Ojos sucios, lenguas viperinas
La autora reivindica la prosa geom¨¦trica de Gertrude Stein en 'Tres mujeres' y el humanismo de la cuentista Edith Pearlman en 'Miel del desierto'
A lo largo de este curso corroboro preferencias literarias y hago algunos descubrimientos. Entre mis corroboraciones sobresalen la prosa geom¨¦trica de Gertrude Stein en Tres mujeres publicada por la joven editorial Sitara; el encaje entre lo formal y lo pol¨ªtico que lleva a cabo Bri?gitte Reimann en la arriesgad¨ªsima Franziska Linkerhand (Errata Naturae) y La vida tranquila (Mardulce), de Marguerite Duras, traducida por Alejandra Pizarnik: dos escritoras confluyen en un libro donde la francesa se encarniza y la poeta argentina, al traducir, se escritura. ¡°Este cuerpo es verdadero, es verdadero¡±. Junto a cuerpo y verdad, hallamos en La vida tranquila otras claves de lectura durasiana: impasibilidad, disociaci¨®n, hast¨ªo y voz. Por las bocas de los personajes de esta tragedia, rural y existencialista, salen ¡°estupideces doradas¡±. Nadie sabe hacerlo mejor que Duras a trav¨¦s del ojo sucio de Pizarnik. Por su parte, en Babilonia (Anagrama), Yasmina Reza aplica su lengua viperina y descacharrante para retratar las peque?as infamias de nuestra vida social. Lleva al extremo la normalidad convirti¨¦ndola en un lugar desquiciado y desquiciante: un par¨®dico pretexto policiaco llevar¨¢ a la narradora y su vecino, Jean-Lino, a desvelar los lugares comunes de una doble moral tan blandengue como f¨¦rrea: antitabaquismo, trituraci¨®n de los polluelos en las granjas, ni?os emperadores.
Entre mis descubrimientos sobresale uno que deber¨ªa ser antiguo: Edith Pearlman demuestra en Miel del desierto (Alianza) que es quiz¨¢ una de las m¨¢s grandes cuentistas en lengua inglesa. Hay en sus relatos algo de ese Nathaniel Hawthorne que encontraba, en las tradiciones y convenciones, lo l¨®brego y grotesco. Algunos personajes femeninos parecen hijas del sombrero loco por su subversiva extravagancia. Pearlman reconstruye una huella gen¨¦tica, universal, humana, h¨ªbrida, m¨¢s all¨¢ de cualquier integrismo racial. Hace la cr¨ªtica al juda¨ªsmo desde muy dentro de ¨¦l. Otro descubrimiento es Perd¨®n (N¨®rdica), de la noruega Ida Hegazi Hoyer: una mujer joven se enamora de un hombre que le regala un anillo hecho de sedal de pescar. El anillo se mete dentro de su piel, la hiere, circula por sus venas. Ella sabe que morir¨¢ cuando el anillo le llegue al coraz¨®n. Con tono legendario y lirismo, Hegazi cuenta una historia de maltrato, dependencia y animales terribles con im¨¢genes deslumbrantes e inc¨®modas, a las que indudablemente ayuda la traducci¨®n de Cristina G¨®mez-Baggethun. Por ¨²ltimo, leo No, mam¨¢, no (Alba), de Verity Bargate. Una madre siente por su hijo reci¨¦n nacido el mismo afecto que por un trozo de placenta envuelto en una manta. La comprendo y me asusta. Es puro gozo. Actualidad.
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