¡®Twin Peaks¡¯, la serie que puso la televisi¨®n del rev¨¦s

Detr¨¢s de la cortina roja hay un enano que baila y habla al rev¨¦s. Una se?ora lleva en brazos un tronco que asegura que tiene las respuestas a todos los secretos. Otra mujer pasa de estar obsesionada con las cortinas de su casa a creer que es una adolescente y tener una fuerza descomunal. Pero, madre m¨ªa, qu¨¦ buena est¨¢ la tarta de cerezas de este pueblo.

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¡®Twin Peaks¡¯ os decepcionar¨¢

¡®Twin Peaks¡¯ y la ausencia en vi?etas

As¨ª cont¨® EL PA?S (y sus lectores) en 1990 el ¨¦xito y la decepci¨®n de ¡®Twin Peaks¡¯

Hace 27 a?os, en marzo de 1990, arrancaba en Estados Unidos Twin Peaks. Y puso la televisi¨®n patas arriba. Pocos estaban preparados para lo que ven¨ªa. Ni siquiera la cadena que la emiti¨® en Estados Unidos, ABC. Con el asesinato de Laura Palmer como excusa, el director David Lynch y el guionista Mark Frost condujeron a los espectadores a trav¨¦s de una historia inquietante, a ratos surrealista e, incluso, delirante que se convirti¨® en todo un fen¨®meno que pas¨® la pantalla y que arrancaba con la llegada del agente Dale Cooper a Twin Peaks para investigar la muerte de la popular chica. A pesar de su casi inquebrantable optimismo, descubr¨ªa que el mal puede habitar tambi¨¦n en un tranquilo pueblo de exc¨¦ntricos habitantes.

"Nunca se hab¨ªa visto en prime time en una cadena en abierto nada como esto". La frase de la cr¨ªtica de The New York Times publicada en 1990 refleja lo que signific¨® Twin Peaks en una televisi¨®n acostumbrada a historias lineales en las que, si el espectador se encontraba un asesinato al comienzo, sab¨ªa que tendr¨ªa la resoluci¨®n del misterio al final. "Twin Peaks se?ala el a?o cero de la nueva televisi¨®n", dice Enric Ros, uno de los autores del libro Regreso a Twin Peaks (Errata Naturae). "Cogi¨® a la audiencia un poco fuera de juego en el sentido de que gran parte de los espectadores pensaban ver un policial y se encontraron con un producto de autor que exig¨ªa de un compromiso por parte del espectador y dejarse llevar hacia esos extra?os mundos lyncheanos", a?ade Raquel Crist¨®stomo, que tambi¨¦n participa en el volumen dedicado a la serie que ahora regresa.

Porque en una de las ¨²ltimas secuencias de la segunda y, hasta ahora, ¨²ltima temporada de la ficci¨®n,?Laura Palmer promet¨ªa al agente Cooper volver a verle dentro de 25 a?os. La profec¨ªa se hace realidad con un poco de retraso con una nueva entrega dividida en 18 partes (llamarlos cap¨ªtulos quiz¨¢ es demasiado aventurado trat¨¢ndose de David Lynch) que arranca en la madrugada del 21 al 22 de mayo (04.00) con la emisi¨®n de un doble episodio en Movistar Series Xtra. Adem¨¢s, ese mismo d¨ªa estar¨¢n disponibles los cuatro primeros episodios bajo demanda en Movistar +.

Lynch vuelve a la televisi¨®n rodeado de buena parte del elenco original de la serie e incorporaciones como Laura Dern, Naomi Watts, Ashley Judd, Tim Roth o Jeremy Davies. Y lo hace con total libertad, aquella que no tuvo en 1990 cuando la cadena ABC le oblig¨® a resolver el asesinato que ten¨ªa en vilo a medio mundo. "En cuanto una serie obtiene una sensaci¨®n de cierre, te da una excusa para olvidar que has visto esa maldita cosa", dec¨ªa el director en Los ?ngeles Times en 1990. Pero eso no lo sab¨ªan todos los espectadores que esperaban conocer el nombre del asesino de Laura Palmer al final de la primera temporada y que colapsaron la centralita de Telecinco, la cadena que la emiti¨® en Espa?a en lo que fue todo un ¨¦xito de audiencia para el reci¨¦n nacido canal. "Nos han llamado de todo", aseguraba a EL PA?S en 1990 Manuel Villanueva, entonces jefe de programaci¨®n del canal. Los espectadores no pod¨ªan entender que se hubiera anunciado el desenlace y que la cosa acabase as¨ª. Eso s¨ª, Telecinco, que emiti¨® la primera temporada en dos semanas, logr¨® su r¨¦cord de audiencia con el final, que reuni¨® a 3,3 millones de espectadores en Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla.

Adem¨¢s de aquella ira y de una segunda temporada que, tras resolver el asesinato, cay¨® en picado en espectadores, Twin Peaks dej¨® para la posteridad una herencia de la que ha bebido buena parte de la televisi¨®n posterior. "Su influencia se nota especialmente en la creaci¨®n de personajes que no son pr¨ªstinos y cristalinos, ni h¨¦roes campbellianos, sino llenos de dobleces y significados ocultos", dice Cris¨®stomo. Entre los herederos directos figuran nombres como los de David Chase, creador de Los Soprano, Damon Lindelof, uno de los nombres detr¨¢s de Perdidos y The Leftovers, o Matthew Weiner, responsable de Mad Men, que asegura que con Twin Peaks fue consciente de lo que era posible hacer en televisi¨®n.

Toda serie que gira en torno a la investigaci¨®n del asesinato de una mujer joven, que est¨¢ centrada en un pueblo con exc¨¦ntricos habitantes, que da importancia a los sue?os o al subconsciente, que da tanta importancia a qu¨¦ se cuenta como a c¨®mo se cuenta, y que se entiende a s¨ª misma como un puzle que alimenta la especulaci¨®n de los fans, bebe de la herencia de Twin Peaks irremediablemente y su combinaci¨®n de investigaci¨®n, culebr¨®n, comedia negra e incluso serie de terror, todo llevado al extremo y desde el particular ¨¢ngulo de Lynch.

Incluso fue precursora, en muchos aspectos, del fen¨®meno fan que algunas series logran crear alrededor de ellas. Elena Neira, autora del libro La otra pantalla (UOC), cree que "una de las grandes aportaciones de Twin Peaks a la televisi¨®n moderna es la toma de conciencia, por parte de la industria, del activo que representa el apoyo de los fans a la hora de conseguir que un programa tenga verdadero impacto cultural y ¨¦xito en su periplo por la pantalla". La serie que protagoniza Kyle MacLachlan fue revolucionaria en la forma de relacionarse con sus seguidores, apostando por el transmedia cuando todav¨ªa nadie usaba esa palabra con la publicaci¨®n de libros que ampliaban el universo narrativo de la serie o promoviendo quedadas para comentar los misterios y, en definitiva, siendo "el programa del que ten¨ªas que estar al tanto si no quer¨ªas parecer un imb¨¦cil", como dice Elena Neira, que tambi¨¦n recuerda c¨®mo los fans crearon COOP, siglas de Citizens Opposing the Offing of Peaks (ciudadanos contrarios al cese de Peaks), para presionar a la cadena y evitar la cancelaci¨®n de su serie favorita.

Sus logros, sus revoluciones y tambi¨¦n sus imperfecciones la convirtieron en la serie de culto que es. "Su cancelaci¨®n fue un fracaso glorioso", dice Enric Ros. Para muchos, Twin Peaks se estir¨® m¨¢s de la cuenta. Pero eso no quita para que la expectaci¨®n que ha generado su regreso sea enorme ante el misterio de lo que se encontrar¨¢ el espectador ahora en una entrega de la que casi nada se sabe. "Espero que Lynch no apele a la nostalgia, que nos sorprenda con m¨¢s experimentaci¨®n, que nos obligue a repensar su imaginario, que nos desconcierte, que enfurezca a los que esperan que sea exactamente como el original", dice Ros. "Lo mejor que nos puede pasar es que la nueva Twin Peaks no se parezca en nada a lo que pod¨ªamos esperar".