El Metropolitan abre sus puertas a las fotos hechas con m¨®vil

Desde que hace una d¨¦cada el tel¨¦fono m¨®vil se convirti¨® en la c¨¢mara fotogr¨¢fica de la mayor parte de la poblaci¨®n, la comisaria del departamento correspondiente del museo Metropolitano de Nueva York, Mia Fineman, quiso hacer una exposici¨®n con estas im¨¢genes tomadas entre mensaje de texto y mensaje de texto. ¡°Quer¨ªa hacer algo con ello, aunque me llev¨® un tiempo pensar c¨®mo hacerlo y ver la perspectiva para enfatizar qu¨¦ es lo relevante¡±, explica a EL PA?S la comisaria.

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El auge de la aplicaci¨®n Snapchat, con sus im¨¢genes que se autodestruyen en 24 horas, fue lo que le dio el empuj¨®n definitivo a la comisaria y, entre noviembre del a?o pasado y abril del presente, pidi¨® a doce artistas de los cinco continentes y curtidos en diferentes g¨¦neros que conversaran en parejas a trav¨¦s de im¨¢genes tomadas con sus tel¨¦fonos inteligentes. ¡°Finalmente encontr¨¦ esta idea del di¨¢logo, por la manera que esta aplicaci¨®n ha hecho que las im¨¢genes sean las protagonistas de la conversaci¨®n, que hablen. No que sean algo que estar¨¢ en la web para siempre, sino algo que quieres decir a alguien en ese momento y que luego desaparece¡±.

Es por eso que el t¨ªtulo de esta exposici¨®n, que estar¨¢ abierta hasta el 17 de diciembre, es Talking Pictures (im¨¢genes parlantes) y la respuesta de cada d¨²o de artistas a la propuesta fue bien diferente. Solo les une la prohibici¨®n de compartir las im¨¢genes en las redes sociales antes de que se inaugurara la exposici¨®n.

La interpretaci¨®n quiz¨¢ m¨¢s inmovilista fue la de Cynthia Daignault y Daniel Heidkamp, a pesar de que nacieron en 1978 y 1980 respectivamente. Ellos decidieron pintar cuadros con escenas cotidianas de la vida y fotografiarlos. La pared que ocupan parece un Instagram de trazo grueso. Im¨¢genes con un filtro de efecto a veces rom¨¢ntico, a veces realista, otras veces pop, y otras fauvista. La m¨¢s mim¨¦tica con la sensaci¨®n de reality global que producen las redes sociales es la de la india Manjari Sharma y la rusoestadounidense Irina Rozovsky, que descubrieron que estaban embarazadas al empezar el proyecto y retrataron, con el plus art¨ªstico de ser fot¨®grafas reconocidas por su mirada sensible, lo que hacen tant¨ªsimas blogueras y gur¨²s de la maternidad en su proceso de gestaci¨®n. Una aproximaci¨®n m¨¢s pol¨ªtica y feminista es la de las estadounidenses Nicole Eisenman y A. L. Steiner, aunque para pol¨ªtico est¨¢ el di¨¢logo entre Teju Cole y Laura Poitras, pues en el momento en el que Donald Trump ¨Cinevitablemtente muy presente- gan¨® las elecciones, la periodista vinculada al caso de Edward Snowden qued¨® muda y no volvi¨® a contestar. Su compa?ero le enviaba im¨¢genes de flores como consuelo.

¡°Cada conversaci¨®n es entre dos personas y eso la hace espec¨ªfica de esas dos personas. Algunas fueron muy estrictas con la idea de un di¨¢logo ordenado, respetando los turnos. Otros fueron m¨¢s flexibles y a lo mejor un artista enviaba con cinco im¨¢genes y luego el otro una. Fue una conversaci¨®n de formato libre, como cuando alguien habla durante una hora y la otra persona apenas dice algo¡±, resume Fineman. Y lo mismo sucede con el soporte y la duraci¨®n. Algunos, como William Wegman y Tony Oursler (los m¨¢s ¡°carcamales¡± entre los elegidos, pues nacieron en 1943 y 1957), hablaron ¨²nicamente por v¨ªdeo y con un tono muy sarc¨¢stico. Pero el abanico entre los artistas comisariados va de di¨¢logos de 45 im¨¢genes y otros de m¨¢s de 600. Algunos cuelgan en la pared, otros se disfrutan en una pantalla de televisi¨®n, en un iPad o en un cuaderno tradicional. Se trata, en definitiva, de entender las m¨²ltiples posibilidades de los tiempos. ¡°El gran reto de la exposici¨®n era trabajar con un formato joven y que sigue cambiando en su manera de ser utilizado. Corr¨ªamos el riesgo de empezar a trabajar en algo que hubiese cambiado demasiado para cuando estuviera terminado¡±, asegura la comisaria de la exposici¨®n que, no obstante, reconoce que la fotograf¨ªa, como expresi¨®n art¨ªstica basada en la tecnolog¨ªa, siempre vivi¨® perfeccionada y a la vez desestabilizada por el progreso.

Ahora que la exposici¨®n ya est¨¢ en pie, se elimina el veto de compartir en redes. ¡°Por supuesto, queremos que se extienda por cualquier canal¡±, dice la empleada de un museo que, como tantos otros, mir¨® con recelo en un principio a los visitantes que disparaban el objetivo de forma compulsiva o se armaban con el temido palo selfie. En esta ocasi¨®n, la foto de la foto o quiz¨¢ el Snapchat del Snapchat tenga m¨¢s sentido (o m¨¢s iron¨ªa) que nunca en esta muestra que dice querer ser m¨¢s un punto de discusi¨®n que de contemplaci¨®n del arte en s¨ª mismo. Y desde el museo impulsan el hashtag #MetTalkingPictures.

Fineman, que como comisaria de lo mejor de la fotograf¨ªa del mundo se enfrenta al maremagnum de las im¨¢genes filtradas y retocadas en la pantalla del tel¨¦fono, no se amedrenta ante la saturaci¨®n de oferta: ¡°Creo que hay millones de grandes fotograf¨ªas all¨ª fuera. En estos tiempos, todo el mundo puede hacer grandes fotos. Lo dif¨ªcil es hacer 100 buenas fotos seguidas. Los que lo consiguen son los que acaban siendo artistas¡±.