Abuelos
La alta definici¨®n identifica al abuelo clandestino en los Sanfermines, y tambi¨¦n a los j¨®venes que han corrido desobedeciendo al sentido com¨²n. No hay detalle que escape al ojo de halc¨®n
?rase un ni?o llamado Nicol¨¢s que cumple a?os el d¨ªa de San Ferm¨ªn y se r¨ªe mucho con los abuelos que corren en los encierros de Pamplona. Hace cuatro d¨ªas, uno de ellos, medio calvo y descalabrado, se dejaba curar una brecha en la cabeza, causada probablemente por un traspi¨¦s seguido de coscorr¨®n contra la acera.
¡°Cuando vuelva a casa, la abuela le dir¨¢: te lo tienes merecido por atontao. S¨®lo a ti se te ocurre correr a tu edad. Seguro que el toro pas¨® de largo porque le diste pena¡±, imaginaba el ni?o carcaje¨¢ndose, buscando m¨¢s abuelos entre los corredores.
No andaban descaminadas las fabulaciones infantiles porque hay pamplonicas que han corrido m¨¢s de cuarenta a?os y no asumen la hora del reuma y del retiro. Probablemente, mienten a la familia todas las ma?anas diciendo que van a escuchar las dianas de la banda municipal. Ocultan que el furtivo destino es un tramo poco expuesto donde obtener su dosis diaria de adrenalina haciendo como que corren.
La coartada funcion¨® hasta la irrupci¨®n de las 26 c¨¢maras de TVE, dos en tirolina para captar im¨¢genes a¨¦reas, tres slowmotion, cinco puntos de directo y 20 kil¨®metros de cableado para 875 metros de recorrido. La alta definici¨®n identifica al abuelo clandestino aunque se esconda en un portal, y tambi¨¦n a los j¨®venes que han corrido desobedeciendo a la novia, padres, hijos y nietos, y al sentido com¨²n aventur¨¢ndose en chancletas y con resaca.
No hay detalle que escape al ojo de halc¨®n. La c¨¢mara lenta permite saborear los esprints delante de las astas, pero asimismo recrea secuencias menos art¨ªsticas, como el visionado de los mondongos de un mozo entrado en carnes tras ser volteado tripa arriba por una cornada.
Creo que Nicol¨¢s no se dio cuenta porque andaba a la caza y captura de abuelos tundidos. Vistos por televisi¨®n, los testarazos y cogidas sobrecogen a los adultos pero algunas hacen re¨ªr a los ni?os.
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