Claves de un heterodoxo
Un repaso a los elementos fundamentales de la vida y la carrera de Juan Goytisolo
Or¨ªgenes
La muerte de la madre en un bombardeo de Barcelona, durante la Guerra Civil, debe ser uno de los or¨ªgenes de la extraordinaria vocaci¨®n intelectual y literaria de Juan Goytisolo. La casa cae, la madre muere, y los hijos, Juan, Jos¨¦ Agust¨ªn y Luis, le piden explicaciones no a la historia y ni siquiera a la pol¨ªtica, sino al lenguaje. La lengua espa?ola es fecunda en desamparos, no est¨¢ hecha para albergar sino para recusar. Pero los tres hermanos hacen suyo el espa?ol para reconstruir la casa, devolverle la palabra a la madre, y hacer, cada uno de ellos, camino al desandar. Cada vez que los releemos, nos resultan mejores. Qu¨¦ gran poeta ser¨¢ Jos¨¦ Agust¨ªn. La prosa de Luis es un lujo de arte mayor. Y gracias a Juan, la novela sigue innovado nuestra lectura. Sus or¨ªgenes, por ello, pertenecen a la Espa?a que alborea, que dijo Machado. Son escritores de un arte adelantado. Como dice El Cid, ¡°quieren quebrar albores.¡±
Par¨ªs
A paso pausado recorr¨ª con Juan, muy al comienzo de los a?os 70, su espacio parisino cotidiano. La heroica editorial el Ruedo Ib¨¦rico, la redacci¨®n de la revista Libre, la terraza de un caf¨¦, las calles que hac¨ªan turno para entrar en una pr¨®xima novela suya, en la que el Par¨ªs del mito ser¨ªa ¡°tercermundista¡±, ocupado por otras lenguas y mitos. Aunque Juan siempre fue reflexivo y sobrio (como Cort¨¢zar, Garc¨ªa M¨¢rquez, Fuentes y Vargas Llosa, odiaba el chisme, que pronto Cabrera Infante pondr¨ªa de moda), gustaba de las paradojas ir¨®nicas y cre¨ªa en las causas justas. Me acompa?¨® al caf¨¦ donde hab¨ªa quedado con Severo Sarduy, y al despedirse me dijo: ¡°Me marcho antes que llegue Severo. Ya sabes que ¨¦l es t¨ªmido, y no quiero incomodarlo.¡± Lleg¨® Severo y le dije que Juan se acababa de marchar. ¡°No me extra?a, me dijo, ya sabes que ¨¦l es t¨ªmido.¡±
Nueva York
Todav¨ªa en la Facultad, una d¨¦cada antes, yo hab¨ªa dedicado mis primeras rese?as a los libros de Juan Goytisolo. Despu¨¦s de las novelas espa?olas en las que al final de la comida el cura dormita y la parejita de novios se toca los dedos, las novelas, ensayos y reportajes de Juan nos eran del todo contempor¨¢neos. Su libro Problemas de la novela, junto al de Castellet, La hora del lector, y al de Robbe-Grillet, Por una nueva novela, fueron un seminario completo. Juan dictaba en Nueva York un curso sobre ling¨¹¨ªstica estructural que fue su primer tramo en el proceso de forjarse una lengua espa?ola que nadie hablaba pero que todos hablar¨ªamos, al hacernos contempor¨¢neos de todos los lenguajes. Su obra estuvo animada por esa convicci¨®n temprana. Por eso, m¨¢s que por filiaciones pol¨ªticas o ideol¨®gicas, milit¨® en ¡°el fin de la era gramatical,¡± esto es, en la cr¨ªtica del sobrepeso literal y la apuesta por una lectura capaz de hacerlo casi todo de nuevo. Poco despu¨¦s, acordamos una extensa entrevista por correo, para la cual le envi¨¦ las preguntas, que resolvi¨® pronto, y luego ¨¦l me envi¨® una serie de respuestas adelantadas a posibles preguntas. Juan practicaba la complicidad met¨®dica. Con Juli¨¢n R¨ªos, Gonzalo D¨ªaz Migoyo, Eduardo Subirats, Aline Schulman, Marko Kuntz, Basilio Baltasar, Frederic Amat, Francisco M¨¢rquez Villanueva y Juan Cruz, hemos roto m¨¢s de una lanza a nombre de Juan y las albas. Tambi¨¦n en Nueva York en otro coloquio organizado por Subirats, Susan Sontag cont¨® que cuando decidi¨® ir a Sarajevo para apoyar una de las ya pocas causas justas, el primero en sumarse a su llamado fue Juan. Met¨®dico siempre, fue refrendado por Juan Luis Cebri¨¢n como corresponsal de EL PA?S.
Gu¨ªa de peregrinos
De los muchos modos de leer la vasta obra de Juan Goytisolo, hay otro que adelanto. Es cierto que sus libros se han le¨ªdo como productos de la hora del lector, pero si alguna pista se abre hoy desde ellos a todos los caminos es, justamente, la del trayecto del peregrino. Ese narrador que nos habla a lo largo de su ruta sigue las huellas de Don Quijote, que camina no hacia la tumba de Santiago sino hacia a la imprenta, su madre, que conoce en Barcelona. Don Quijote es el primer hijo moderno de la imprenta. El trayecto de Juan Goytisolo es paralelo. Cada libro suyo lleva a esta lengua a una nueva frontera. Bate gigantes, deshace entuertos, reclama justicia. Nos descubre, en cada venta del camino, los milagros de la letra. Y milagro quiere decir ver m¨¢s. Cada lector es otra vez otro Quijote que ejerce su lenguaje, libre de encantamientos y tiran¨ªas.
Julio Ortega es cr¨ªtico literario y escritor.
Babelia
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