Max¡¯s Kansas City, la aut¨¦ntica cuna del ¡®punk¡¯

Para la mayor¨ªa de la gente, el restaurante Max¡¯s Kansas City es el local neoyorquino en el que Lou Reed dio su ¨²ltimo concierto con The Velvet Underground. Pero era el club m¨¢s chic del Nueva York desde su inauguraci¨®n cinco a?os antes, en 1965. Inicialmente visitado por artistas pl¨¢sticos ¨CFrank Stella, De Kooning, Dan Flavin¡­- acab¨® siendo el cuartel general de Warhol y su troupe de la Factory. Su famosa zona vip fue obligatoria para cualquier estrella del cine, la moda, la m¨²sica o la alta sociedad. Mickey Ruskin, su propietario, sol¨ªa canjear obras de arte por consumiciones y acab¨® arruinado. Cerr¨® el local en 1974, en unos meses que fueron clave para los artistas noveles a los que daba cobijo. Patti Smith, Television y otros encontraron su hogar en el reci¨¦n inaugurado CBGB. Hasta que en 1975, con nuevos propietarios, el Max¡¯s abri¨® de nuevo para reclamar su t¨ªtulo de cuna del punk local.

¡°En el primer piso se organizaban actuaciones de vez en cuando, pero no era una sala de conciertos propiamente dicha¡±, explica Peter Crowley, el director art¨ªstico del club entre 1975 y 1981. ¡°Cuando los empresarios Tommy y Laura Dean lo compraron montaron una discoteca en el piso superior, con una banda tocando los ¨¦xitos disco del momento, pero fue un fracaso. Entonces contactaron conmigo¡±. Crowley se ocup¨® de la programaci¨®n, llevando a m¨²sicos sin contrato discogr¨¢fico. Wayne County fue uno de ellos. ¡°Sus primeros shows con The Backstreet Boys eran transgresores y muy divertidos¡±, explica el m¨²sico y periodista musical Jimi La Lumia, actual m¨¢nager de County, que en 1979 se convirti¨® en Jayne. ¡°Wayne abri¨® muchas puertas y mentes, especialmente cuando pas¨® a ser Jayne. Fue una de las cosas m¨¢s revolucionarias del rock en los setenta¡±.

Al igual que el CBGB, el Max¡¯s daba visibilidad a artistas que no ten¨ªan muchos m¨¢s lugares donde actuar. As¨ª que Crowley quiso plasmar esa pol¨ªtica en un ¨¢lbum. Max¡¯s Kansas City 1976 ¨Cque ahora se reedita con abundante material extra grabado por bandas posteriores afines tambi¨¦n al local- fue el fruto de esa iniciativa. Un disco coral con canciones grabadas por artistas habituales en su escenario, que se abr¨ªa con una canci¨®n de County dedicada al club y en la cual enumeraba al qui¨¦n es qui¨¦n del underground local. Tambi¨¦n hab¨ªa canciones de Cherry Vanilla (exjefa de prensa de Bowie, ¡°una pionera, que practicaba la agresividad sexual mucho antes que Madonna¡±, seg¨²n su amigo y admirador La Lumia), Pere Ubu, The Fast (condenados a no tener ¨¦xito por la mala suerte), Harry Toledo (que acabar¨ªa siendo producido por John Cale) o Suicide, cuyo debut discogr¨¢fico tuvo lugar en dicho ¨¢lbum.

¡°Le ped¨ª tambi¨¦n temas a Blondie, Tuff Darts o Mink De Ville, pero declinaron mi oferta para participar¡±, argumenta Crowley. ¡°Pensaban que ser¨ªa perjudicial a la hora de obtener un contrato discogr¨¢fico. Nadie ten¨ªa ni idea de c¨®mo funcionaba el negocio, las decisiones se tomaban de manera aletaoria. Luego algunos de esos grupos aceptaron grabar para Live at CBGB¡¯s, el ¨¢lbum que sac¨® Hilly [Kristal, art¨ªfice del club] poco despu¨¦s¡±. ¡°Si el Max¡¯s ten¨ªa su ¨¢lbum, Kristal ten¨ªa que tener el suyo ¨Cexplica LaLumia-. Hab¨ªa mucha competencia entre ambos clubs¡±. Competencia, pero no rivalidad, ya que la mayor¨ªa de grupos y artistas locales subieron a los escenarios de ambas salas.

A principios de 1977, Crowley se fue a Londres como m¨¢nager de Johnny Thunders & The Heartbreakers y Wayne County. Nueva York no dejaba de ser un oasis en un pa¨ªs musicalmente conservador; el punk brit¨¢nico parec¨ªa m¨¢s receptivo para grupos como aquellos. County form¨® all¨ª The Electric Chairs y grab¨® tres ¨¢lbumes para un sello ingl¨¦s. En verano de 1978, Crowley rompi¨® con ellos, regres¨® a Nueva York y volvi¨® a trabajar en el Max¡¯s, que hab¨ªa mantenido su atractivo programando los debuts neoyorquinos de B-52¡¯s y Devo, y contratando a nov¨ªsimos artistas como Lydia Lunch y Contortions. Despu¨¦s vendr¨ªa un largo declive propiciado por el desinter¨¦s de los propietarios del local que, seg¨²n cuenta Crowley, ¡°comenzaron a bailar con la dama banca¡±. Una de las ¨²ltimas actuaciones fue la de Madonna, que iniciaba su carrera como solista. ¡°Me encerr¨¦ en el despacho para no tener que decirle lo mala que me parec¨ªa su m¨²sica. Estaba convencido de que no llegar¨ªa a ning¨²n sitio, lo cual demuestra lo mucho que s¨¦ de este negocio¡±, concluye Crowley con una carcajada. El Max¡¯s cerr¨® para siempre en 1981. Hoy su espacio lo ocupa una verduler¨ªa.