El m¨¢s dotado... de prestigio
Con un palmar¨¦s escaso en mujeres y autores latinoamericanos, el Premio de la Cr¨ªtica a¨²n conserva la reputaci¨®n
En el convulso panorama espa?ol de premios literarios, donde tan dif¨ªcil es encontrar un galard¨®n libre de la presi¨®n del mercado, el de la Cr¨ªtica conserva a¨²n el aura de prestigio. Con un palmar¨¦s escaso en mujeres y autores latinoamericanos pero inapelable en talento literario en las cuatro lenguas del Estado, congrega a premios Nobel, Nacionales... y hasta puede presumir de haber descubierto a autores como Eduardo Mendoza, Premio Cervantes 2017, con su primera novela (La verdad sobre el caso Savolta, 1975).
¡°No puede hacerse la historia de la literatura en espa?ol de los ¨²ltimos 60 a?os sin tener en cuenta el Premio de la Cr¨ªtica. Y eso hoy no se puede decir de ning¨²n otro¡±, dice ?ngel Basanta, presidente del jurado y de la Asociaci¨®n Espa?ola de Cr¨ªticos Literarios. Los hijos muertos, de Ana Mar¨ªa Matute (1958), La ciudad y los perros, de Mario Vargas Llosa (1963), El embrujo de Shanghai, de Juan Mars¨¦ (1993), Crematorio, de Rafael Chirbes (2007), Blanco nocturno, de Ricardo Piglia (2010), solo por poner un pu?ado de ejemplos en la categor¨ªa de narrativa en castellano, figuran en la honor¨ªfica lista que inaugur¨® en 1956 Camilo Jos¨¦ Cela con La catira, dando relumbr¨®n a un premio surgido por empe?o del escritor Tom¨¢s Salvador y de cr¨ªticos como Julio Manegat o Juan Ram¨®n Masoliver.
Quer¨ªan una convocatoria alejada de los intereses de las editoriales y de cualquier prop¨®sito que no fuera reconocer la mejor obra publicada el a?o anterior en Espa?a. Y decidieron que la mejor forma de lograrlo era con un premio sin dotaci¨®n econ¨®mica para una obra ya publicada, emulando a reputados galardones como el Goncourt franc¨¦s, y avalado por un jurado independiente de profesionales. Hoy, ese tribunal que se renueva en un 50% cada a?o lo forman 21 personas que deben separar el grano de la paja de un sector que en 2016 lanz¨® 81.391 t¨ªtulos. ¡°Habr¨¢ habido errores, pero este premio se concedi¨® en poes¨ªa a autores como Caballero Bonald, Jos¨¦ ?ngel Valente o Jos¨¦ Hierro cuando no ten¨ªan relevancia¡±, explica ?ngel Luis Prieto de Paula, jurado y catedr¨¢tico de Literatura de la Universidad de Alicante. ¡°Que hoy sean importantes en la historia de la literatura sirve de term¨®metro para enjuiciar la limpieza del premio¡±, el ¨²nico que atiende a todas las lenguas.
Los latinoamericanos y las mujeres tienen un presencia insignificante en el palmar¨¦s. En el primer caso, podr¨ªa atribuirse a que durante muchos a?os, solo era para autores espa?oles. La realidad de las escritoras se presta a m¨¢s interpretaciones. Hist¨®ricamente se han publicado menos libros de mujeres, aducen Basanta y Prieto de Paula. Pero algo habr¨¢ tenido que ver tambi¨¦n, como se?ala Ana Rodr¨ªguez Fischer, colaboradora de EL PA?S, el hecho de que el jurado haya estado mayoritariamente formado por hombres. ¡°El premio se da al mejor libro del a?o. Nadie ha sido capaz de decirme qu¨¦ a?o ha habido un gran libro de una mujer y en cambio ha ganado un hombre¡±, zanja Fernando Valls, veterano jurado y profesor de Literatura en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
El prestigio y la credibilidad del galard¨®n se han visto, en cualquier caso, algo empa?ados por el descr¨¦dito general que suscitan los premios, seg¨²n la fil¨®loga Ana Cabello. No se cuestiona la independencia del jurado, ni la honestidad de un concurso cuyos fallos no suelen filtrarse y sit¨²an a los ganadores en la carrera por los Premios Nacionales. ¡°Me trajo suerte¡±, dice Cristina Fern¨¢ndez Cubas, que el a?o pasado se alz¨® ¡ªy no es una excepci¨®n¡ªcon los dos galardones por La habitaci¨®n de Nona. De lo que se le acusa es de hacer m¨¢s gui?os al mercado. ¡°En los 70 y los 80 el premio era una referencia insoslayable. Hoy se siguen demasiado modas, corrientes dominantes. Andamos otra vez a vueltas con un realismo muy costumbrista ajeno a los valores m¨¢s literarios y que reproduce lo que est¨¢ a la vista de todos¡±, argumenta Rodr¨ªguez Fischer, ex jurado y profesora universitaria. Valls disiente. ?Qu¨¦ tiene que ver Piglia con Fernando Aramburu o este con Fern¨¢ndez Cubas? A m¨ª lo que me preocupar¨ªa no es que gane un tipo u otro de libro, de un hombre o una mujer, de un joven o un veterano sino que gane un libro malo y si se conoce la historia literaria de la posguerra se ve que eso ha ocurrido pocas veces¡±. Muy pocas.
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