gira por Espa?a. Danzad malditos incluso gan¨® el a?o pasado el premio Max al mejor espect¨¢culo revelaci¨®n. ?C¨®mo se fabrica un ¨¦xito teatral con una ¨ªnfima parte de lo que puede llegar a costar (hasta 400.000 euros) un gran estreno del Centro Dram¨¢tico Nacional?
Primera clave: la sorpresa. ¡°Desde su nacimiento, hace ya 30 a?os, la compa?¨ªa Cuarta Pared mantiene una vocaci¨®n clara: desarrollar nuevas dramaturgias para p¨²blicos amplios. Es decir, hacer un teatro que sorprenda y, a la vez, sea capaz de captar la atenci¨®n de cualquier espectador¡±, afirma Javier G. Yag¨¹e, coautor y director de Nada que perder. ¡°Por eso nuestras obras parten siempre de largos procesos de investigaci¨®n¡±, a?ade.
A veces, magia
?Cu¨¢nto debe al talento un ¨¦xito teatral? "No tengo ni idea. Danzad malditos empez¨® a funcionar por el boca a boca y despu¨¦s fue ya imparable", confiesa Velasco. As¨ª empezaron tambi¨¦n hace a?os compa?¨ªas hoy consolidadas como Animalario o Kamikaze. La primera se present¨® en 1996 con el nombre de Raci¨®n de Oreja con una obra modesta que se convirti¨® en un pelotazo, Animalario, denominaci¨®n que finalmente adoptaron como colectivo.
Kamikaze -que hoy gestiona un teatro en el centro de Madrid- se estren¨® en 2009 con un audaz espect¨¢culo sin apenas escenograf¨ªa, La funci¨®n por hacer, que se convirti¨® en la revelaci¨®n de esa temporada y a¨²n sigue represent¨¢ndose de vez en cuando. "A veces, no se sabe por qu¨¦, todo fluye y se produce la magia", concluye Velasco.
As¨ª se cocin¨® el primer ¨¦xito de Cuarta Pared, Las manos, estrenado en 1999 tambi¨¦n con una inversi¨®n modesta. Lleg¨® a 500 representaciones, acumul¨® m¨¢s de 100.000 espectadores y se convirti¨® en un hito del pujante teatro alternativo de la ¨¦poca. Y as¨ª se ha gestado tambi¨¦n Nada que perder. Sus autores, Juanma Romero, QY Bazo (seud¨®nimo de los hermanos Enrique y Yeray Bazo) y Javier G. Yag¨¹e, empezaron a trabajar el texto en 2013 y lo maduraron durante dos a?os. ¡°Busc¨¢bamos una forma de contar diferente, una estructura de thriller que mantuviera la tensi¨®n¡±, aclara Yag¨¹e. Y lo lograron: el p¨²blico mantiene la respiraci¨®n y toda la cr¨ªtica ha alabado ¡°su eficacia narrativa¡± y el ¡°original encadenamiento discontinuo de los hechos¡±.
La sorpresa es tambi¨¦n un recurso en Danzad malditos, obra inspirada en la pel¨ªcula de similar t¨ªtulo (Danzad, danzad, malditos, dirigida por Sydney Pollack en 1969) con dramaturgia de F¨¦lix Estaire y direcci¨®n de Alberto Velasco. ¡°El espectador cree que va a ver algo que conoce por la pel¨ªcula. Pero se encuentra con que ni siquiera los actores saben c¨®mo va a acabar la obra: es una competici¨®n en directo¡±, comenta Velasco.
Segunda clave: pegarse a la realidad y apuntar directamente al coraz¨®n del espectador. El punto de partida de Nada que perder fue una carta al director de EL PA?S firmada por 27 profesores de secundaria que se public¨® en este diario en febrero 2013. ¡°Quer¨ªamos hablar de la crisis de valores que antecedi¨® a la econ¨®mica. De la corrupci¨®n que late por debajo del sistema. Y esa carta lo dec¨ªa todo¡±, recuerda Yag¨¹e. ¡°?Qui¨¦n es el valiente que se pone delante de una clase repleta y convence a sus alumnos de que tener unos estudios es importante, cuando est¨¢ claro que vale mucho m¨¢s el carn¨¦ de un partido que una licenciatura universitaria?¡±, empezaba aquella misiva.
Danzad malditos, aunque se basa en una obra de hace casi medio siglo, tambi¨¦n conecta con el espectador de hoy. ¡°Esa competici¨®n tan descarnada que se desarrolla en el escenario no es m¨¢s dura que el ejercicio de supervivencia que realizamos a diario. Y esa victoria del azar o la suerte sobre el trabajo, los m¨¦ritos y el esfuerzo se impone tambi¨¦n a menudo en nuestras vidas¡±, afirma el director.
Tercera clave: la precariedad. Aunque hablamos de casos de ¨¦xito, eso no significa que sus productores se hayan forrado. Es m¨¢s, ni siquiera han obtenido beneficios, solo los sueldos que les corresponden como parte del equipo art¨ªstico (los m¨ªnimos fijados por los sindicatos). Es el d¨ªa a d¨ªa del teatro de peque?o y mediano formato: los productores son los artistas.
¡°Los 12.000 euros que aportamos entre toda la compa?¨ªa [11 personas] los invertimos en la escenograf¨ªa, el vestuario y gastos de producci¨®n. No cobramos por la autor¨ªa ni por la direcci¨®n ni por los ensayos. Empezamos a recibir salarios en las funciones y solo ahora, dos a?os despu¨¦s, tenemos beneficios como productores¡±, resume Velasco. Ni siquiera agotando localidades durante un mes en un escenario de primera fila como Matadero en Madrid recuperaron la inversi¨®n.
La compa?¨ªa Cuarta Pared se mantiene gracias a la actividad de la sala del mismo nombre en la que se asienta desde 1986 en Madrid: cursos regulares, subvenciones y un p¨²blico fiel que conf¨ªa en sus producciones. ¡°Esa estabilidad nos ha permitido investigar largo tiempo antes de abordar cada nuevo montaje. Quiz¨¢ por eso funcionan: porque est¨¢n muy trabajados¡±, opina el director de Nada que perder, que actualmente ha vuelto a representarse en Madrid antes de salir de gira otra vez.
Tambi¨¦n Danzad malditos contin¨²a viajando. Alberto Velasco, en solitario, est¨¢ a punto de estrenar en el teatro Kamikaze de Madrid un interesante proyecto, La inopia. Coreograf¨ªas para un bailar¨ªn de 120 kilos, interpretado por ¨¦l mismo. Esta vez ha invertido m¨¢s: 25.000 euros.
Babelia
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