¡®Ninja Warrior¡¯, estr¨¦s para terminar la semana

?Recuerdan aquel m¨ªtico Humor amarillo en el que los participantes ten¨ªan que pasar por diferentes pruebas, algunas de ellas bastante locas, donde la gracia estaba en las ca¨ªdas y golpes de los que no consegu¨ªan superarlas y los comentarios chistosos? Pues si a Humor amarillo le quitan el humor y le suman pruebas f¨ªsicas m¨¢s complejas y estr¨¦s en altas dosis, tienen el Ninja Warrior espa?ol.

El programa que estren¨® Antena 3 en la noche del viernes es un formato internacional de ¨¦xito probado fuera (y que en Espa?a ha arrancado con buenos datos de audiencia: 2.567.000, 18,4%). Pero aqu¨ª llega con algunos cambios que no terminan de encajar. Por un lado, antes de la participaci¨®n en esta gran?gymkana de muchos de los concursantes, un v¨ªdeo presenta r¨¢pidamente al candidato a ninja warrior (por el primer programa pasaron muchos bomberos, alg¨²n escalador, monitores de diferentes deportes e incluso medallistas ol¨ªmpicos). Y en alg¨²n caso incluso se cuenta alg¨²n drama personal con el objetivo de que el espectador conecte con el concursante. El problema es que se hace todo de forma tan acelerada, siguiendo el ritmo del programa, que estos momentos dram¨¢ticos no llegan a cumplir su funci¨®n.

Arturo Valls y Manolo Lama hacen las veces de presentadores y comentaristas, tratando de llevar el esp¨ªritu de las retransmisiones deportivas al espacio. Valls, con un perfil m¨¢s humor¨ªstico aunque demasiado forzado. Y Lama, con un tono altamente estresante y acelerado que trata de imprimir vivacidad al asunto pero termina por generar agobio. Entre los dos consiguen que el espectador quieran apagar el volumen del televisor y ver la competici¨®n sin comentarios externos. Tambi¨¦n forma parte del grupo de presentadores Pilar Rubio, que en la primera parte del programa aparece de tanto en cuando junto a los concursantes y familiares y en el segundo tramo se une a la fiesta de los comentarios obvios.

Ninja Warrior es un formato intersante y entretenido que recupera los concursos en plat¨® al estilo de El gran juego de la oca o El Grand Prix. De hecho, engancha por la curiosidad de ver cu¨¢ntos llegan hasta el final del recorrido y c¨®mo se las apa?an para hacerlo. Una competici¨®n f¨ªsica pura y dura inalcanzable para el espa?ol medio y que, por su excepcionalidad, llama la atenci¨®n. Pero la gran duraci¨®n del programa y, sobre todo, lo repetitivo que se hace (los presentadores dijeron en alg¨²n momento que participaban 50 concursantes en cada programa, m¨¢s el circuito clasificatorio final) lastra el enganche que pueda provocar. Y, sobre todo, los comentarios y el montaje acelerado y cortante terminan trasladando al espectador m¨¢s estr¨¦s que emoci¨®n.