Los monstruos que forjaron una amistad
La primera soprano que encarn¨® a Julia Farnese en la ¨®pera ¡®Bomarzo¡¯, ahora en el Teatro Real, cuenta su relaci¨®n con el escritor Mujica Lainez, autor del libreto
A veces la casualidad juega con los nombres y hace que un argentino y una espa?ola se carteen, ¨¦l desde la C¨®rdoba argentina y ella desde la madrile?a avenida del General Per¨®n. ?l era el escritor Manuel Mujica Lainez ( Buenos Aires, 1910¨CC¨®rdoba, Argentina, 1984); ella, la soprano Isabel Penagos (Santander, 1931). Ambos se conocieron con motivo del estreno en Washington, en mayo de 1967, de Bomarzo, la ¨®pera de Alberto Ginastera con libreto del autor bonaerense, basada en su novela hom¨®nima y en la que Penagos representaba a Julia Farnese.
La soprano guarda grat¨ªsimos recuerdos de la relaci¨®n que mantuvieron, de las risas, de las conversaciones... Memoria que conserva en forma de fotograf¨ªas y cartas que ense?¨® a EL PA?S el pasado viernes, tras la presentaci¨®n de Bomarzo, que se estrena este lunes en el Teatro Real ¡ªse representa por primera vez en Espa?a cuando la obra cumple medio siglo¡ª. Penagos comentaba las fotos: "Este es el maestro Ginastera; este Tito Capobianco [director de escena] y su mujer; aqu¨ª Manucho...". Se refiere a Mujica Lainez como Manucho, "as¨ª le llamaban todos", se?ala. Sin embargo, cuando menciona al m¨²sico siempre antecede a su nombre la palabra maestro: "Era m¨¢s serio. Ginastera era el gran profesor, rodeado de alumnos, ceremonioso, iba como si fuera un Papa. A Manucho le gustaba m¨¢s tener amigos. Se llevaban de maravilla, dos cabezas fabulosas, dos se?ores".
Penagos cuenta entre carcajadas algunos episodios con Mujica Lainez, del que destaca su gran sentido del humor y su vitalidad. Se parte de risa cuando, al releer una de las cartas del escritor ¡ªfechada el 3 de diciembre de 1973¡ª, ve un tach¨®n en su nombre. "?Quieres creer que hab¨ªa escrito Isabel Per¨®n? ?Oh actualidad de ciertos nombres!", rectificaba el remitente, haciendo referencia a la entonces vicepresidenta argentina y esposa del presidente Juan Domingo Per¨®n, al que sustituir¨ªa tras su fallecimiento en 1974.
"?Anda que vivir en la avenida del General Per¨®n!, me dec¨ªa", la soprano asegura que el escritor siempre le avisaba cuando ven¨ªa a Madrid. Comenta que le encantaba ir al Museo del Prado, esos paseos por la pinacoteca le inspirar¨ªan su libro Un novelista en el Museo de Prado(1984). En uno de esos anuncios de visita Mujica Lainez escribe: "Proyecto hacerlo con un muchacho, estudiante de arquitectura, de la C¨®rdoba argentina. Recuerda que no s¨¦ viajar solo". Penagos reproduce otra conversaci¨®n en el mismo tono:
-Esta vez traigo otro secretario, me dec¨ªa Manucho.
-Ya te conozco... ?Ser¨¢ m¨¢s guapo que el anterior?, le preguntaba yo.
-Pues no s¨¦... ya me dir¨¢s qu¨¦ te parece.
-?Aqu¨ª no me traigas ning¨²n feo!
La cantante vuelve a re¨ªrse al hablar de la homosexualidad del escritor. "A m¨ª qu¨¦ me importaba, m¨¢s que fuera buena persona y adem¨¢s ten¨ªa mucho talento, as¨ª que mejor". Penagos se llevaba estupendamente con "los secretarios", como tambi¨¦n recuerda con cari?o a Anita, la esposa de Mujica Lainez: "Era encantadora, entend¨ªa a su marido como nadie, estaba convencida de que era feliz as¨ª y ella lo llevaba bien".
La soprano destaca que era un hombre "lib¨¦rrimo y positivo", por eso no le recuerda enfadado cuando, durante el dictadura del general Ongan¨ªa, en Argentina, se prohibieron las representaciones de Bomarzo en el Teatro Col¨®n de Buenos Aires. Hubo que esperar hasta el 29 de abril de 1972 para su estreno en el pa¨ªs del autor del libreto y del compositor. Penagos explica que se hab¨ªa publicitado como la ¨®pera del crimen, la alucinaci¨®n, el sexo... Incluso hab¨ªa quien cuestionaba si ser¨ªa un trabajo demasiado escabroso para una se?ora espa?ola. Ella bromeaba: "Que no se preocupen que me llevar¨¦ la cajita de la p¨ªldora".
Los recuerdos de Mujica Lainez acompa?an a Penagos como la voz de esta acompa?aba al escritor, de lo que deja constancia en su correspondencia. A la soprano le quedan algunos deseos por cumplir, uno se hace efectivo hoy: el estreno de Bomarzo en el Teatro Real. El conocer el Parque de los Monstruos, en Viterbo (Italia), que inspir¨® la novela y, por tanto, la ¨®pera que le trajo esa fuerte amistad, todav¨ªa est¨¢ pendiente.
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