El director y la electricidad
El brit¨¢nico Simon Rattle regresa con la Sinf¨®nica de Londres al Festival Internacional de M¨²sica y Danza de Granada
Cuenta Herbert Haffner en su biograf¨ªa de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn que, en una ocasi¨®n en que el primer trompa olvid¨® su partitura, Simon Rattle le cedi¨® la suya y dirigi¨® de memoria. Sucedi¨® en 2004 durante una gira de la orquesta alemana por Jap¨®n, pero tambi¨¦n habr¨ªa podido pasar en Granada con la Sinf¨®nica de Londres (LSO) en 2017. Rattle (Liverpool, 1955) representa el prototipo de director de orquesta del siglo XXI. No tanto por su versatilidad o su cercan¨ªa con los m¨²sicos, como por fomentar el trabajo en equipo. Lo pudimos verificar el pasado lunes durante su ensayo en el Auditorio Manuel de Falla, pero tambi¨¦n en sus dos conciertos, los d¨ªas 2 y 3 de julio, en el Palacio de Carlos V. El director brit¨¢nico no somete ni doblega a sus m¨²sicos, sino que facilita las cosas. Para ¨¦l la palabra inglesa conductor alude m¨¢s a la comunicaci¨®n que al poder. E incluso tambi¨¦n a la electricidad. A esa capacidad para que la m¨²sica fluya a trav¨¦s de su lenguaje corporal. Esos gestos que en ¨¦l casi parecen provocados por el electrochoque. Pero que a veces no encuentran la respuesta esperada.
Simon Rattle volv¨ªa a Espa?a con la LSO, a dos meses de convertirse en su nuevo titular; un puesto que deber¨¢ compaginar el a?o pr¨®ximo con su salida de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn. Regresaba por segundo a?o consecutivo al Festival de M¨²sica y Danza de Granada. Y, otra vez, como una de las propuestas orquestales m¨¢s atractivas de su 66? edici¨®n. Tras la inauguraci¨®n de Zubin Mehta al frente de la Orquesta y Coro del Teatro di San Carlo de N¨¢poles, con la Novena, de Beethoven, u otra Novena, en este caso de Mahler, con V¨ªctor Pablo P¨¦rez y la JONDE, pero tambi¨¦n de la actuaci¨®n de William Christie al frente de la Orquesta del Siglo de las Luces. Y a la espera del R¨¦quiem, de Verdi, de David Afkham con la OCNE y el concierto de Pablo Heras-Casado, futuro responsable de este festival, al frente de la Philharmonia de Londres.
El primer concierto se centr¨® en la Sexta sinfon¨ªa, de Mahler. Una obra donde el compositor juega a la ruleta rusa con el destino durante casi hora y media. Y pierde estrepitosamente. La compone en uno de sus momentos m¨¢s felices: los veranos de 1903 y 1904. Pero profetiza dos tragedias venideras: la muerte de su hija mayor y su propia afecci¨®n coronaria. Y lo hace por medio de dos brutales golpes de un martillo gigantesco en el movimiento final. Dos tremendos balazos que le dio la vida. Y a los que se uni¨® despu¨¦s el hundimiento de su relaci¨®n con Alma que termin¨® con ¨¦l.
London Symphony Orchestra
Obras de Mahler, Berlioz, Sibelius y Brahms.
Orquesta Sinf¨®nica de Londres. Janine Jansen, viol¨ªn. Direcci¨®n: Simon Rattle
Festival Internacional de M¨²sica y Danza de Granada, 2-3 de julio
Rattle y la LSO nos contaron todo esto, aunque a retazos. La obra no arranc¨® bien. El determinante ritmo marcial del principio no encontr¨® apoyo en unos imprecisos contrabajos. El director ingl¨¦s se emple¨® en levantar la versi¨®n aprovechando la poco habitual repetici¨®n de la exposici¨®n que plantea la obra. Pero ni por esas. Destac¨®, eso s¨ª, en lo l¨ªrico, como en el bello retrato musical de su esposa Alma, con esos violines admirablemente comandados por el concertino Gordan Nikolitch. A continuaci¨®n, opt¨® por el Andante frente al Scherzo (una vieja pol¨¦mica que todav¨ªa perdura hoy) lo que asegur¨® m¨¢s un perfil l¨ªrico que intenso. Luego el Scherzo no alcanz¨® lo perturbador y tampoco funcion¨® la vehemencia marcial, aunque s¨ª la elegancia del l?ndler. Por fortuna, Rattle consigui¨® elevar la obra en el inmenso movimiento final, que llen¨® de detalles brillantes, aunque sin alcanzar esa carga el¨¦ctrica que hace de esta sinfon¨ªa una obra peligrosa para corazones delicados.
La LSO se resarci¨® en el segundo concierto, el lunes 3 de julio. Abri¨® con un Obertura del Carnaval Romano, de Berlioz, con todo el desparpajo y seguridad ausente en Mahler el d¨ªa anterior. Sigui¨® el Concierto para viol¨ªn, de Sibelius, con Janine Jansen (Soest, 1978) como solista que fue lo mejor de los dos d¨ªas. La holandesa ha desterrado aquella violencia de anta?o pero sin perder un ¨¢pice de intensidad. Un ejercicio de madurez admirablemente acompa?ado por Rattle desde la vaporosa evocaci¨®n inicial de las campanas de la bas¨ªlica genovesa de Rapallo a esa mot¨®rica ¡°polonesa para osos polares¡± final por citar la famosa ocurrencia de Donald F. Tovey. Jansen, que debutaba en el Festival de Granada, no pudo evitar rendir un homenaje a Falla como propina, con una ¨ªntima versi¨®n de su Nana de las Siete canciones populares espa?olas acompa?ada por tres m¨²sicos de la LSO.
Tras el descanso, Rattle volvi¨® a su enfoque l¨ªrico ahora con la Segunda, de Brahms. Aqu¨ª es mucho m¨¢s pertinente al ser su sinfon¨ªa m¨¢s vinculada a la herencia de Mozart, Beethoven y Schubert. Su versi¨®n cont¨® con una orquesta m¨¢s entregada que dio sentido a ese impulso que preside la obra de combinar expansi¨®n mel¨®dica con densa elaboraci¨®n mot¨ªvica. Este Brahms forma parte de la herencia que Rattle se lleva de Berl¨ªn. Pero no pod¨ªa terminar sin hacer referencia a su admiraci¨®n por la m¨²sica checa. Y dirigi¨® como propina una festiva sko?n¨¢ del opus 46, de Dvor¨¢k.
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