Las creaciones de Martha Graham en el Real
Las cuatro funciones en el coliseo son un hito que se inscribe en los anales del teatro
Termina la gira espa?ola de la compa?¨ªa Martha Graham en el Teatro Real con dos programas mixtos y largos, probablemente demasiado fragmentados para el gusto de hoy, pero que sin dudas revisten una gran importancia cultural. Las cuatro funciones en el coliseo de la Plaza de Oriente son un hito que ya se inscribe por derecho propio en los anales del teatro. Cuando Martha Graham visit¨® Madrid por unas horas en uno de sus ¨²ltimos viajes al viejo continente en junio de 1986, el Real era sala de conciertos. Esa vez, no hubo funciones en la capital y hubo que ir a Pamplona, Granada o Barcelona para ver a sus artistas. Al a?o siguiente, en el Palacio de Congresos, la compa?¨ªa volvi¨® y el programa se abri¨® con Diversions of Angels, la pieza que anoche cerr¨® la velada.
Entre los atractivos del primer programa del Real estaba Deep Song (1937), intenso solo donde a¨²n palpitan los ecos tardoexpresionistas que tanto marcaron a la genial creadora; tambi¨¦n se vio Chronicle (1936), del que ya en Espa?a se disfrut¨® una parte en Sevilla durante la Exposici¨®n Universal (Steps in the Street) en 1992, una obra potente y trascendente, que no ha perdido su fuerza y su establecida geometr¨ªa, una gr¨¢fica soberbiamente aliada a la din¨¢mica r¨ªtmica. Viendo la rigurosa reconstrucci¨®n se la piensa como eje fundador primero de la danza moderna, y despu¨¦s, como influyente tutora a distancia de lo que vendr¨ªa despu¨¦s: la danza contempor¨¢nea.
La definici¨®n terminol¨®gica es pertinente, aunque a muchos con falta de rigor les guste el potaje o menestra que mete en el saco de lo contempor¨¢neo todo ese devenir, lo que resulta un soberbio disparate y extrae a Graham de su contexto natural e hist¨®rico. Pi¨¦nsese que Chronicle se estrena apenas dos a?os despu¨¦s de Serenade (Balanchine) y Pers¨¦fone, de Stravinski, por Kurt Jooss; en todas, el reivindicativo coro de mujeres lleva el mando y Martha era una mujer informad¨ªsima e inquieta. ?Cu¨¢nto durar¨¢ la compa?¨ªa residual sin su gu¨ªa? No se sabe, otras agrupaciones no han tenido suerte al morir su core¨®grafo principal. Por ahora, los Graham luchan por su pervivencia en un discreto formato num¨¦rico que los limita, son h¨¦roes contempor¨¢neos que salvan una memoria viva y necesaria. Lo que muestran tiene un gran valor, es admirable.
En el primer programa hab¨ªa el a?adido de dos artefactos coreogr¨¢ficos firmados por Nacho Duato (que se cita a si mismo) y Sidi Larbi Cherkaoui, respectivamente Rust y Mosaic, ambos prescindibles, ocasionales y sin ning¨²n inter¨¦s especial, aunque bailados con esmero por la plantilla.
Los d¨ªas 10 y 11 podr¨¢ verse el segundo programa donde destacan Cave of the heart (1946) y Clytemnestra Act 2 (1958) y la nueva contribuci¨®n ser¨¢ del prometedor joven core¨®grafo sueco Pontus Lidberg.
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