Fama y prejuicio
En las novelas de Jane Austen, aparentemente de costumbres, hay espacio para tratar la esclavitud, los abusos sexuales, las teor¨ªas evolutivas y los derechos de las mujeres
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Cabe pensar que la ¨²nica ¡°verdad universalmente reconocida¡± en torno a Jane Austen casi empieza y acaba en la famosa frase con la que arranca su novela Orgullo y Prejuicio, aquella irrefutable asunci¨®n de que ¡°un hombre soltero con fortuna debe estar buscando una esposa¡±. El 18 de julio se cumple el bicentenario de la muerte de la autora brit¨¢nica a los 41 a?os, una novelista cuya fama p¨®stuma y entregados seguidores la convierten en una especie de estrella de rock literaria, un icono cultural que despierta agitadas pasiones. Sus devotos lectores entablan con ella una peculiar intimidad, y sienten un extra?o esnobismo o derecho de propiedad que podr¨ªa resumirse en un ¡°a mi Jane no me la toquen¡± o ¡°esa pandilla de fans cursis realmente no entienden su obra¡±. El enconado debate sobre la ¡°lectura correcta¡± de su obra, su abaratamiento o transformaci¨®n en un producto pop y equivocadamente ligero, es algo tan cl¨¢sico como los trajes de corte Imperio que lucen sus hero¨ªnas en las recurrentes adaptaciones cinematogr¨¢ficas y televisivas de sus seis libros. Ya dijo Virginia Woolf que ¡°cualquiera que tenga la temeridad de escribir sobre Jane Austen es consciente de que hay 25 se?ores mayores residentes en la ciudad de Londres que se resienten ante cualquier matiz sobre su genio, como si fuera una afrenta a la castidad de sus t¨ªas¡±.
Su advertencia no ha sido muy tenida en cuenta. El chorro de estudios y libros sobre la vida, obra, milagros, estilo, costumbres, cocina o paisajes del universo de Austen ha sido y es imparable. Gran Breta?a imprime este a?o billetes de 10 libras con su rostro; Winchester, en cuya catedral est¨¢ enterrada la escritora, acoge una gran exposici¨®n; y en espa?ol aparecen ediciones conmemorativas de sus novelas (Alianza y Penguin Classics), y por primera vez la colecci¨®n completa de su correspondencia Cartas (d?poca Editorial) y sus escritos juveniles, Amor y Amistad (Alba).
Pero lo cierto es que la brillante, dom¨¦stica y ocurrente Jane pronto se convirti¨® en carne de pol¨¦mica. Citada como ejemplo por los parlamentarios conservadores en el siglo XIX en su defensa de las sanas tradiciones inglesas frente a la amenazadora modernizaci¨®n. Blandida como defensora de las mujeres por las sufragistas. Acusada de ser la creadora de estereotipos masculinos hiper heterosexuales. ¡°?Hay otros escritores que parezcan tan vulnerables a ser amados por tanta gente por los motivos equivocados?¡±, se lamentaba Henry James ya en 1905.
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En Jane Austen, The Secret Radical (Jane Austen la secreta radical), la acad¨¦mica de Oxford Helena Kelly avanza su teor¨ªa sobre los motivos que se esconden tras la equivocada, inocua y popular visi¨®n de la novelista, antes de reclamar una lectura m¨¢s profunda. Atenci¨®n al contexto y al puro texto, advierte Kelly en el nuevo libro, aparecido tambi¨¦n al calor del aniversario.
Nacida en diciembre de 1775 en el peque?o pueblo de Steventon en Hampshire, la s¨¦ptima de ocho hijos de un pastor, Jane pas¨® cinco a?os en Bath y tres en Southampton, y salvo periodos vacacionales, y ocasionales visitas a parientes, residi¨® la mayor parte de su vida en el condado donde naci¨®. Nunca se cas¨®. Entre finales de 1811 y 1815 public¨® cuatro novelas (Sentido y sensiblidad, Orgullo y prejuicio, Mansfield Park y Emma). Otras dos (Nothanger Abbey y Persuasi¨®n) salieron a finales de 1817 cinco meses despu¨¦s de su muerte, con un pr¨®logo de su hermano en el que presentaba la primera nota biogr¨¢fica. ¡°Jane, seg¨²n Henry, no se consideraba una autora, no ten¨ªa una alta opini¨®n de su trabajo y nunca pens¨® que llegar¨ªa al gran p¨²blico. Tras ceder a la presi¨®n de su familia, estaba muy sorprendida del ¨¦xito¡±, escribe Kelly. Quiz¨¢ Henry trataba de disimular la necesidad de dinero y proteger a su hermana, de paso ocult¨® que el primer manuscrito que vendi¨® nunca fue publicado.
Ya dijo Virginia Woolf que ¡°cualquiera que tenga la temeridad de escribir sobre Jane Austen es consciente de que hay 25 se?ores mayores residentes en la ciudad de Londres que se resienten ante cualquier matiz sobre su genio, como si fuera una afrenta a la castidad de sus t¨ªas¡±
Frente a su insistencia en que ella era una fiel seguidora de los principios de las iglesia, la acad¨¦mica repasa las tramas de sus novelas en las que los cl¨¦rigos carecen de vocaci¨®n, y esgrime el tiempo hist¨®rico en que fueron escritas. Austen naci¨® cinco a?os despu¨¦s que el poeta rom¨¢ntico Wordsworth, un a?o antes de que arrancase la guerra de independencia en EE UU, y ten¨ªa 13 a?os cuando empez¨® la revoluci¨®n francesa. Durante la mayor parte de su vida Gran Breta?a estaba en guerra, era una ¨¦poca de censura y vigilancia por parte del Estado. Las novelas de Austen ¡ªla ¨²nica autora de este periodo que escrib¨ªa sobre su tiempo de forma realista¡ª son tan revolucionarias como los textos por los que Thomas Paine fue perseguido, sostiene la ensayista, pero han sido escritas con tanto arte que a menos que el lector est¨¦ buscando en el lugar correcto no lo ver¨¢. ¡°Jane no era un genio que se me mov¨ªa por inspiraci¨®n sin pensar; era una artista que se comparaba a si misma con un pintor de miniaturas; en su trabajo cada pincelada, cada palabra, cada nombre de cada personaje, cada verso citado importa¡±, escribe Kelly, antes adentrarse en c¨®mo en sus novelas, aparentemente de costumbres, hay espacio para tratar la esclavitud, los abusos sexuales, las teor¨ªas evolutivas y los derechos de las mujeres. Los dramas livianos en fabulosos salones esconden mucho m¨¢s de lo que parece.
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Quiz¨¢ la afirmaci¨®n m¨¢s extrema de Kelly sea que ¡°las novelas de Jane no son rom¨¢nticas¡±, algo que enfurecer¨ªa a millones de fans. Ellas y ellos son los Janeites, t¨¦rmino inventado por George Saintsbury en 1894 y al que E M Foster confesaba estar adscrito (y por lo tanto ser ¡°un poco imb¨¦cil¡±). La estadounidense Deborah Yaffe se acerca a este fen¨®meno en Among the Janeites: A Journey Through The World of Jane Austen Fandom (entre Janeites: un viaje por el mundo de los fans de Jane Austen). ¡°Hubo un tiempo en el que declararte fan de Austen significaba que ten¨ªas un gusto refinado, la habilidad de disfrutar de una iron¨ªa mordaz, y de la caracterizaci¨®n sutil de los personajes. Hoy, probablemente, signifique que te ponen brit¨¢nicos apuestos en pantalones de montar a caballo¡±, escribe esta periodista, cuya investigaci¨®n la lleva a clubs de fans, a bailes de ¨¦poca o a un pueblo donde una mujer super¨® una ruptura matrimonial escribiendo secuelas a las novelas de Jane.
En The Making of Jane Austen (la gestaci¨®n de Jane Austen), la profesora de la Universidad de Arizona Devoney Looser se refiere a las hermanas Hill ¡ªla escritora Constance y la ilustradora Ellen¡ª como dos insignes y visionarias Janeites que marcaron senda. En 1902 su libro Jane Austen: her homes and friends (Jane Austen: sus hogares y amigos) narraba una ruta de peregrinaje por los escenarios de la vida y la obra de Austen. Y aunque a finales de la d¨¦cada de 1860 un sobrino de Jane empez¨® a reunir material de sus familiares y escribi¨® Memorias de Jane Austen, ¡ªsurgi¨® entonces el apelativo t¨ªa Jane, y Austen mut¨® en una especie de t¨ªa universal en el mundo anglosaj¨®n¡ª fueron las Hill quienes delimitaron el camino de la compulsiva obsesi¨®n por acercarse a la escritora de Orgullo y Prejuicio. ¡°La invenci¨®n de Jane Austen ha sido y continua siendo una extravangaza bizarra, sin precedente social, ni literario, ni hist¨®rico¡±, apunta Looser.
Est¨¢ claro que el matrimonio es el punto y final tradicional de las comedias, pero lo que realmente interesa a Austen son los malentendidos
Lo cierto es que cuatro a?os despu¨¦s de su muerte, Jane Austen ya era situada a la altura de Shakespeare por Richard Whateley, arzobispo de Dublin. ¡°Su talento para la observaci¨®n¡±, caus¨® y causa sensaci¨®n. Tambi¨¦n su extraordinario uso del di¨¢logo. James Wood el cr¨ªtico de The New Yorker la se?ala como gran maestra y pionera del discurso libre indirecto. Pero es en la veta teatral donde profundiza Paula Byrne en la edici¨®n ampliada de The Genius of Jane Austen (el genio de Jane Austen) que acaba de salir. Encuentra en la pasi¨®n de Austen por el teatro la clave para entender su obra. Jane a lo largo de toda su vida particip¨® en producciones y montajes teatrales privados, y acud¨ªa con frecuencia a ver obras. ¡°La visi¨®n popular que se tiene de ella es que era una novelista solo interesada en romances y casamientos. Est¨¢ claro que el matrimonio es el punto y final tradicional de las comedias, pero lo que realmente interesa a Austen son los malentendidos y encuentros incongruentes que ocurren por el camino no el final feliz¡±, escribe.
Las interpretaciones, obsesiones y pasiones por el mundo de Austen parecen no terminar nunca. Buena causa para celebrar. Porque como se advierte en Emma: ¡°Rara, muy rara vez la verdad completa forma parte de un intercambio; rara vez algo no acaba un poco disfrazado o un poco confundido¡±.
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