Cortina: ¡°Lo que molesta de los inmigrantes es que sean pobres¡±
La profesora de Filosof¨ªa dedica su ¨²ltimo libro a demostrar que lo que subyace en el auge de la xenofobia en Europa y Estados Unidos es la aversi¨®n al necesitado
Adela Cortina vuelve a dar en la diana del debate p¨²blico con un libro que tiene por objeto dar nombre a lo que ocurre y no se ve. Y lo que ocurre, seg¨²n ella, es que detr¨¢s de la ola de xenofobia que invade Europa y Estados Unidos, lo que hay es un sentimiento de aversi¨®n, de rechazo al pobre: aporofobia. ¡°Lo que molesta, primero de los inmigrantes, y luego de los refugiados, no es que sean extranjeros, sino que sean pobres¡±, sostiene. Todas las fobias ¡ªhomofobia, islamofobia, xenofobia¡ª son patolog¨ªas sociales que se expresan en forma de odio al diferente, pero esta llega enmascarada y lo que Adela Cortina hace en su libro Aporofobia, el rechazo al pobre?(Editorial Paid¨®s) es diseccionar los or¨ªgenes y expresiones de un sentimiento muy arraigado que, convenientemente manipulado con fines electoralistas, se ha convertido ¡°en un problema pol¨ªtico y un desaf¨ªo para la democracia¡±.
El libro no puede ser m¨¢s oportuno y ella lo celebra, porque quiere contribuir al debate. ¡°Observ¨¦ que la xenofobia, el rechazo a los extranjeros, ocupaba el centro del discurso pol¨ªtico, pero era evidente que no todos los extranjeros molestaban por igual. A los que llegaban cargados de petrod¨®lares, por muy diferentes que fueran, se les pon¨ªa alfombra roja, igual que a los turistas¡±. Los extranjeros comenzaron a molestar cuando llegaron los inmigrantes econ¨®micos, a los que m¨¢s tarde se sumaron los refugiados. ¡°Luego vino Trump prometiendo levantar un muro y qu¨¦ casualidad, era para impedir la llegada de los mexicanos, no de los canadienses¡±, explica. Tras esta primera aproximaci¨®n, Adela Cortina se plante¨® si los que molestan son los extranjeros pobres o los pobres en general. Y la respuesta, que desarrolla con todo tipo de referencias filos¨®ficas en el libro, no ofrece dudas: molesta la pobreza en general, lo que ocurre es que si los pobres son adem¨¢s extranjeros, es m¨¢s f¨¢cil presentarlos como una amenaza para la identidad. ¡°La aversi¨®n es hacia todos los pobres, incluidos los de la propia familia¡±, sostiene. ¡°El rechazo al pobre implica siempre una actitud de superioridad y suele incluir la culpabilizaci¨®n de la v¨ªctima¡±.
Pero este discurso no es algo que haya surgido de repente. Ha crecido al calor de la ¨²ltima crisis, cierto, pero tiene hondas ra¨ªces culturales y hasta biol¨®gicas. La autora bucea en la biolog¨ªa evolutiva para demostrar que la aporofobia est¨¢ incrustada en nuestro cerebro como una marca de la lucha por la supervivencia como especie. ¡°Todos los seres humanos somos apor¨®fobos¡±, insiste. Identificarse con el grupo y desconfiar del extra?o fue durante mucho tiempo una forma de defenderse de la amenaza de otros grupos tribales. Pero tambi¨¦n dentro del propio grupo surge el rechazo al pobre porque rompe las las reglas de cohesi¨®n interna basadas en dar y recibir. Los pobres no pueden dar, luego nada se espera de ellos.
Esta es la raz¨®n, seg¨²n Adela Cortina, por la que los discursos pol¨ªticos que apelan a este tipo de emociones tienen tanta receptividad. Pero sorprende que el discurso xen¨®fobo haya crecido tanto y tan r¨¢pidamente, cuando hace apenas unos a?os Europa viv¨ªa sus mejores a?os gracias a unas pol¨ªticas p¨²blicas basadas en el principio de solidaridad. ¡°El cerebro es muy pl¨¢stico y podemos modificarlo ¡ªlo cual es muy buena noticia¡ª pero tanto en un sentido como en otro. Se puede ahondar en la tendencia a la aporofobia si hay un discurso p¨²blico que la favorece, una ideolog¨ªa predominante, la neoliberal, que es una reacci¨®n frente al Estado de bienestar y sostiene que el pobre es el ¨²nico culpable de su pobreza¡±.
Adela Cortina considera que uno de los ant¨ªdotos frente este tipo de fobias es justamente reforzar y rehabilitar el Estado social. ¡°Me parece fundamental reforzar el discurso de la igualdad y del respeto a los derechos econ¨®micos y sociales, que es el fundamento de la socialdemocracia. Garantizar estos derecho no consiste solo en aplicar pol¨ªticas para erradicar la probreza, sino en disminuir las desigualdades¡±.
El otro gran ant¨ªdoto, seg¨²n Adela Cortina, es la educaci¨®n: seguir educando en los valores de la solidaridad y el respeto al diferente, aunque admite que es una paradoja comprobar que, despu¨¦s de haber sido educados en esos valores, despu¨¦s de que la Uni¨®n Europea los asumiera incluso como principios fundacionales, tanta gente est¨¦ ahora abrazando el discurso xen¨®fobo, incluidos muchos j¨®venes. ¡°El problema es que tambi¨¦n la sociedad educa, y a veces, hay una contradicci¨®n flagrante entre lo que dicen los libros y lo que la sociedad transmite con el ejemplo¡±. ¡°No quiero ponerme apocal¨ªptica¡±, prosigue, ¡°porque soy de los que creen que en la sociedad hay de todo y que hemos mejorado mucho, pero si los j¨®venes estudian unos valores y luego ven que viven en una sociedad sin compasi¨®n por los que vienen de fuera, sin compasi¨®n con los pobres, sin solidaridad con los necesitados, no debe sorprendernos que aumente la xenofobia y la aporofobia¡±.
¡°Ha habido un tiempo en que el sistema democr¨¢tico era aceptado por todos, pero ha empezado a surgir un cierto cansancio respecto de la democracia y de lo conseguido. Y han aparecido grupos que no proponen nada alternativo, pero han sabido explotar el malestar subyacente. Se ha descuidado la situaci¨®n de amplias capas de la poblaci¨®n y en esto hemos de ir con mucho cuidado. La gente se hab¨ªa hecho ilusiones, y ahora ve que no prospera y se siente maltratada. En ese estado de ¨¢nimo, muchos buscan un chivo expiatorio, que suele ser un pobre. En EE UU los mexicanos, en Europa, inmigrantes y refugiados¡±.
El olvido como mecanismo de adaptaci¨®n
Resulta sorprendente lo r¨¢pido que la sociedad olvida los traumas y las experiencias del pasado. La b¨²squeda de chivos expiatorios ha causado estragos en Europa. La victoria de Trump revela la velocidad a la que los americanos han olvidado que todos ellos fueron antes inmigrantes. ¡°Este olvido no deja de ser una forma de adaptaci¨®n en una situaci¨®n que se percibe con temor. Incluso los mexicanos que emigraron a Estados Unidos no hace tanto, han votado a Trump y quieren cerrar las puertas a los que llegan ahora¡±, dice Adela Cortina. ¡°Nuestra capacidad de olvido, es tremenda. Los humanos somos los seres m¨¢s adaptativos, ponemos entre par¨¦ntesis todo lo que puede ser un obst¨¢culo¡±, a?ade.
Babelia
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