Acapulco Shore: el ¡®lanchero¡¯, la ¡®gata¡¯ y el ¡®lord¡¯
El 'reality show' Acapulco Shore pone a M¨¦xico ante el espejo de sus peores males: el machismo y el clasismo de un sector de la sociedad
En uno de los lugares de M¨¦xico m¨¢s azotados por la violencia y la pobreza, un grupo de desconocidos se embuten en testosterona y silicona y roc¨ªan sus cuerpos desnudos con champ¨¢n. O tequila, o whisky o lo que haya. Pero en grandes cantidades, porque, como ellos manifiestan orgullosos: "Aqu¨ª lo que sobra es dinero". Realmente no lo hay, lo est¨¢n haciendo. Su trabajo consiste en beber, bailar y copular, casi siempre en este orden. Y todo frente a las c¨¢maras. Nada nuevo bajo el sol de los reality shows, pensar¨¢n algunos. La singularidad de esta edici¨®n mexicana es que el machismo y el clasismo se exhiben con satisfacci¨®n: con la camisa desabrochada hasta el ombligo y la cadena dorada asomando entre el pelo del pecho, siempre ligeramente empinado. Sinton¨ªzalo en prime time. Bienvenidos a Acapulco Shore.
¡ªDicen que no hay mujer fea, sino mujer pobre. O marido pobre.
La que hace convencida esa declaraci¨®n frente a una c¨¢mara es Gaby, nueva en esta cuarta temporada que estren¨® hace dos semanas la cadena estadounidense MTV. Para los que no conozcan de qu¨¦ va este programa, consiste en juntar a un grupo de ocho chicos y chicas, entre 20 y 30 a?os, que no se conocen, dentro de una casa. Un formato inspirado en Big Brother (Gran Hermano), pero con un c¨®ctel de todos los elementos que el programa original nunca se atrevi¨® a incluir: alcohol, drogas, fiesta y sexo en vivo. Y que se rompan los ratings.
Las tres temporadas de Acapulco Shore han acumulado m¨¢s de 50 millones de espectadores, tanto en M¨¦xico como en toda Latinoam¨¦rica, Espa?a e Italia. La franquicia Shore naci¨® en 2009 en Nueva Jersey con el prop¨®sito de mostrar la tribu urbana de la nueva generaci¨®n de descendientes de italianos en Estados Unidos, hijos de familias de clase trabajadora, que se comportaban perfectos para el programa: m¨²sculos, bronceado, fiesta. Ellos se autodenominaban "guido", un t¨¦rmino despectivo hacia esa comunidad que ellos abanderaban con orgullo. El programa se export¨® a Inglaterra, Espa?a, Italia, Polonia y M¨¦xico.
En la edici¨®n espa?ola te presentaban a un grupo de ninis de la crisis econ¨®mica, locos por las raves y la electr¨®nica de antros de carretera. Esa chica de clase media que vive en el extrarradio, amante de todo lo postizo y artificial, o ese chico de gimnasio que se vuelve loco por el tunning y sumar mujeres a su lista de conquistas. "Poligoneros" o "chonis" (nacos), se llamaron ellos mismos. "Cuando me muera, quiero que mis cenizas se esparzan por todo el Fabrik [un antro masivo de Madrid]", se convirti¨® en uno de los lemas del programa espa?ol. Todo era superficial y prefabricado, pero ten¨ªa algunos l¨ªmites. Acapulco Shore los ha pasado todos.
Aqu¨ª se junta un grupo de ni?os ricos que desprecia todo lo que huela a una clase inferior, en un pa¨ªs con m¨¢s de 50 millones de pobres. En un cap¨ªtulo un tipo apodado El Potro perdi¨® los papeles y comenz¨® a gritarle a una compa?era: "?Pinche gata!", le insist¨ªa, "?s¨²bete a tu cuarto de servicio! ?S¨¢cate o no te pago". Un chico bajito y moreno, a quien todos llaman Tony, tiene que aguantar como este mismo joven se pase el d¨ªa llam¨¢ndolo: "Pinche lanchero". Todos se r¨ªen. Incluido ¨¦l. A ellas las llaman directamente "indias". Y ah¨ª est¨¢ M¨¦xico, frente al espejo de sus peores males: el clasismo y racismo naturalizado de un sector de la sociedad.
El g¨¦nero femenino tambi¨¦n es el blanco f¨¢cil de estos gentelman de las Lomas (barrio acomodado de la Ciudad de M¨¦xico). "Se ven guapas, pero a ver si son tan perras como dicen", comenta otro integrante de Acapulco Shore al entrar a una discoteca. Han popularizado un t¨¦rmino, que ya ha trascendido la peque?a pantalla: "gargolear". Esto consiste en ir a "cazar g¨¢rgolas", o mujeres que ellos consideran feas. Lo repiten constantemente, orgullosos de la gracia de su chiste. En un pa¨ªs donde el machismo no provoca ningunas ganas de re¨ªr: la violencia de g¨¦nero se cobra siete v¨ªctimas al d¨ªa.
Quiz¨¢ no eran tan ricos antes de entrar a lo que ellos denominan ufanos "narcocasa". Pero una vez dentro, se sienten poderosos. Hacen org¨ªas delante de las c¨¢maras, las chicas se desnudan y les suplican algo de atenci¨®n. Rompen todo, como si nada de lo que hubiera all¨ª costase un peso. Porque tanto si nacieron en una familia acomodada como si no, lo cool es parecerlo: aclara tu rostro, t¨ª?ete de rubia, bebe champ¨¢n, no te ligues a una chica con rasgos ind¨ªgenas, que no se note que tu madre o tu padre son morenos, insulta a los que no pueden permitirse esos lujos. "Aqu¨ª lo que sobra es dinero".
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