Aldeanismo y cerraz¨®n cultural
Jamal Satli Iglesias, presidente de un grupo hotelero, novela en 'La puerta abierta' sus vivencias y preocupaciones
Las razones de un empresario para escribir una novela suelen responder a una pulsi¨®n literaria compatible con una agenda llena de citas y viajes, a una creatividad irrefrenable, a la vanidad, o simplemente a la necesidad de compartir reflexiones sobre el ser humano y las miserias y grandezas del mundo de los negocios. Esa necesidad parece explicar en buena medida la publicaci¨®n de La puerta abierta (C¨ªrculo Rojo), en la que cuatro personajes debaten en un caf¨¦ parisino. Si el autor tiene ra¨ªces asturianas, sus antepasados son ¨¢rabes, se llama Jamal Satli Iglesias, y prospera como presidente de un grupo hotelero en uno de los pa¨ªses con m¨¢s envidiosos por metro cuadrado del planeta, la iniciativa del libro es, por fuerza, reveladora.
Conoc¨ª al empresario hace un a?o aproximadamente y hablamos sobre la cadena BlueBayHotels, que preparaba su salida a Bolsa, pero nada dijo sobre la preparaci¨®n de una obra que recoge sus inquietudes acerca de asuntos de actualidad, y de las relaciones culturales entre Oriente y Occidente, que han marcado su vida. Los personajes reunidos en la capital francesa provienen de realidades nacionales muy divergentes, que el autor conoce muy bien porque convive entre ellas. Los cuatro se sumergen en un debate sobre la situaci¨®n pol¨ªtica mundial, los prejuicios sobre el islamismo, el drama de los refugiados, las inercias de la corrupci¨®n en Espa?a, y tambi¨¦n hablan sobre sentimientos, valores y contradicciones.
El libro no se atiene a la estructura cl¨¢sica de la novela, ni debiera leerse como tal porque Satli Iglesias no pretende el crescendo, ni el estilismo, sino arrancar reflexionando y terminar del mismo modo. Lo hace desde un coloquio que hubiera podido tener el formato de ensayo o tribuna period¨ªstica. Como el objetivo de la obra parece ser la estimulaci¨®n del debate sobre asuntos capitales, la reconversi¨®n de los di¨¢logos en un relato con exposici¨®n nudo y desenlace, hubiera sido m¨¢s eficaz. Sin atrezo literario, basado en sus propias experiencias, La puerta abierta es una apuesta por la multiculturalidad, no siempre entendida, aceptada, ni f¨¢cil de construir, como comprob¨® Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, despu¨¦s de haber propuesto en la ONU, en 2004, una alianza de civilizaciones entre occidente y el mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n para combatir el terrorismo internacional por otra v¨ªa que no fuera la estrictamente militar.
¡°He escrito la novela a salto de mata, entre avi¨®n y avi¨®n. Iba apuntando, perfilaba personajes, reun¨ªa noticias (¡)¡±, dice el presidente de una cadena que emplea a m¨¢s de 5.700 personas en Europa, Caribe, Oriente Pr¨®ximo y el norte de ?frica. Uno de los cap¨ªtulos es especialmente amargo, casi una invectiva contra la dureza cuasi mafiosa empleada por algunos capitanes de empresa para laminar a la competencia. No hay nombres ni apellidos en la obra porque la intenci¨®n no parece ser la venganza ni el se?alamiento menor, sino la vindicaci¨®n con may¨²sculas.
Algunas de las confesiones de los personajes son recordatorios de los estereotipos sobre la pr¨¢ctica religiosa. Uno dice observar los preceptos del islam, el ramad¨¢n por ejemplo, como lo hacen la mayor¨ªa de los cat¨®licos la Navidad, por costumbre familiar y querencia infantil. ¡°Nosotros sufrimos el extremismo ahora igual que vosotros tuvisteis a la Inquisici¨®n, las torturas y la hoguera¡°, agrega otro, presentado como empleado en el departamento de Arte Isl¨¢mico del Louvre. ¡°Nunca ha habido un aut¨¦ntica preocupaci¨®n por vuestra parte en establecer canales de comunicaci¨®n entre la dos civilizaciones¡±.
El protagonista del libro contrapone la cultura anglosajona, propicia con la entrada de nuevos jugadores en el mundo de los negocios, con la espa?ola, que ¡°en cuanto consigues destacar un poco pondr¨¢n todos los medios para destruirte¡±. Algunas de sus consideraciones sobre intrigas y represalias permitir¨ªan abordar una segunda novela con m¨¢s mala leche y menos cautela.
Babelia
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