Beatty se lo guisa y se lo come. En vano
Es de celebrar que el antiguo guaperas intente sentirse vivo siguiendo en la brecha, pero el resultado es mediocre
El inagotable y torrencial ingenio de Woody Allen asegur¨® hace mucho tiempo que si existiera la reencarnaci¨®n su mayor deseo ser¨ªa hacerlo en las yemas de los dedos de Warren Beatty, anhelo que seguramente compartimos casi todos los heterosexuales de este mundo si constatamos la esplendorosa lista de mujeres con las que Beatty ha intercambiado fluidos a lo largo de su existencia.
LA EXCEPCI?N A LA REGLA
Direcci¨®n:
Warren Beatty.
Int¨¦rpretes:
Warren Beatty, Lily Collins, Alden Ehrenreich.
G¨¦nero:
drama. EE?UU, 2016.
Duraci¨®n:
127 minutos.
Constatada la l¨®gica envidia y admiraci¨®n hacia la capacidad de seducci¨®n de este hombre, aclaro que jam¨¢s me ha interesado ni poco, ni mucho, ni nada su faceta de actor, aunque haya protagonizado pel¨ªculas que me gustan, como Lilith, Los vividores, Esplendor en la hierba, Bonnie and Clyde, Rojos y alguna otra que seguramente olvido. Admito que ha sido una estrella pero su luz y su magnetismo ni me rozan. Nunca pagar¨ªa una entrada por el cebo de su presencia. Su corta filmograf¨ªa como director es interesante, especialmente la ¨¦pica y compleja biograf¨ªa del periodista Jonn Reed que plasm¨® en Rojos.
El antiguo guaperas, que sufri¨® el tragic¨®mico numerito en la ¨²ltima ceremonia de los Oscar, ya ha cumplido 8o a?os, edad invernal que puede invitar al retiro profesional debido a la falta de fuerza o a la sensaci¨®n de que el camino ha llegado a su fin. No es el caso de Warren Beatty. Produce, interpreta y dirige La excepci¨®n a la regla. Y al terminar su visi¨®n me pregunto: ?para qu¨¦?
Al igual que Martin Scorsese en la irregular El aviador (todo lo referente a Katharine Hepburn era una caricatura boba), Beatty se ha sentido fascinado por el personaje de Howard Hugues, aquel multimillonario enloquecido y exc¨¦ntrico, amante del riesgo y del perfeccionismo en la aviaci¨®n y en el cine, enganchado a la code¨ªna y su propia leyenda, coleccionista de actrices en todos los sentidos, solitario, arrogante, mani¨¢tico y d¨¦spota, alguien con m¨²ltiples zonas de sombra.
Aqu¨ª la historia se centra fundamentalmente en la relaci¨®n de Hugues con una sure?a muy joven que aspira a ser actriz, compositora y cantante. Tambi¨¦n en el ej¨¦rcito de exasperados servidores del magnate, gente que aunque haya comenzado trabajando de ch¨®fer es consciente de que puede prosperar enormemente si sabe interpretar los deseos y las ¨®rdenes de su enigm¨¢tico jefe.
No existe pulso narrativo ni aliento en esta fatigosa pel¨ªcula. Muestra situaciones repetitivas y es muy dif¨ªcil que te interesen lo m¨¢s m¨ªnimo el presente y el futuro de sus personajes. Se nota que la producci¨®n es tan posibilista como ausente de medios, nada del derroche que caracterizaba al antiguo cine de Beatty. Los amigos le han echado una generosa mano interpretando papeles breves. Y hay gente ilustre poblando secundariamente ese universo, como Annette Bening, Candice Bergen, Ed Harris, Oliver Platt, Alec Baldwin, Martin Sheen y Paul Sorvino. Si su presencia ha salido barata, Beatty tampoco se ha gastado mucho en decorados ni en efectos especiales. Abundan los interiores. Y celebras que Beatty intente sentirse vivo siguiendo en la brecha.
Pero el resultado es mediocre. Y por supuesto, me asalta el rubor cuando esa actriz casi adolescente y de principios r¨ªgidos se lo monta con el anciano. No te lo crees. El gran seductor deber¨ªa de saber que la vejez tambi¨¦n impone l¨ªmites.
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