Enganchados a la leyenda
La m¨ªstica del cantaor se agrand¨® con su dependencia de la droga, pero sobrevivi¨® a ella y qued¨® la grandeza de su cante
Caminar por las calles medio vac¨ªas de un pueblo y escuchar en los altavoces de un feriante a Camar¨®n por buler¨ªas pod¨ªa ser una experiencia casi m¨ªstica. Si eras un adolescente, ese cante pod¨ªa sonar a transgresi¨®n, a un lamento alegremente expresado, a un no s¨¦ qu¨¦ que ven¨ªa de muy lejos en la historia y te dec¨ªa algo muy ¨ªntimo.
Camar¨®n cantaba en? La leyenda del tiempo (1979) versos de Lorca que no comprend¨ªa. El sue?o iba sobre el tiempo, flotando como un velero, mecido por guitarras el¨¦ctricas que no todo el mundo supo apreciar en su d¨ªa. Hubo hasta quien devolvi¨® el disco en El Corte Ingl¨¦s con el argumento de que aquello no era flamenco. Pero eso termin¨® cuajando y la leyenda del tiempo dio paso a la de Camar¨®n. En 1986 sac¨® un disco que titul¨® Te lo dice Camar¨®n. Para entonces, cualquier amigo del Pozo Beb¨¦ o del Cementerio Viejo, cualquier chaval de cualquier barrio en cualquier pueblo pod¨ªa rematar sus palabras con un sobrado: ¡°Te lo dice Camar¨®n¡±.
Su cante tra¨ªa un halo de misterio, de secreto a voces. El secreto era la hero¨ªna. Aunque muri¨® de c¨¢ncer, aquella epidemia que a tanta gente se llev¨® en los ochenta, tambi¨¦n lo martiriz¨® a ¨¦l. Camar¨®n pod¨ªa llegar en su Mercedes blanco, como la canci¨®n de Kiko Veneno, siempre mirando al suelo, ¡°diez duros de papel Albal¡± y el cielo se iluminaba. ¡°Viene desde muy lejos y ya / No le queda ni memoria / Dicen que un duende se la cambi¨® / Por un ratito de gloria¡±.
Paco de Luc¨ªa dec¨ªa que en el ¨²ltimo disco que grabaron, Potro de rabia y miel (1991), a Camar¨®n le costaba memorizar las letras. En una de esas canciones aparec¨ªa la hero¨ªna de forma casi expl¨ªcita: ¡°Llevo dentro mi sangre / un potro de rabia y miel / se desboca como un loco / no puedo hacerme con ¨¦l¡±.
Finalmente, el misterio de su cante venci¨® al potro y hoy en d¨ªa es lo que perdura. Escucharlo con atenci¨®n sigue proporcionando placeres elevados. ¡°Era distinto a todo el mundo¡±, dec¨ªa Tomatito. ¡°Su forma de sentarse, de hablar, de coger un vaso¡¡±. Como dicen los argentinos de Gardel, cada d¨ªa Camar¨®n canta mejor.
Francisco Peregil es autor de la biograf¨ªa Camar¨®n de la Isla, el dolor de un pr¨ªncipe, editado en 1993 por El Pa¨ªs Aguilar y reeditado en 2014 por Libros del K.O.
Babelia
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