Philip Gossett, destacado music¨®logo y autoridad en Rossini
El estadounidense, que falleci¨® el 13 de junio en Chicago, desarroll¨® estudios esenciales en sobre la ¨®pera italiana
Philip Gossett, uno de los m¨¢s destacados music¨®logos de nuestro tiempo y una autoridad mundial en la ¨®pera italiana del siglo XIX, ha muerto. Falleci¨® el pasado 13 de junio en Chicago tras una larga enfermedad, y la noticia, aunque no inesperada, ha conmocionado al mundo musicol¨®gico, y no solo a este. A todos cuantos amamos y nos dedicamos profesionalmente a compositores como Rossini, Donizetti, Bellini y Verdi nos cuesta asimilar el hecho de que Philip nos haya dejado; sus escritos y sus ediciones se encuentran, como de costumbre, esparcidos por mi estudio: en las estanter¨ªas, en mi mesa, en el suelo. Pero esta vez su aspecto es muy diferente: m¨¢s imponentes, m¨¢s sombr¨ªos, m¨¢s importantes que nunca.
Retrocedamos un paso en el tiempo. Yo era a¨²n un adolescente cuando visit¨¦ P¨¦saro y el Festival de ?pera Rossini por primera vez. Como un joven y entusiasta amante de la ¨®pera, me pareci¨® electrizante estar en la ciudad natal del m¨²sico, asistir a representaciones de ¨®peras que no hab¨ªan visto la luz desde comienzos del siglo XIX y formar parte de una comunidad estrechamente unida en la que el p¨²blico ten¨ªa la posibilidad de codearse con Marilyn Horne, Samuel Ramey, Rockwell Blake, Enzo Dara y con muchos otros que iban paseando como todos por la principal calle de la ciudad.
Una de las personas a las que pod¨ªa verse regularmente encamin¨¢ndose hacia el Teatro Rossini o hacia el Conservatorio era Philip Gossett: no era un cantante, ciertamente, pero s¨ª que era una gran estrella por derecho propio. Gossett contribuy¨® al festival no solo preparando o supervisando las ediciones cr¨ªticas que se utilizaban sistem¨¢ticamente en las diversas producciones, sino tambi¨¦n colaborando con cantantes y directores de orquesta en la ornamentaci¨®n vocal y en todo tipo de temas relacionados con la pr¨¢ctica interpretativa. Y, adem¨¢s, impart¨ªa conferencias p¨²blicas en las que facilitaba un acercamiento a las obras de un modo deslumbrantemente en¨¦rgico: hablando, cantando y tocando el piano con un entusiasmo contagioso.
Fue asistiendo a las conferencias de Philip Gossett y leyendo sus notas al programa como empec¨¦ a aprender el arte y la importancia cultural de la ¨®pera italiana, y lo que me hizo abrigar el deseo de estudiarla yo mismo. Treinta a?os despu¨¦s, el deseo sigue siendo acuciante, gracias a su ejemplo, a su generoso apoyo y a la labor como mentor y gu¨ªa que me ofreci¨® siempre que tuve la suerte de estar con ¨¦l, hasta nuestra ¨²ltima conversaci¨®n por Skype el pasado 29 de mayo. Aunque lento, d¨¦bil y ya incapacitado para trabajar, Philip conserv¨® hasta el final su caracter¨ªstica lucidez, consciencia y apasionamiento. Estar con ¨¦l segu¨ªa siendo un placer.
Pocos estudiosos han sido m¨¢s prol¨ªficos que Philip Gossett, cuyas publicaciones son tan numerosas como diversas. Pero no cabe duda de que su contribuci¨®n fundamental se ha producido dentro de los ¨¢mbitos de la ¨®pera y la cr¨ªtica textual del siglo XIX; sus logros cimeros son el libro Divas and Scholars. Performing Italian Opera (2006) y las numerosas ediciones cr¨ªticas que concibi¨® y promovi¨® desde su puesto de Editor General de las obras completas de Rossini y Verdi, que ocup¨® durante d¨¦cadas. Edit¨® personalmente obras como Tancredi, Ermione, Semiramide y la Petite Messe solennelle de Rossini, y hab¨ªa estado trabajando tambi¨¦n en La forza del destino de Verdi; pero m¨¢s de 50 ediciones de ambos compositores se han publicado bajo su supervisi¨®n y han tenido un impacto duradero en la filosof¨ªa y en el m¨¦todo adoptados por la posterior cr¨ªtica textual en diversos ¨¢mbitos dentro y m¨¢s all¨¢ de la ¨®pera italiana, as¨ª como en el repertorio y en las pr¨¢cticas de los teatros de ¨®pera de todo el mundo. Tambi¨¦n a ¨¦l hemos de agradecerle que hoy conozcamos Il viaggio a Reims de Rossini, seamos capaces de interpretar una versi¨®n cre¨ªble de Stiffelio de Verdi, y podamos cantar y o¨ªr las palabras correctas al comienzo del Acto III de Rigoletto: y esto no es m¨¢s que la punta del iceberg.
No deber¨ªa pensarse que la cr¨ªtica establecida por Gossett representa simplemente el regreso a las versiones ¡°aut¨¦nticas¡± y autorizadas de ¨®peras que hab¨ªan circulado durante mucho tiempo en ediciones poco fiables o corruptas; su trabajo con los textos de Rossini y Verdi forma parte de un rico y complejo proyecto cultural que nos ha llevado a entender mejor que nunca c¨®mo se concibieron y crearon las ¨®peras, c¨®mo se llevaron a los escenarios, c¨®mo circularon impresas y en copias manuscritas, as¨ª como qu¨¦ fuerzas sociales y culturales (cantantes, censores, empresarios, editores) contribuyeron a moldear y alterar las ¨®peras durante y despu¨¦s de su concepci¨®n. Los int¨¦rpretes y los estudiosos actuales cuentan con textos m¨¢s que estables o definitivos; cuentan con opciones para poder elegir y con una informaci¨®n sin precedentes sobre la ¨®pera como un arte vivo; y las obras completas de Rossini y Verdi, aunque la edici¨®n sigue su curso, ocupan ahora un lugar de honor en las principales bibliotecas de investigaci¨®n de todo el mundo junto a las series dedicadas a compositores como Bach, Beethoven, Mozart y Schumann.
Como estudioso, Gossett tendi¨® incansablemente puentes no solo con el mundo acad¨¦mico, escribiendo en las revistas y participando en los encuentros m¨¢s prestigiosos dentro de su ¨¢mbito, sino tambi¨¦n con el p¨²blico, con el que interactuaba por medio de escritos acad¨¦micos, programas de radio y conferencias p¨²blicas, y con los propios int¨¦rpretes, lo que le llev¨® a colaborar con artistas como Cecilia Bartoli, Marilyn Horne, Juan Diego Fl¨®rez, Joyce DiDonato, Riccardo Muti y Dario Fo. Y, quiz¨¢ lo m¨¢s importante de todo, Gossett inspir¨® y form¨® apasionadamente a varias generaciones de estudiantes en Europa y Estados Unidos.
Gossett dio clases desde 1968 en la Universidad de Chicago, donde fue catedr¨¢tico y decano de Humanidades. Fue tambi¨¦n presidente de la Sociedad Estadounidense de Musicolog¨ªa y de la Sociedad de Investigaci¨®n Textual. Las distinciones y premios que recibi¨® son, literalmente, innumerables. Por su sobresaliente contribuci¨®n a la cultura italiana, el gobierno de ese pa¨ªs le concedi¨® en 1998 su m¨¢s alta distinci¨®n civil: Cavaliere di Gran Croce.
En este momento, por encima de todo, lo echamos de menos. Pero la huella que ha dejado en su campo es profunda; su trabajo ha transformado lo que o¨ªmos y vemos en los teatros de ¨®pera de todo el mundo, y c¨®mo lo vivimos; y saber cu¨¢nto mejor estamos gracias a su visi¨®n, a sus esfuerzos y a su pasi¨®n infatigable nos sirve de consuelo. Hoy apenas resulta posible escrutar una partitura ?cualquier partitura? sin recordar sus ense?anzas. La suya fue, ciertamente, una vida bien empleada, por lo que somos muchos los que, hoy y siempre, le estamos inmensamente agradecidos.
Francesco Izzo es catedr¨¢tico de Musicolog¨ªa en la Universidad de Southampton y editor general de The Works of Giuseppe Verdi. (Traducci¨®n de Luis Gago)
Babelia
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