Emocionante puerta grande para Juan del ?lamo
El torero salmantino cort¨® una oreja a cada toro tras una faena elegante y otra vibrante a una mansa e interesante corrida de Alcurruc¨¦n
El presidente fue muy exigente con Juan del ?lamo al no atender la mayoritaria petici¨®n de la segunda oreja tras la muerte de su primer toro; y, quiz¨¢, ten¨ªa raz¨®n, pero se hab¨ªan concedido trofeos tan baratos en esta feria que parec¨ªa injusta la extrema dureza del palco.
Pero el torero salmantino se propuso salir por la puerta grande y lo consigui¨® a base de pundonor, de entrega y de arrojo ante el deslucido sexto. Pero el p¨²blico estaba con Del ?lamo, y cuando se volc¨® sobre el morrillo como lo hacen los que deciden jugarse la vida de verdad la plaza se cubri¨® de pa?uelos, y el torero vivi¨® la experiencia m¨¢gica de ver la calle de Alcal¨¢ por encima de los dem¨¢s.
Ya era hora de que Juan del ?lamo dejara de ser el torero de orejas solitarias y protagonizara una tarde vibrante que le ayude a despegar definitivamente como figura de altos vuelos.
ALCURRUC?N / EL CID, ADAME, DEL ?LAMO
Un toro de El Cortijillo ¡ªel primero¡ª y cinco de Alcurruc¨¦n, bien presentados, distra¨ªdos y muy mansos; descastados los dos primeros, nobil¨ªsimo el tercero, encastado el cuarto, noble el quinto y deslucido el sexto.
Manuel Jes¨²s El Cid: estocada y un descabello (silencio); pinchazo y estocada (ovaci¨®n).
Joselito Adame: pinchazo, media, pinchazo ¡ªaviso¡ª y tres descabellos (silencio);estocada que asoma ¡ªaviso¡ª dos pinchazos y bajonazo (silencio).
Juan del ?lamo: estocada (oreja, petici¨®n de la segunda y dos vueltas al ruedo); estocada (oreja). Sali¨® a hombros por la puerta grande.
Plaza de Las Ventas. Vigesimonovena corrida de feria, 8 de junio. Tres cuartos de entrada.
Se encontr¨®, primero, con un manso de libro, como toda la corrida, que hu¨ªa de su sombra, pero lleg¨® a la muleta con una dulce embestida de alt¨ªsima calidad. El comienzo por bajo, ganando terreno en cada muletazo, fue espectacular; el toro corrobor¨® su bondad en la primera tanda con la mano derecha, y se entreg¨® en tres m¨¢s por el pit¨®n izquierdo en los que destacaron algunos naturales y, especialmente, los pases de pecho. El p¨²blico cant¨® de forma desmedida la buena labor del torero, que acab¨® con unos singulares ayudados por bajo. Mat¨® de una estocada certera y lleg¨® la gran bronca al presidente al negarle la segunda oreja, lo que oblig¨® al torero al dar dos vueltas al ruedo.
La faena tuvo un pero: dur¨® una exhalaci¨®n; o, al menos, esa fue la impresi¨®n que dio. Falt¨® templanza, falt¨® largura en los muletazos, falt¨® que se recreara en la obra. Pero en comparaci¨®n con otras orejas baratas¡
Y en el sexto se jug¨® el tipo con entrega, pundonor, arrojo¡ Fue una labor deslavazada de un torero arrollador que no le perd¨ªa la vista a la puerta grande. Y la abri¨® con la ayuda de unos tendidos dispuestos a todo con tal de disfrutar.
Los mejores muletazos -lo que son las cosas- los dio El Cid ante el cuarto, un toro encastado, codicioso y repetidor, con el que dibuj¨® dos tandas de naturales bell¨ªsimos, largos y de enorme hondura. Fue el mejor Cid de los ¨²ltimos tiempos; pero pinch¨®, como siempre que torea bien, y se esfum¨® la oreja bien ganada. No ofreci¨®, sin embargo, su mejor versi¨®n ante el deslucido primero.
Y Joselito Adame no tuvo su d¨ªa. Apagado y derrotado se mostr¨® ante el ¨¢spero segundo de la tarde, y anodino y sin garra ante el noble quinto. Los ajustados estatuarios iniciales no fueron m¨¢s que un espejismo.
Babelia
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