La santa mano en la caja

Del Movimiento Comunista, al PSOE, y de la doctrina marxista-leninista, al posibilismo. La barrera insoslayable que los padres del sistema electoral espa?ol pusieron a los partidos peque?os de implantaci¨®n nacional, fue un acicate para que sus afiliados m¨¢s propensos al poder se pasaran a partidos mayoritarios. Iberian gansters (la corrupci¨®n est¨¢ cantada), sainete l¨ªrico con libreto de Julio Salvatierra y m¨²sica de Alberto Granados, satiriza la manera en la cual el ejercicio del poder fue transformando a buena parte de una generaci¨®n que hab¨ªa confiado en cambiar la pol¨ªtica.

Una obertura cantada a capela por seis int¨¦rpretes fulgurantes, que tambi¨¦n se defienden como actores, marca el tono ligero, espirituoso y burl¨®n del espect¨¢culo: Eva Mart¨ªn, Clara Alvarado, Iv¨¢n Villanueva, Chani Mart¨ªn, Xavi Melero y Miguel ?ngel Gamero desgranan el listado inabarcable de los casos actuales de corrupci¨®n patria con las mismas musicalidad y parsimonia con las cuales el quinteto Los Xey enumeraba durante la posguerra espa?ola la extensa lista de platos op¨ªparos que integran su quim¨¦rico Buen men¨².

A juzgar por como lo celebra el p¨²blico, Iberian gangsters sirve de entretenimiento y de v¨¢lvula de escape para cuantos asisten impotentes en el sof¨¢ de casa a un espect¨¢culo mayor: el que bridan en los noticiarios quienes andan con la mano en la caja, el pie en el umbral de la puerta giratoria y la cabeza en las nubes del para¨ªso fiscal recomendado por sus asesores. Alguna de las canciones de Granados es de una complejidad arm¨®nica notable.