El sexo de los discapacitados
Acompa?ado de un fondo musical flamenco del Ni?o de Elche, el envite tiene tanto de cine activista como de operaci¨®n para importunar
VIVIR Y OTRAS FICCIONES
Direcci¨®n: Jo Sol.
Int¨¦rpretes: Antonio Centeno, Pepe Rovira, Arantzazu Ruiz, Ann Perell¨®.
G¨¦nero: docudrama. Espa?a, 2016.
Duraci¨®n: 81 minutos.
"Mi cuerpo es dinamita para los muros de la normalidad, para el individualismo, la productividad, el utilitarismo, el capitalismo, el patriarcado y el f¨²tbol los domingos". Lo dice, apuntando con bala a los estratos mayoritarios de la sociedad, y quiz¨¢ mezclando churras con merinas, el protagonista de Vivir y otras ficciones, apuesta radical de fondo, no tanto en la forma, del siempre atrevido Jo Sol, alrededor de cuesti¨®n tan peliaguda como las relaciones entre la discapacidad y la necesidad de sexo. "Peliaguda", seg¨²n los c¨¢nones de la "normalidad". Natural¨ªsima, seg¨²n los autores de la pel¨ªcula, con aspecto de documental pero en realidad ficci¨®n, que hereda adem¨¢s a uno de los personajes de su anterior El taxista ful (2005), otra de las experimentaciones sociales y narrativas de Sol.
La intenci¨®n del director, y de su alma protagonista, Antonio Centeno, es mostrar a las personas "con diversidad" como seres deseantes. Y para ello, en la pel¨ªcula, en la ficci¨®n realista en la que se zambulle este docudrama esquinado y extremo, fundan una especie de proyecto de asistencia social en el que se contrata a prostitutas profesionales para aliviar sexualmente a personas con discapacidad. Vivir y otras ficciones, filmada por momentos con concienzudos planos generales (el cambio de la sonda, cada ma?ana, por parte de la enfermera), pero que en los momentos cumbre del sexo, una prostituta masturbando a una persona con discapacidad, elude la mirada frontal para acudir a unos plano-contraplano que pueden ser tan ciertos como falsos, te interpela como espectador y como ser humano, y te coloca como esp¨ªa privilegiado de situaciones ante las que es muy probable que se prefiera mirar de soslayo.
Acompa?ado de un adecuad¨ªsimo fondo musical flamenco de Ni?o de Elche, el envite tiene tanto de cine activista como de operaci¨®n perge?ada para importunar. Y un destino seguramente marcado. Que (casi) nadie quiera ver una pel¨ªcula como esta es su gran triunfo. Y tambi¨¦n su fracaso. O viceversa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.