?Chichones o prominencias? ?Chiste o broma?
Una nueva edici¨®n de 'Investigaciones filos¨®ficas' trata de acercar el cl¨¢sico de Wittgenstein al lector en castellano. Lamentablemente, la traducci¨®n est¨¢ llena de errores

Investigaciones filos¨®ficas (1953), de Ludwig Wittgenstein, es, para muchos, el libro m¨¢s importante de filosof¨ªa del siglo XX. Atreverse a traducirlo es grande atrevimiento. En este caso ha sido demasiado. Hay ya una traducci¨®n castellana, con todos sus defectos respetable, la de Alfonso Garc¨ªa Su¨¢rez y Ulises Moulines en Cr¨ªtica, y solo tendr¨ªa sentido hacer una nueva para mejorar esta, cosa que se podr¨ªa conseguir, desde luego, como siempre sucede con las traducciones y sus circunstancias, pero este no es este caso. En todas las p¨¢ginas consultadas en esta traducci¨®n hay numerosos y m¨²ltiples fallos, de mayor o menor peso, de sentido o de estilo, y en las respectivas de la de Cr¨ªtica casi ninguno. Me ha costado entender a Wittgenstein en las dos traducciones, pero ¨¦sta adem¨¢s me ha molestado. Por la pretenciosidad de sus planteamientos introductorios sobre todo. No hace falta introducir una obra as¨ª, para eso ya hay cientos de libros, bastar¨ªa una escueta p¨¢gina aclaratoria del texto original sobre el que se traduce, hay que dejarla que luzca por s¨ª sola. Y que el mundo juzgue, al estilo justamente de lo que dijo Wittgenstein de su Tractatus.
Es (relativamente) verdad lo que se dice en la introducci¨®n de cambios y mejoras ¡°cualitativas¡± en la fijaci¨®n del texto alem¨¢n y su traducci¨®n al ingl¨¦s, posteriores a la edici¨®n original y traducci¨®n de Anscombe de las Investigaciones, edici¨®n y traducci¨®n que sigue la citada publicaci¨®n de Cr¨ªtica. Y que por esto y algo m¨¢s se har¨ªa necesaria una nueva edici¨®n en castellano, incluso cr¨ªtica, llevada a cabo por verdaderos especialistas en Wittgenstein, entre los que el profesor Padilla podr¨ªa estar, por qu¨¦ no, ¨¦l ya se considera tal. Pero una edici¨®n, cr¨ªtica o no, es mucho m¨¢s que esto y exige mucho m¨¢s dominio del lenguaje, buen hacer intelectual y rigor que el mostrado aqu¨ª. Si los cambios del texto original son tan importantes -y si no lo son, o no lo son tanto, lo mismo- la edici¨®n deber¨ªa ser biling¨¹e, como la de Cr¨ªtica. La traducci¨®n, que es la base de toda edici¨®n, deja enormemente que desear y la gran mayor¨ªa de las notas son irrelevantes y no hacen m¨¢s que molestar la lectura del texto arriba. La puntillosidad cr¨ªtica de la introducci¨®n se manifiesta mera (y un tanto confusa) ret¨®rica, a la hora de la verdad se queda en humo. No s¨¦ por qu¨¦ los ¡°agradecimientos¡± finales, por ejemplo, me recuerdan la dedicatoria al Duque de B¨¦jar de la primera parte del Quijote, solo que por desgracia no son ir¨®nicos como ¨¦sta. Una edici¨®n as¨ª no muestra un trabajo intelectual adecuado para trasladar al castellano el pensar y la escritura de un hombre como Wittgenstein, de una honradez ¨¦tica e intelectual, ascetismo formal, punzante y exacta profundidad, originalidad pr¨¢cticamente sin par en la historia de la filosof¨ªa.
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Ruego al lector paciencia, pero hay que demostrar en lo posible lo dicho.
Ya la primera frase de todas suena raro: ¡°Seguidamente publico pensamientos, la meditaci¨®n de investigaciones filos¨®ficas, a los que he dedicado los ¨²ltimos diecis¨¦is a?os¡±. No se pueden ¡°meditar investigaciones¡±, qu¨¦ es eso, y menos publicarlo. En la edici¨®n de Cr¨ªtica se capta el (obvio) sentido: ¡°En lo que sigue publico pensamientos que son el precipitado de investigaciones filos¨®ficas que me han ocupado los ¨²ltimos diecis¨¦is a?os¡±. Efectivamente: precipitado, dep¨®sito, sedimento. Inexactitudes, mal uso y feo estilo del castellano, como en este caso, son moneda corriente en esta traducci¨®n.
En el mismo pr¨®logo Wittgenstein habla m¨¢s adelante de que las ideas de las Investigaciones solo se pueden entender correctamente mediante el contraste con, y desde el trasfondo de, su modo anterior (¡°pret¨¦rito¡±, dice esta traducci¨®n de manera engolada y no exacta, porque no matiza la especie de comparaci¨®n temporal del original: pret¨¦rito es simplemente pasado, no tanto anterior) de pensar en el Tractatus. Se dice, adem¨¢s, que los nuevos pensamientos ¡°solo pod¨ªan contribuir a su correcta iluminaci¨®n mediante el contraste y con el trasfondo de mi pret¨¦rito modo de pensar¡±. Como si las nuevas ideas o pensamientos contribuyeran absurdamente ellos mismos a su propia clarificaci¨®n, aunque mediante otra cosa. Lo que Wittgenstein realmente dice es: ¡°s¨®lo pod¨ªan recibir su correcta iluminaci¨®n¡±, como traducen en Cr¨ªtica. Ellos son el objeto a clarificar no el sujeto (auto) clarificador, clarificado por otros.
Cito a continuaci¨®n algunos par¨¢grafos importantes de la primera parte.
De las diez l¨ªneas del 108, la mitad son id¨¦nticas a la traducci¨®n de Cr¨ªtica, excepto la primera y la ¨²ltima frase, y ambas est¨¢n mal, el resto bien. Fallo en la primera: la proposici¨®n o el lenguaje no es la unidad formal ¡°que me representa¡±, sino la que yo me represento o represent¨¦ o ¡°imagin¨¦¡±, como traduce Cr¨ªtica y la inglesa. En la ¨²ltima: hay que dar la vuelta a nuestra consideraci¨®n de las cosas, pero no ¡°para que nuestra necesidad real sea la piedra angular¡±, sino que hay que dar la vuelta a las cosas en torno o sobre nuestra necesidad real como gozne: que el punto de referencia, el eje sobre el o en torno al que gire todo sea ella, lo que nos interesa examinar. No se da la vuelta en y sobre el vac¨ªo para convertir algo en el gozne sobre el que ya deb¨ªa haber girado todo en principio. En este caso el um alem¨¢n funciona como preposici¨®n y no como conjunci¨®n final. En ingl¨¦s: the inquiry must be turned around, but on the pivot of our real need.
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109. Wittgenstein habla de que para solucionar los problemas filos¨®ficos (que no son emp¨ªricos, sino meramente ling¨¹¨ªsticos, debidos al mal uso del lenguaje) hay que entender nuestro lenguaje en contra de un impulso, propensi¨®n, inclinaci¨®n, incluso instinto, a malentenderlo; traducir esto por ¡°en contra de un ¨ªmpetu a malentenderlo¡± s¨®lo es menos desacertado que elegir en vez de ¨ªmpetu la ¡°impulsi¨®n¡± a la que se refiere la nota 102, en que se intenta justificar esta traducci¨®n de ¨ªmpetu como sin¨®nimo de impulso, que lo es, pero en el castellano normal ¨ªmpetu habla m¨¢s bien de algo violento, vehemente, acelerado, coyuntural, no de un h¨¢bito acendrado. (Urge en ingl¨¦s.) Es otro ejemplo de poca idea del uso del castellano, como la traducci¨®n de la famosa frase con la que acaba este apartado: que la filosof¨ªa es la lucha contra el embrujo de nuestro entendimiento por los medios, o por medio de nuestro lenguaje. Traducir esto por ¡°mediante los procesos de nuestro lenguaje¡± no est¨¢ mal, pero tampoco est¨¢ bien, no se sabe qu¨¦ dice, c¨®mo es eso, y no justifica en ning¨²n caso una nueva traducci¨®n: sobran esos ¡°procesos¡± ambiguos, que no se sabe ni qu¨¦ son ni de d¨®nde salen, con ¡°mediante¡± bastaba. Tambi¨¦n la edici¨®n de Cr¨ªtica traduce mejor en ambos casos: ¡°inclinaci¨®n¡± y ¡°por medio de¡± respectivamente.
110. ¡°Y ahora, lo imponente recae sobre esas ilusiones¡±. ?Pobres ilusiones! Aunque sean las causantes de la superstici¨®n de que al lenguaje se le considere algo especial, excepcional, extraordinario, desacostumbrado (einzigartig), y s¨®lo en ese sentido algo ¨²nico, como traduce esta edici¨®n (asimil¨¢ndose al de einzig). ?Pobres ilusiones gramaticales, s¨ª, si lo imponente recae sobre ellas! Lo que recae sobre ellas es el pathos, es decir, la atenci¨®n, hasta la vehemencia ret¨®rica del ¨¢nimo si se quiere, el ¨¦nfasis como traduce Cr¨ªtica: hay que fijar la atenci¨®n y el sentido en ellas para evitar sus desmanes (sus bromas pesadas).
En el par¨¢grafo 111 las dos ediciones hablan de ¡°chiste gramatical¡±. ?Hombre, no, no es un chiste, se trata de bromas de la gram¨¢tica que hay que tomar en serio! Es verdad que el Witz alem¨¢n y el joke ingl¨¦s pueden significar ambas cosas, porque, como en espa?ol, ambas palabras son casi sin¨®nimas, pero hay matices, tambi¨¦n en alem¨¢n y en ingl¨¦s y en el mismo sentido que en castellano. Se trata aqu¨ª de algo m¨¢s serio que un chiste, malo o bueno; lo de chiste no pega, el chiste se cuenta, remite a intenci¨®n, ocurrencia, decir expl¨ªcito; la broma remite a algo m¨¢s sustante, en este caso m¨¢s bien a una situaci¨®n pesada y molesta, efectivamente, seg¨²n el DRAE, enraizada y habitual, adem¨¢s: la de esas tretas o enga?ifas, burlas al sentido com¨²n, im¨¢genes metaf¨ªsicas vac¨ªas, agazapadas en la profundidad del lenguaje, a la que ha de descender la filosof¨ªa para desenmascararlas. Desde este punto de vista, el lenguaje no cuenta chistes (malos), gasta bromas (pesadas). Y es que estas bromas wittgensteinianas son demasiado serias como para hacer chiste de ellas.
115. Famos¨ªsima frase e idea de Wittgenstein: una imagen (o figura, si se considera, como parece probable por el contexto, que Wittgenstein se refiere espec¨ªficamente al Bild l¨®gico del Tractatus, el lenguaje como figura l¨®gica de los hechos, y no a un Bild metaf¨ªsico cualquiera de los muchos que pueblan nuestro lenguaje tradicional, inanalizado; de todos modos este Bild en sentido espec¨ªfico, figura, no ser¨ªa sino un ejemplo m¨¢s de las innumerables im¨¢genes, en general, que pueblan nuestro lenguaje) nos manten¨ªa presos y no pod¨ªamos salir de ella porque se asentaba en nuestro lenguaje y este parec¨ªa no hacer otra cosa que repet¨ªrnosla implacablemente. Aqu¨ª se traduce: ¡°¡ Y no pod¨ªamos salir pues resid¨ªa en nuestro lenguaje, y este nos pareci¨® que nos la repite inexorablemente¡± . ?Y este nos pareci¨® que nos la repite inexorablemente? ?Qu¨¦ es eso? ?Qu¨¦ horror, horrible castellano! Demasiado conocida y famosa frase, aunque no fuera m¨¢s que por eso, para traducirla as¨ª.
119. En este par¨¢grafo aparece otra famos¨ªsima y repetida frase de Wittgenstein que se refiere a que el s¨ªntoma de que filosofamos, el resultado y el valor de ello, aparte de descubrir alg¨²n simple sinsentido, son los chichones que nos hacemos, que se hace nuestro entendimiento, al arremeter contra los l¨ªmites del lenguaje. Estos ¡°chichones¡± son aqu¨ª ¡°prominencias¡±: ¡°las prominencias que el entendimiento se ha hecho al chocar con los l¨ªmites del lenguaje¡±. ?C¨®mo y d¨®nde y respecto a qu¨¦ se produce una prominencia por un choque? ?Qu¨¦ es una prominencia en el pobre entendimiento maltrecho, por muy metaf¨®rica que la situaci¨®n sea? Rid¨ªculo, al menos bollos o abolladuras, o hinchazones, por favor, que prominencias, adem¨¢s, parece remitir a cuernos, y al entendimiento le basta, para embestir, con la frente, nunca mejor dicho: con lo que hay dentro de ella, no fuera. La edici¨®n de Cr¨ªtica s¨ª habla de chichones. Bumps la inglesa. Y no es simplemente ¡°chocar con¡± (como tambi¨¦n traduce Cr¨ªtica), ¡°arremeter contra¡± traduce mejor el esp¨ªritu cr¨ªtico y fuerte de Wittgenstein, cuya ausencia clama aqu¨ª por todas partes. (La inglesa: running up against.) Esta traducci¨®n parece en esta ocasi¨®n, como en la anterior, como en otras muchas, una traducci¨®n autom¨¢tica o enlatada del doctor Google u otro doctor cualquiera, efectivamente. Hace falta m¨¢s fuste, seguridad, experiencia, raza y personalidad intelectual para traducir a un grande. No quiero decir que el doctor Padilla no la posea, sino que no la muestra. Es que, adem¨¢s, esos heroicos metaf¨®ricos chichones anal¨ªticos wittgensteinianos son tambi¨¦n muy conocidos y famosos.
120. ¡°Cuando hablo de lenguaje tengo que hablar del lenguaje ordinario¡±. No, no es eso, lo que Wittgenstein dice es: cuando hablo de lenguaje tengo que hablar el lenguaje cotidiano, es decir, hablar en el lenguaje de cada d¨ªa: el, no del. En el siguiente p¨¢rrafo no se trata de un lenguaje ¡°m¨¢s o menos¡± preparatorio o provisional frente al lenguaje total, entero, ¨ªntegro, que nos vemos obligados a utilizar ya para expresar nuestras consideraciones concretas sobre el lenguaje y que hace que ¨¦stas no puedan ser sino superficiales o externas. Creo que Wittgenstein en vez de hablar de ¡°m¨¢s o menos¡± quiere decir ¡°por ejemplo¡±, o ¡°digamos¡±, es decir, que en este caso etwa no es una adjetivaci¨®n comparativa que afecte a los dos adjetivos, sino una locuci¨®n adverbial que afecta al verbo o a toda la oraci¨®n. (En este caso en la edici¨®n de Cr¨ªtica aparece la misma traducci¨®n que en ¨¦sta, o viceversa. La inglesa mejor: some sort of.)
A pesar de encomiarla, este traductor no consulta o no entiende la ¨²ltima edici¨®n inglesa; le hubiera evitado m¨¢s del noventa por ciento de los fallos
122. No me parece acertado traducir (curioso adem¨¢s que el traductor en este desafortunado caso recurra a la que considera sobrepasada traducci¨®n de Anscombe), en este par¨¢grafo crucial ?bersichtlichkeit por perspicuidad en vez de por sinopsis, ni siquiera lo hace la m¨¢s reciente traducci¨®n y edici¨®n de la Investigaciones, la de Hacker y Schulte, supuesto punto de referencia de esta traducci¨®n, ni una edici¨®n tan ¡°asncombista¡±, dir¨ªamos, como la de Cr¨ªtica. ?sta: ¡°visi¨®n sin¨®ptica¡±. Aquella: surveyability. Es obvio que Wittgenstein habla m¨¢s de representaci¨®n englobante que penetrante, al hablar de ver conexiones, asociaciones, contextos, de la importancia de encontrar o inventar conexiones o casos intermedios. Es verdad que tanto la etimolog¨ªa latina de perspicio como la ?bersichtlichkeit alemana permitir¨ªa en ¨²ltimo extremo, m¨ªnimamente, la traducci¨®n por perspicuidad, pero en caso muy excepcional, porque lo normal no es eso, y desde luego el uso corriente tanto del ingl¨¦s como del castellano de esa palabra se refiere m¨¢s a claridad, transparencia, evidencia, precisi¨®n, lucidez que al sentido de ¨¹bersehen: abarcar con la vista, dominar con la vista, ver desde arriba; visi¨®n conjunta, de conjunto, overview, sinopsis. Ambas cosas se requieren en filosof¨ªa para comprender las cosas, desde luego, pero la primera es un tanto arbitraria, azarosa, m¨ªstica y abstrusa; la importancia b¨¢sica, radical la tiene la visi¨®n sin¨®ptica del uso gramatical de las palabras, que es un trabajo concreto, laborioso, paciente con ellas: eso es el esp¨ªritu fundamental o lo fundamentalmente importante para Wittgenstein, m¨¢s dado a recopilar pacientemente casos del uso de una palabra para comprender su significado que a penetraciones directas o intuitivas suyas. La claridad llega, si llega, no por una mirada penetrante, por muy atenta que sea, no al azar de una iluminaci¨®n, dij¨¦ramos, sino tras un arduo barrido de juegos de lenguaje; y la precisi¨®n es un mero ideal del an¨¢lisis.
133. ¡°Lo que hace que la filosof¨ªa apacig¨¹e¡±. ?Apacig¨¹e qu¨¦? ¡°Se apacigue¡±, en tal caso. ¡°Aquel que lleva la filosof¨ªa al descanso¡±. The one that gives philosophie peace.
250. ¡°?Por qu¨¦ no puede un perro simular dolor? ?Es demasiado fiel?¡± El caso es que el traductor remite en nota a la palabra alemana que utiliza Wittgenstein, ehrlich, que significa ¡°sincero¡± y que aqu¨ª se traduce, sin embargo, no se sabe bien por qu¨¦, por ¡°fiel¡± . O s¨ª se sabe, quiz¨¢ porque se dice que los perros son fieles y no sinceros (u honrados, como traduce Cr¨ªtica) (honest, la inglesa). Pero Wittgenstein ni dice ni quiere decir eso, no es lo mismo fiel que sincero, y con esta mala traducci¨®n se pierde adem¨¢s toda la gracia y la iron¨ªa wittgensteiniana, que tambi¨¦n sab¨ªa alem¨¢n: ?es que es demasiado honesto, sincero, honrado, como para simular dolor? ?Qu¨¦ tiene que ver fidelidad con simulaci¨®n? Sinceridad, s¨ª tiene que ver y mucho, solo que a contrario, que es de lo que se trata S¨ª, se trata de un perro sincero (honrado, honesto) no de un perro fiel. Ni una cosa ni otra puede ser un perro, desde luego, pero la primera tiene mucha m¨¢s gracia, sorna y pertinencia en este caso.
544. ¡°Cuando la nostalgia se expresa de mi interior¡±. Horror. Cuando la nostalgia habla desde m¨ª, o ¡°cuando la nostalgia me hace exclamar¡±, como traduce Cr¨ªtica o la inglesa. Cuatro l¨ªneas m¨¢s abajo: ¡°Y aqu¨ª ves c¨®mo los conceptos fluyen entrelazados¡±. No. Wittgenstein parece hablar de que los conceptos confluyen, fluyen los unos en los otros, como traduce Cr¨ªtica. No est¨¢ ya entrelazados y fluyen as¨ª. Ingl¨¦s: shade into one another. Y al final del par¨¢grafo: no ¡°Cu¨¢l es el sentido de una proposici¨®n matem¨¢tica?¡±, sino ¡°?Qu¨¦ es el sentido de¡?¡± No es lo mismo. ¡°Qu¨¦¡± (was) no es un de¨ªctico, pregunta algo m¨¢s general y esencial. What (no which).
545. ¡°Si el sentimiento le da a la palabra su significado, entonces ¡®significado¡¯ quiere decir aqu¨ª: aquello de lo que depende¡± ?De lo que depende qu¨¦? ?La palabra, el sentimiento? ?El asunto en general: aquello de lo que depende el juego de sentimiento y palabra en busca de significado? Podr¨ªa ser, pero es m¨¢s f¨¢cil: ¡°¡ entonces ¡®significado¡¯ quiere decir aqu¨ª: aquello que importa¡±, sin m¨¢s: lo importante, lo que interesa, aquello de lo que se trata. That which matters.
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Y sigue: ¡°?Pero por qu¨¦ depende del sentimiento?¡± Lo mismo: ?Qu¨¦? ?el significado? ?no depend¨ªa antes todo de ¨¦l? ?por qu¨¦ depende del sentimiento lo que ya depende de ¨¦l, es decir, el significado, si, adem¨¢s, del significado depend¨ªa antes todo, a pesar de que fuera el sentimiento el que se lo proporcionara a la palabra? ?Qu¨¦ es esto? Demasiado alambicado o demasiado absurdo, en cualquier caso no se entiende. Lo que Wittgenstein dice ahora es: ?Pero por qu¨¦ importa, o por qu¨¦ lo que importa es, el sentimiento? But what is the feeling what matters? Es decir, parece que sabemos por qu¨¦ importa el significado, porque es el resumen final del juego de sentimiento y expresi¨®n, y lo que se puede y se debe analizar por tanto, pero ?por qu¨¦ entonces importa tambi¨¦n, o sigue importando, el sentimiento?
547. La traducci¨®n de ¨¦ste par¨¢grafo entero es id¨¦ntica a la de Cr¨ªtica. Ya es dif¨ªcil coincidir exactamente en cinco l¨ªneas y en todas sus palabras, podr¨ªa suceder lo mismo en ocasiones en las que se confunde, como muchas de las que estamos viendo. (Creo que nunca, por cierto, he visto que esta traducci¨®n mejore la de Cr¨ªtica, s¨ª he visto, y muchas veces, que, como en este caso, coincida exactamente con ella, hasta en puntos y comas y dem¨¢s signos de puntuaci¨®n.) Sin embargo, la nueva traducci¨®n inglesa, la cuarta edici¨®n revisada por P.M.S. Hacker y Joachim Schulte (Wiley-Blackwell, 2009), a pesar de encomiarla, este traductor no la consulta o no la entiende, le hubiera evitado m¨¢s del noventa por ciento de los fallos, est¨¢ muy bien, mucho mejor que la original de Anscombe (1953), desde luego.
En fin, en la segunda parte, p¨¢gina 281 (&223), por ejemplo, se confunde la logische Bedingung, condici¨®n l¨®gica (de posibilidad) de la vivencia, con una supuesta ¡°dependencia l¨®gica¡± de no se sabe qu¨¦. En la misma p¨¢gina, siguiente par¨¢grafo ( 224) se confunde decir con hablar (sagen con sprechen): no es lo mismo manifestar algo con palabras (se dice algo) que emitir palabras sin m¨¢s (no se habla algo), y en el contexto de la frase resulta chirriante . Cr¨ªtica traduce bien en ambos casos. En ingl¨¦s tambi¨¦n: logical condition y talk.
En fin, en fin, en esta traducci¨®n no hay barbaridades (probablemente solo despistes irresponsables, no pueden ser otra cosa, y si s¨ª lo fueran esa cosa no podr¨ªa calificarse m¨¢s que como una impericia intelectualmente vergonzosa), pero est¨¢ llena de barbarismos, faltas de encaje, de incorporaci¨®n del esp¨ªritu y de la letra de la escritura de Wittgenstein al castellano, faltas de respeto por ellos y por ¨¦l, un trabajo realmente deficiente. Pena de trabajo, seguramente ingente, pero in¨²til. Sigue pendiente la edici¨®n definitiva al castellano de las Investigaciones filos¨®ficas que probablemente este haya querido ser. ?Broma o chiste esta traducci¨®n? En este caso da igual, ambas cosas: chiste pesado y broma mala, dir¨ªamos a su estilo.
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Autor: Ludwig Wittgenstein. Traducci¨®n de Jes¨²s Padilla.
Editorial: Trotta (2017).
Formato: tapa blanda (328 p¨¢ginas).
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