Banderas, por fin
Despu¨¦s de que se premiara a Carlos Saura, Luis Garc¨ªa Berlanga y Rafael Azcona (los tres m¨¢s grandes hasta ese momento), se le ocurri¨® a Fernando Fern¨¢n G¨®mez proponer para el siguiente premio nacional de Cinematograf¨ªa a Sara Montiel, no en vano, dec¨ªa, era la m¨¢xima estrella espa?ola con repercusi¨®n internacional. Pero a otros miembros del comit¨¦ que decid¨ªa aquel premio no les parec¨ªa suficientemente seria y propusieron en su lugar al director Juan Antonio Bardem. Corr¨ªa el a?o 1983, primero del gobierno socialista de Felipe Gonz¨¢lez, y la entonces directora general de cine, Pilar Mir¨®, no crey¨® adecuado premiar a un miembro del Partido Comunista. El comit¨¦ opt¨® entonces en su lugar por el montador Pablo Garc¨ªa del Amo aunque no fuera una figura popular; lo curioso del caso es que ¨¦l tambi¨¦n hab¨ªa sido militante comunista pero en su caso no pareci¨® importarte tanto a la Mir¨®.
Durante los a?os siguientes se sigui¨® premiando a figuras conocidas (Rabal, Maura, Aranda, Querejeta, Fern¨¢n G¨®mez, Almod¨®var, Fernando Rey¡) hasta que les lleg¨® el turno a dos t¨¦cnicos de sonido (Luis Castro y Enrique Molinero), y los del Ministerio clamaron entonces al cielo: quer¨ªan premiar solo a famosos y tener as¨ª repercusi¨®n en prensa. A los ministros les van mucho los artistas, solo hay que recordar a Esperanza Aguirre como titular de Cultura correteando en 1998 por los pasillos del hotel de San Sebasti¨¢n en busca de una foto privada con Antonio Banderas cuando este fue al festival a presentar La m¨¢scara del Zorro. No era f¨¢cil propiciar un encuentro discreto entre ambos ante un centenar de fot¨®grafos, unas decenas de mariachis que hab¨ªan convocado la distribuidora, y la presencia de Catherine Zeta Jones y Anthony Hopkins. El ayudante de la ministra fue expeditivo: ¡°Si Dios separ¨® las aguas del Jord¨¢n, ?c¨®mo no se va a poder apartar a Banderas de esta multitud?¡±. Dicho y hecho, ¨¦l consigui¨® hacerlo, y do?a Esperanza tuvo su foto¡ que quiz¨¢s ahora haya sacado del cofre de los recuerdos. Con quien s¨ª tuvo foto oficial fue con Montxo Armendariz, a quien all¨ª entreg¨® el premio Nacional de aquel a?o. Armendariz hab¨ªa tenido un gran ¨¦xito con la magn¨ªfica Secretos del coraz¨®n y merec¨ªa el premio. Porque este premio nacional ha tenido un reglamento de interpretaci¨®n intermitente. Tan pronto se exig¨ªa que quien lo ganara hubiese realizado un trabajo cinematogr¨¢fico el a?o anterior, asemejado as¨ª todo un premio Nacional con otro goya m¨¢s (lo que impidi¨®, por ejemplo, que en una ocasi¨®n lo obtuviera Concha Velasco ¨Cque se hab¨ªa dedicado solo al teatro la temporada anterior-), o se olvida esa condici¨®n, tal como ha ocurrido afortunadamente en el caso actual de Antonio Banderas. Ya era hora.
Seguramente Fern¨¢n G¨®mez estar¨ªa de acuerdo. No solo es un magn¨ªfico actor con el que trabaj¨® en alguna ocasi¨®n (Los zancos, por ejemplo), sino que, aunque han cambiado los tiempos, tiene repercusi¨®n internacional como la que a ¨¦l le gustaba de la Montiel.
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