Vuelven los monstruos como gran negocio
No pudiendo escribir sobre el presunto acontecimiento 'mom¨ªstico', intento recordar mis antiguas sensaciones ante el cine de criaturas terror¨ªficas
Admitiendo que si alguna vez esta profesi¨®n tan rara de la cr¨ªtica de cine vivi¨® su esplendor en la hierba, tuvo influencia sobre el espectador, sirvi¨® para descubrir y reivindicar pel¨ªculas y autores que no estaban en la n¨®mina de las grandes productoras, sospecho que ese oficio tan l¨²dico que te permit¨ªa ganarte la vida (mejor o peor) hablando de tu mayor pasi¨®n se mueve entre la decadencia y la agon¨ªa. ?O no? Surge mi esperanzadora duda al constatar algo tan ins¨®lito como que Universal, una de las invulnerables majors, no hace pases para la cr¨ªtica antes del estreno de La momia, que conf¨ªa al progresivamente tibio estrellato de Tom Cruise e inaugura una serie de remakes protagonizados por las memorables criaturas del horror que crearon en el curso del tiempo estos legendarios estudios. Y veremos si da para mucho o para poco art¨ªsticamente tan idealista y entra?able actualizaci¨®n. Pero imaginas que los notables c¨¢lculos taquilleros estar¨¢n ajustados a la realidad. Por ello, no entiendes qu¨¦ temor pueden suscitar las cr¨ªticas negativas en el opulento reino si La momia guarda parecidos con un engendro. O tal vez la actitud de Universal solo est¨¦ relacionada con el desprecio hacia los opinadores. Y no hay que despreciar a nadie, como me exig¨ªan mi piadosa y santa madre y tambi¨¦n San Francisco de As¨ªs. No les hice caso, sobre todo en lo que se refiere a los poderosos. Y as¨ª me va.
No pudiendo escribir sobre el presunto acontecimiento mom¨ªstico, intento recordar mis antiguas sensaciones ante el cine de monstruos. Conozco a gente que lo idolatra, que encontr¨® en ¨¦l tanta poes¨ªa como estremecimiento, tanta fascinaci¨®n como inquietud. No es mi caso. Me consuelo una vez m¨¢s con aquella certidumbre de L¨¦o Ferr¨¦: ¡°Soy de otro pa¨ªs que el vuestro, de otro barrio, de otra soledad¡±. Los personajes surgidos del espanto, que lo crean voluntaria o involuntariamente, que deben convivir con ¨¦l, acorralados, furiosos, compadecibles, sin futuro, con ansia de amor, tr¨¢gicos, me atraen mucho m¨¢s en su versi¨®n literaria que en la cinematogr¨¢fica. O cuando Fernando Savater escribe libros imprescindibles como La infancia recuperada,?Criaturas del aire y Malos y malditos.
La pel¨ªcula sobre monstruos cl¨¢sicos que m¨¢s y perdurablemente me ha impresionado es muda y la rod¨® uno de los grandes juglares de la historia del cine, el autor de Amanecer, un director llamado Murnau. Se titula Nosferatu el vampiro y me sigue provocando miedo e inquietud cada gozosa vez que la revisito. Y es imposible no recordar con admiraci¨®n, ternura y pena el drama en blanco y negro del primer Rey Kong. Y he seguido con cierto respeto, pasmo inicial o progresiva fatiga las sanguinolentas andanzas del conde Dr¨¢cula (y confieso que me acojonaba m¨¢s con el que se invent¨® la modesta productora Hammer que con las distintas y lujosas versiones que hizo Hollywood de ¨¦l), el patetismo de ese ser terror¨ªfico y desamparado que cre¨® el doctor Frankenstein, las transformaciones del hombre lobo, la maldad, el vicio y la transgresi¨®n del gran destroyer Mr Hyde, la enigm¨¢tica criatura de la Laguna Negra, la desesperaci¨®n final del hombre invisible, y otros habitantes de las tinieblas que imperdonablemente olvido. No es mi g¨¦nero favorito, aunque lo prefiero al musical.
Sin embargo, he disfrutado enormemente con pel¨ªculas cuyos protagonistas son las personas que encarnaron o crearon a esos monstruos. Jam¨¢s me canso de ver, sonr¨ªo, r¨ªo, me emociono con esa tragic¨®mica obra maestra que dirigi¨® Tim Burton titulada Ed Wood. La relaci¨®n entre Wood, coronado como el peor director de la historia del cine, y el anciano, yonqui, solo, arruinado y mortalmente deprimido B¨¦la Lugosi, el actor que se meti¨® en la piel y en el coraz¨®n del conde Dr¨¢cula. Es precioso observar el recital que ofrece Johnny Depp, interpretando al travestido, friqui, imaginativo hasta el surrealismo, posibilista inmune al desaliento y generoso Ed Wood, y la angustia, grandeza y patetismo que imprime Martin Landau a ese pobre B¨¦la Lugosi que sobrevive a base de morfina y recuerdos de una ¨¦poca en la fue el distinguido rey del terror. Y tambi¨¦n resultaba conmovedora Dioses y monstruos, centrada en los ¨²ltimos a?os del olvidado director James Whale, autor de El doctor Frankenstein, La novia de Frankenstein y El hombre invisible. Y ya les hablar¨¦ con involuntario retraso de esta nueva y misteriosa Momia.?
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.