Richard Mosse: ¡°Es importante que el arte no se convierta en propaganda¡±
El fot¨®grafo irland¨¦s desaf¨ªa nuevamente los l¨ªmites de la fotograf¨ªa documental haciendo uso de una c¨¢mara t¨¦rmica militar
La c¨¢mara de Richard Mosse (1980, Kilkenny, Irlanda) ve lo mismo que un misil. Ve m¨¢s all¨¢ del alcance del hombre. Es capaz de detectar un cuerpo humano a m¨¢s de 30 Km de distancia, e identificar con precisi¨®n a un individuo a 6,3 kil¨®metros, d¨ªa y noche. As¨ª, los rostros an¨®nimos que pueblan sus im¨¢genes son casi un borr¨®n en blanco y negro. Refugiados y migrantes ilegales, figuras sin nombre que no tienen donde ir, que d¨ªa tras d¨ªa llegan a las fronteras huyendo de la guerra, el hambre, los efectos del cambio clim¨¢tico y los conflictos. Algunos lo han perdido todo, incluso su condici¨®n de ciudadano. Inquietante testimonio del desesperado periplo de parte de los 65 millones de desplazados (seg¨²n estimaciones de las Naciones Unidas), actores de un ¨¦xodo de dimensiones b¨ªblicas.
El fot¨®grafo supo de la existencia de un nuevo tipo de c¨¢mara que detecta la radiaci¨®n t¨¦rmica, incluyendo la temperatura corporal. Patentada por el ej¨¦rcito de Estados Unidos, fue inicialmente dise?ada como un sistema de vigilancia y est¨¢ siendo utilizada para seguir el rastro y disparar al enemigo. La c¨¢mara est¨¢ catalogada como un arma y regulada por la International Traffic in Arms Regulations (ITAR). Mosse hace uso de ella como un arma arrojadiza que nos confronta con la inc¨®moda realidad y nos hace abrir m¨¢s los ojos ante la desesperada lucha por la supervivencia de aquellos a quienes nos hemos acostumbrado a observar con la distancia propia de nuestro c¨®modo entorno. ¡°Somos todos refugiados en potencia", recuerda el artista.
Durante 52 minutos tres pantallas de ocho metros nos adentran en uno de los cap¨ªtulos m¨¢s significativos y dram¨¢ticos de nuestra reciente historia. Sumergidos en la oscuridad de The Curve, sala expositiva del londinense Barbican Centre, Incoming, la videoinstalaci¨®n de Mosse (filmada con la colaboraci¨®n del director de fotograf¨ªa, Trevor Tweeten), nos traslada de los bombardeos a los asentamientos del Daesh en Siria por parte del ej¨¦rcito norteamericano, a las traicioneras aguas del mar Egeo donde cientos de personas pierden sus vidas, a las tr¨¢gicas operaciones de rescate, a los polvorientos caminos transitados por camionetas atestadas de aquellos que cruzan el desierto del Sahara -persiguiendo lo que muchas veces resulta ser una entelequia-, a la cruda realidad de los campamentos de refugiados en Grecia y a la jungla de Calais. Mosse sumerge al espectador en una inc¨®moda y sobrecogedora geograf¨ªa acompa?ada de los sonidos disonantes recopilados por el compositor Ben Frost durante la filmaci¨®n.
Las primeras pruebas realizadas con la c¨¢mara (pesa 23 kg que sumado a un Steadicam y otros accesorios alcanza un total de 80kg) revelaron un tipo de imagen que, prescindiendo del color, resultaba tan est¨¦tico como perturbador. La c¨¢mara era incluso capaz de registrar el calor de las manos de los operarios de los grupos de salvamento que desesperadamente trataban de resucitar a las v¨ªctimas de hipotermia. Del mismo modo, al registrar solo los contornos de las zonas de distinta temperatura, la piel de los humanos aparec¨ªa cubierta por una tonalidad monocroma, sutil y resplandeciente. Una especia de p¨¢tina moteada que deshumaniza a los sujetos, quedando reducidos a meros rastros biol¨®gicos.
¡°Aparecemos retratados como organismos vulnerables, corporalmente incandescentes, nuestra mortalidad pasa a primer plano. Ante este artefacto, somos cifras. Incluso en la cercan¨ªa, la c¨¢mara es incapaz de percibir ese veh¨ªculo de comunicaci¨®n humana, la pupila de los ojos. Por el contrario, los representa como una viscosa gelatina negra. Los habituales signos de empat¨ªa humana quedan anulados. Esto nos deja confundidos, alienados, de repente el mundo aparece extra?o, nuevo¡±, escribe el fot¨®grafo irland¨¦s en un libro que complementa la exposici¨®n y que lleva su mismo nombre, Incoming. Editado por la editorial brit¨¢nica Mack, sus 600 p¨¢ginas alternan la foto fija con fotogramas de la videoinstalaci¨®n que, reproducidos con el brillo del papel satinado y a sangre, logran sugerir ese mismo clima de desasosiego y extra?eza que se respira en la sala.
Pero de la misma forma que la c¨¢mara deshumaniza al hombre, es capaz de crear im¨¢genes cargadas de ternura y emotividad gracias a su capacidad intrusiva para captar im¨¢genes desde la distancia.
No es la primera vez que este fot¨®grafo utiliza m¨¦todos que redefinen la fotograf¨ªa. Su serie Enclave lo lanz¨® a la fama en el 2012 al documentar los conflictos del Congo utilizando una c¨¢mara sensible a los rayos infrarrojos, que te?¨ªa los pasajes devastados por la guerra de un vivo color rosa. Esto le vali¨® representar a su pa¨ªs en la Bienal de Venecia y conseguir el prestigioso premio Deutsche B?rse Photography Prize. En la actualidad es uno de los finalistas al Prix Pictet. Algunos cr¨ªticos se plantean si una obra de arte destinada a ensanchar los l¨ªmites de la fotograf¨ªa documental se convierte en mero espect¨¢culo al estetizar el sufrimiento. La obra parece salir airosa de la encrucijada. Su poder¨ªo est¨¦tico resulta equiparable a las cuestiones morales que suscita en el espectador una vez abandonada la sala al plantearse su complicidad dentro de un sistema y de esta tragedia.
Sin embargo, no es un intento de representar la crisis de los refugiados de una forma supuestamente transparente u objetiva como lo hace el fotoperiodismo cl¨¢sico. Por el contrario, Mosse pretende enfrentarse y confrontar la forma en la que los occidentales, y nuestros gobiernos, representamos, y por tanto consideramos, al refugiado. "Eleg¨ª el t¨ªtulo Incoming (el que entra) no solo como evocaci¨®n del fuego que entra haciendo alusi¨®n a esa mentalidad de miedo que prevalece en la 'peque?a Gran Breta?a' en la actualidad", dice el fot¨®grafo irland¨¦s, "sino porque afirma una relaci¨®n objeto-sujeto? particular. El refugiado est¨¢ 'entrando' desde una perspectiva europea. Creo que importante recordar al espectador la subjetividad con la que se ha elaborado de forma consciente este trabajo".
"Aunque creo firmemente que es un momento importante para que los artistas centren sus energ¨ªas de forma productiva para producir un cambio pol¨ªtico, y que trabajen juntos para lograr este cambio, no creo que el arte deba convertirse en algo manifiestamente pol¨ªtico", destaca Mosse. "Creo que es importante que no se convierta en propaganda. El arte tiene la capacidad de desafiar y reorientar las percepciones del espectador y a veces incluso sus creencias, pero lo hace planteando preguntas en vez de ofreciendo respuestas".
Incoming. Richard Mosse. The Curve Barbican Centre. Londres. Hasta el 23 de abril.
Incoming. Richard Mosse. Mack Books. 576 p¨¢ginas. 40 euros.
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