Al rescate de ilustres sin retrato

¡°S¨ª, en cierta medida, reparo injusticias hist¨®ricas¡±. Alejando Cabeza, pintor del siglo XIX en el XXI, rescata a personalidades m¨¢s o menos olvidadas y las coloca en las paredes de los museos, es decir, de la historia. El ¨²ltimo de ellos ha sido Lucas Mallada, el (desconocido) ge¨®logo que escribi¨® las 3.740 p¨¢ginas de la monumental memoria del mapa geol¨®gico y dot¨® a Joaqu¨ªn Costa, su paisano, del aparato cient¨ªfico que sustentaba el regeneracionismo. Ya est¨¢ Mallada colgado en el Instituto Geominero, como est¨¢n Lope de Vega y Ana Mar¨ªa Matute en la RAE, Cervantes en el Museo de Historia de Madrid, Ignacio Bol¨ªvar en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, Federico Rubio y Gal¨ª en la Real Academia de Medicina y Federico Garc¨ªa Lorca en el Museo Nacional del Teatro, entre otros muchos, hasta algo m¨¢s de un centenar, unos m¨¢s conocidos que otros.

¡°Tienen en com¨²n que no hay cuadros suyos o que hay muy pocos¡±, dice Cabeza, ¡°as¨ª que procuro que perduren en mis ¨®leos¡±. Nacido en Barcelona en 1971 y criado en Valencia, donde se licenci¨® en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos, de la Universidad Polit¨¦cnica, es retratista de la vieja escuela. ¡°Para m¨ª lo que cuenta es el dominio de la t¨¦cnica, el conocimiento del oficio. Hay que recrear la atm¨®sfera m¨¢s apropiada en cada cuadro¡±.

"Ahora las im¨¢genes son de usar y tirar y parece que lo que no est¨¢ en Facebook no existe, pero yo soy un pintor de corte cl¨¢sico"

Cabeza conoce el oficio y la t¨¦cnica cl¨¢sica y procura pegarse a ella. ¡°Hay quien dice que tiene un estilo, pero es que no sabe hacer las cosas de otra manera. Yo soy clasicista, una corriente abandonada, un camino minoritario. De hecho, al ver mis cuadros algunos cr¨ªticos me han dado por muerto, pero muerto hace muchos a?os¡±.

Una vez elegido el personaje, al que llega ¡°por curiosidad, unos te llevan a otros¡±, busca en los comercios de la plaza de Pontejos las telas adecuadas para el lienzo, que prepara ¡°como se hac¨ªa antiguamente¡± antes de ponerse a pintar. Mientras, Salom¨¦ Guadalupe Ingelmo, historiadora y escritora, modelo de muchos de sus retratos, se ocupa de la documentaci¨®n, de recopilar informaci¨®n gr¨¢fica ¡ª¡°fotos, dibujos, caricaturas, sellos, esculturas¡±¡ª y escrita sobre el personaje. ¡°Cuantas m¨¢s fotos e im¨¢genes tenga, mejor. As¨ª me hago una idea de la piel, de la complexi¨®n, del gesto, de c¨®mo era. Trato de tener una visi¨®n global¡±. Luego, muchas horas de trabajo en el taller, entre uno y tres meses, hasta darle la ¨²ltima capa de barniz y dejarlo como nuevo, como reci¨¦n salido del siglo XIX.

¡°Hago cada obra pensando que va durar para siempre, me juego la reputaci¨®n en cada cuadro¡±, dice Cabeza. Y se queja, de paso, del abaratamiento de la imagen contempor¨¢nea, en la que las fotos hechas sin criterio han ocupado todo el espacio iconogr¨¢fico. ¡°Ahora las im¨¢genes son de usar y tirar y parece que lo que no est¨¢ en Facebook no existe, pero yo soy un pintor de corte cl¨¢sico. Como consecuencia de una insuficiente formaci¨®n art¨ªstica ¡ªraramente nos ense?an a tener un juicio cr¨ªtico sobre la pintura para poder disfrutar realmente de ella¡ª, la sociedad no valora las bellas artes en su justa medida¡±.

Adem¨¢s de cuadros de ilustres descuadrados, Cabeza pinta paisajes y retratos de encargo. Pero, sobre todo, ha pintado escritores, quiz¨¢ influido por Guadalupe, aunque los cient¨ªficos van siendo cada vez m¨¢s. ¡°Me gustaba la historia desde la EGB, as¨ª que me intereso por los personajes, me implico con ellos. Si creo que han hecho algo bueno, digno de recordarse, procuro que mis cuadros sirvan para rescatarlos. Con eso me doy por satisfecho¡±.