¡®Chaise longue¡¯ de sangre
Pel¨ªcula indomable y recorrida por un insidioso humor negro, hurga en heridas de g¨¦nero, raza y clase, sin proporcionar ning¨²n albergue ideol¨®gico
LADY MACBETH
Direcci¨®n: William Oldroyd.
Int¨¦rpretes: Florence Pugh, Christopher Fairbank, Cosmo Jarvis, Baomi Ackie.
G¨¦nero: drama. Reino Unido, 2016.
Duraci¨®n: 89 minutos.
En las pinturas del dan¨¦s Vilhem Hammershoi, una severa luz n¨®rdica ba?a austeros interiores en penumbra donde enigm¨¢ticas figuras femeninas le dan la espalda al observador. Su obra fue una de las claves est¨¦ticas sobre las que Carl Theodor Dreyer construy¨® su imaginario, pero su influjo parece haber cobrado una nueva relevancia al amparo de una sensibilidad contempor¨¢nea que proyecta hacia el pasado sus interrogantes sobre la claustrofobia femenina. Se pod¨ªa detectar el eco de Hammershoi, por ejemplo, en Sunset Song (2015), de Terence Davies, y ahora el debutante William Oldroyd lo reivindica como referencia central de su muy malintencionada Lady Macbeth: la protagonista, obligada por su marido y su suegro a la m¨¢s absoluta y decorativa inmovilidad, se pasar¨¢ muchas sesiones de supuesto sexo conyugal desnuda y de cara a la pared, pero, al final de su transgresor recorrido, desafiar¨¢ con su mirada a todo espectador, regiamente sentada en su trono, o su chaise longue, de sangre.
Adaptaci¨®n libre de la novela Lady Macbeth de Mysensk, de Nikolai Leskov, publicada en 1865 en la revista Epoch dirigida por Dostoievsky y ya llevada al cine por Andrzej Wajda en 1962, la pel¨ªcula describe un cruento proceso de emancipaci¨®n propulsado por el deseo. Oldroyd traduce a su manera los dos rasgos m¨¢s caracter¨ªsticos de la escritura de Leskov ¨Cla oralidad y la concisi¨®n- en un trabajo de rotunda personalidad formal, que sortea el peligro del acartonamiento del melodrama de ¨¦poca, combinando de manera org¨¢nica un sensual dinamismo de c¨¢mara con composiciones cartesianas y rigurosos encuadres en plano general para los rituales de humillaci¨®n y las explosiones de crueldad. Pel¨ªcula indomable y recorrida por un insidioso humor negro, Lady Macbeth hurga en heridas de g¨¦nero, raza y clase, sin proporcionar a sus espectadores ning¨²n albergue ideol¨®gico bajo su amoral tormenta de pasiones.
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