Un contable ante las sombras del poder
Thomas Kruithof estrena su ¨®pera prima, 'Testigo', un 'thriller' pol¨ªtico sobre un hombre corriente atrapado en una conspiraci¨®n
Un hombre corriente se desplaza cada ma?ana a un apartamento vac¨ªo. Se sienta y transcribe a m¨¢quina de escribir las cintas que le han dejado sobre una mesa. Cada d¨ªa, de 9 a 18. No sabe para qui¨¦n trabaja. No hace preguntas. Solo sigue las reglas. La escucha sistem¨¢tica de las vidas de desconocidos no le impide, a ratos, ser feliz. Es el germen de la ¨®pera prima del director franc¨¦s Thomas Kruithof, la ¡°premisa b¨¢sica¡± que le fascin¨® a la hora de escribir el guion de Testigo, un thriller pol¨ªtico que funciona como met¨¢fora del desamparo del ciudadano de a pie frente al poder. ¡°La premisa era la obsesi¨®n por el control. Quer¨ªa que el filme fuera el viaje de un hombre indefenso a trav¨¦s de la alienaci¨®n, de las reglas, de la manipulaci¨®n, y de c¨®mo intenta liberarse de todo eso. Y al mismo tiempo, su lucha por entender qu¨¦ lugar ocupa en el puzle de la sociedad¡±, afirma el cineasta, que hasta ahora solo hab¨ªa dirigido Retenci¨®n (2013), un corto documental sobre un centro para inmigrantes ilegales.
Testigo comienza con el despido de Duval, un contable met¨®dico y exalcoh¨®lico interpretado por Fran?ois Cluzet que sufre en sus propias carnes la opresi¨®n cotidiana del mundo laboral. ¡°Quer¨ªa partir de ese tono realista, del h¨¦roe quemado por el trabajo. Esa primera escena quer¨ªa iluminar algo espec¨ªfico de la identidad del protagonista: su relaci¨®n con el trabajo y la autoridad¡±, apunta Kruithof. Tras dos a?os en paro, la desesperaci¨®n de Duval le lleva a aceptar un empleo de una organizaci¨®n misteriosa que le exige total confidencialidad y discreci¨®n. Es entonces cuando el filme vira hacia ¡°algo m¨¢s extra?o, hacia un thriller m¨¢s negro¡±.
La rutina del protagonista se rompe cuando, una ma?ana, comienza a escuchar el contenido de las cintas que transcrib¨ªa maquinalmente. Descubre as¨ª un complot pol¨ªtico para retrasar la liberaci¨®n de unos rehenes hasta despu¨¦s de las elecciones en el que resuenan ecos de la pol¨ªtica francesa reciente. ¡°La trama de la conspiraci¨®n est¨¢ inspirada en muchas que hemos tenido en Francia. Algunas han sido solo sospechas y otras reales¡±, relata el director, que habla de la crisis de los rehenes de L¨ªbano en 1986, cuando el secuestro de ocho franceses se convirti¨® en el eje central de la campa?a electoral que enfrentaba al presidente socialista Mitterrand contra el conservador Chirac. En el filme, el candidato electoral de la derecha contrata a una organizaci¨®n para frenar las negociaciones del Gobierno con los terroristas, debilitando as¨ª las opciones del presidente en los comicios. En la realidad, Chirac gan¨® las elecciones a Miterrand y los rehenes fueron liberados en los meses posteriores. ¡°No se ha probado nada, es solo cre¨ªdo por mucha gente, pero permanece como una opci¨®n posible, muy posible¡±, opina Kruithof.
En ese oscuro mundo de "la mec¨¢nica de las sombras" (el sugerente t¨ªtulo del filme en franc¨¦s) se ve Duval metido hasta el cuello, cercado por las luchas internas de los criminales para los que trabaja y los servicios secretos. ¡°Quer¨ªa que todas las relaciones que tuviera con los otros hombres del filme fueran de poder. Cada una es diferente pero todos le mienten, le manipulan y le ordenan que haga algo por ellos¡±, asegura el cineasta, que imagin¨® como contrapeso la figura de Sara (Alba Rohrwacher), una joven de Alcoh¨®licos An¨®nimos que es la ¡°¨²nica esperanza de una relaci¨®n ¨ªntima normal¡± para Duval.
Sin haber pisado jam¨¢s una escuela de cine, Kruithof se siente ¡°cercano al cine negro y los thrillers pol¨ªticos de los 70¡±. ¡°Mi escuela ha sido ver pel¨ªculas una y otra vez¡±, dice el debutante, que reconoce influencias de creadores como Costa-Gavras o Francis Ford Coppola. ¡°Quer¨ªa que todo mi equipo hubiese visto antes La Conversaci¨®n para no hacer las mismas elecciones est¨¦ticas¡±, asegura sobre un filme similar en el planteamiento. La ¡°atm¨®sfera de traici¨®n, relaciones humanas corrompidas y luchas de poder¡± de las novelas de John Le Carr¨¦ proporcionaron el tono del guion a un director que tambi¨¦n se acord¨® de ¡°la absurdidad y el humor negro¡± de Kafka, quien, como Duval, tambi¨¦n trabaj¨® en una compa?¨ªa de seguros: ¡°De Kafka me gusta el hombre solo contra un sistema que no comprende, donde hay un enemigo pero no sabes qui¨¦n es el que da la orden¡±.
Esa sensaci¨®n, seg¨²n Kruithof, tambi¨¦n reina desde hace d¨¦cadas en Francia. ¡°Tenemos la sospecha de que los servicios secretos son utilizados por redes pol¨ªticas para sus luchas de poder¡±, dice el director, a quien le parece extra?o que ¡°tras cada elecci¨®n presidencial, el jefe de los servicios secretos cambie¡±. ¡°Ahora hay una inesperada ola de optimismo, despu¨¦s de una campa?a electoral muy oscura y violenta que parece como si hubiera durado a?os. Espero que Macron pueda transformar esas esperanzas en realidad¡±.
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