Ni?os que buscan una salida
Las dos pel¨ªculas a concurso, ¡®Wonderstruck¡¯ y ¡®Nelyubov¡¯ se acercan de manera muy distinta al ansia infantil por encontrar su lugar en el mundo
Pocos creadores del siglo XXI podr¨ªan parecerse menos en el cine actual que el estadounidense Todd Haynes y el ruso Andr¨¦i Zvyagintsev. En su manera de ver la vida, de narrar, incluso en los tiempos en los que les gusta datar sus pel¨ªculas. Y sin embargo, el festival de Cannes les ha unido en la primera jornada de la competici¨®n subrayando el sutil paralelismo que albergan sus nuevos trabajos, en los que los ni?os son asfixiados por los adultos, y deben buscar su propia salida a las fuerzas morales y sentimentales que les constri?en.
Por turnos, el primero en aparecer ante la prensa ha sido Todd Haynes, a quien los hermanos Coen, que presid¨ªan el jurado, le birlaron una Palma de Oro bien merecida por Carol. En Wonderstruck lleva a la pantalla una novela de Brian Selznick (La invenci¨®n de Hugo), que el mismo autor ha adaptado. En el libro, dos historias protagonizadas por ni?os ¨Cuna cr¨ªa sorda en 1927, justo en el advenimiento del cine sonoro; otro en 1977, que por un accidente ha perdido primero a su madre y luego la audici¨®n- corren en paralelo. ¡°Jugu¨¦ con los formatos como en En la invenci¨®n de Hugo, y en el libro una de las narraciones, la m¨¢s antigua, se cuenta en im¨¢genes, muy visual para subrayar la sordera, y la otra en palabras. Al pasar al cine ese juego se convirti¨® en el blanco y negro de 1927 y en el color de 1977¡±, cuenta en Cannes Selznick. Cerca de ¨¦l, Haynes cuenta que acept¨® el proyecto, por ¡°lo irresistible del material¡±. ¡°Nunca hab¨ªa trabajado con un guion que jugara con la imaginaci¨®n infantil, y decidimos construir la historia ahondando en el misterio central: cu¨¢les son las respuestas a lo que va surgiendo y por qu¨¦ ambas historias comparten el espacio de una pel¨ªcula¡±.
Efectivamente, tras un arranque moroso, Wonderstruck va ganando altura, desarrollando emociones, firmemente asentados en un prodigioso dise?o de producci¨®n. ¡°Para los a?os veinte me inspir¨¦ en Y el mundo marcha, de King Vidor. Para los colores y los calores de los setenta revis¨¦ French Connection, de William Friedkin. Nada en la pel¨ªcula es f¨¢cil, aunque pudimos filmar en el Museo de Historia Natural¡±, describe el director sobre la ambientaci¨®n, en la que de paso perfila un Nueva York muy poco humano.
Lo que s¨ª une a Wonderstruck con la filmograf¨ªa de Todd Haynes es su desarrollo en el pasado. El estadounidense reh¨²ye en los ¨²ltimos trabajos filmar en la actualidad. ¡°A m¨ª el pasado me inspira por m¨²ltiples razones. En este caso el filme homenajea a todo lo que, pide construimos con las manos, incluido el lenguaje de los signos. Es un homenaje al pegamento, la madera, la tinta, los dioramas¡¡±. Que los protagonistas fueran ni?os no le supuso mayor problema: ¡°Todo tiene que ver con la imaginaci¨®n, y quer¨ªamos respetar la complejidad del libro, que describe su aislamiento en sus propias familias y c¨®mo ellos mismos se lanzan a buscar su mundo y sus respuestas¡±.
En esa apuesta por respetar el material original, pidieron a varias asociaciones de sordos que sus ni?os enviaran grabaciones. As¨ª encontraron a Millicent Simmonds, que encarna a la protagonista de 1927. ¡°Ella me conquist¨® el coraz¨®n desde el primer d¨ªa¡±, confes¨® Haynes, casi de la misma manera que ¨¦l tiene seducido a Julianne Moore, habitual compa?era suya de aventuras cinematogr¨¢ficas, que a su lado ¨Ccomo int¨¦rprete de dos roles, uno por ¨¦poca- coment¨®: ¡°Es un privilegio trabajar con un genio. Entras en su mundo y es maravilloso¡±.
Adi¨®s a la inocencia
En el caso de Andr¨¦i Zvyagintsev, Nelyubov prosigue con su relato de la podredumbre de la sociedad moderna en general, y la rusa en particular. En Cannes, Zvyagintsev siempre ha dejado buen sabor de boca con t¨ªtulos como Elena y Leviat¨¢n, tras su debut con El regreso. ¡°Es imposible no pensar en Cannes cuando ruedas porque ya has estado antes en el certamen. Pero intento ser lo m¨¢s libre posible en mi trabajo¡±, contaba el ruso, tan aplaudido como el estadounidense en su convocatoria ante la prensa. En Nelyubov explora a¨²n m¨¢s sus largas panor¨¢micas de la naturaleza para ilustrar la crueldad que envuelve a una pareja en plenos tr¨¢mites de divorcio a la que solo les une un piso en venta que casi no pisan y un hijo de 12 a?os, aplastado por la situaci¨®n y que un d¨ªa desaparece. ¡°Alexander [el productor Alexander Rodnyansky] y yo charlamos sobre lo que quer¨ªamos hacer despu¨¦s de Leviat¨¢n. Hab¨ªa varios guiones preparados, pero me ense?aron tres p¨¢ginas de la sinopsis de lo que preparaba el guionista y lo vi claro. Decidir seguir esta historia¡±, asegura el cineasta
Leviat¨¢n levant¨® una polvareda pol¨ªtica en Rusia. Tanto, que el productor decidi¨® a partir de ese momento no pedir ninguna ayuda estatal. ¡°Al ministro de Cultura no le gust¨® Leviat¨¢n¡±, asegura en ingl¨¦s Rodnyansky con tono ir¨®nico, ¡°as¨ª que no le har¨¦ pasar la misma verg¨¹enza. Yo he buscado coproducci¨®n europea y hoy el filme es belga-ruso-germano-franc¨¦s¡±. Zvyagintsev confirma que ¨¦l no entra en esos detalles. ¡°Yo disfruto de una parte m¨¢s c¨®moda. Por ejemplo, los apartamentos se construyeron tal y como yo los imagin¨¦¡±.
En Nelyubov se cuela a trav¨¦s de informativos radiof¨®nicos y televisivos la vida diaria rusa, sumergida en pura propaganda. ¡°Si viste Leviat¨¢n ya sabes lo que pienso. Lo que se oye es lo que les rodea en esos tiempos y data a los personajes. A m¨ª lo que me gusta es el paralelismo entre la vida en Rusia y la familiar de los personajes¡±, dec¨ªa el realizador, que record¨® que cada d¨ªa desaparecen en su pa¨ªs m¨¢s de 300 personas, ¡°tantas como pasajeros de un Boeing 747¡±, y que los voluntarios que en el filme buscan al ni?o existen en la realidad. ¡°En Mosc¨² esa asociaci¨®n cuenta con unos mil socios y es muy efectiva encontrando a esos cr¨ªos perdidos¡±.
Y al final, inquirido sobre si Nelyubov pudiera ser el cierre de una trilog¨ªa, Zvyagintsev, feliz con la idea, solt¨®: "Hay gente que dice que los directores rodamos siempre la misma pel¨ªcula".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.