Flamenco y son celebran en el Generalife al Lorca cubano
Un repaso po¨¦tico y musical a la relaci¨®n del poeta con el lugar en el que pas¨® ¡°los mejores d¨ªas¡± de su vida
El 4 de marzo de 1930, Federico Garc¨ªa Lorca dejaba atr¨¢s Nueva York y pon¨ªa camino a Cuba; en tren hasta Florida y de ah¨ª, en barco hasta La Habana. Tres d¨ªas despu¨¦s de abandonar Nueva York, el poeta pon¨ªa pie en Cuba. Tuvo una gran recepci¨®n pero aquello no hab¨ªa hecho m¨¢s que empezar. Todo ir¨ªa ganando en calidez, exuberancia y en emociones. La estancia original de un mes acab¨® superando los tres meses. Fue una estancia inolvidable para el poeta granadino pero, sobre todo, prol¨ªfica. En todos los sentidos. En el literario, en el de las relaciones sociales y personales y, por supuesto, en el de los encuentros amorosos. Esos tres meses, exactamente 98 d¨ªas, de exuberancia cubana son los que el dramaturgo y director teatral Francisco Ortu?o ha reunido en ?Oh Cuba! Federico Garc¨ªa Lorca. Son Cubano, la obra que centra la 16? edici¨®n de Lorca y Granada en los Jardines del Generalife, el ciclo que cada verano recuerda la ineludible vinculaci¨®n entre una ciudad y su poeta, entre Granada y Lorca.
?Oh Cuba! es un repaso po¨¦tico musical a los casi 100 d¨ªas de desenfreno lorquiano en la isla. 23 personas suben a escena y, a su frente, una elecci¨®n a priori sorprendente: Loles Le¨®n, la actriz que tanto ha frecuentado la comedia se pasea en el Generalife granadino por el v¨¦rtigo de la poes¨ªa, del baile y de la m¨²sica. Y supera la prueba. Cierto que en el estreno, la actriz arranc¨® algo nerviosa. Al poco, Le¨®n encontr¨® su espacio en escena y acab¨® bien asentada. Ella representa el duende ¨Cesa cosa que, precisamente, Lorca menciona por primera vez en Cuba¨C y toma un protagonismo que la actriz sabe manejar. Un duende, cuenta Ortu?o, ¡°que no est¨¢ ni en Andaluc¨ªa ni en Cuba, pero que forma parte de ese imaginario, de ese dislate de lo cubano y los espa?ol¡±. Al final del estreno, Le¨®n coment¨® a este diario su felicidad y su emoci¨®n ante un estreno ¡°muy m¨¢gico¡±, coment¨®.
M¨¢s all¨¢ de Loles Le¨®n, ?Oh Cuba! es una gran obra coral. La m¨²sica, responsabilidad de Antonio Carmona y Diego Franco, es excelente, tanto en su creaci¨®n como en su interpretaci¨®n. Al fondo del escenario, diez m¨²sicos, flamencos y cubanos, han conseguido una relaci¨®n perfecta, se dir¨ªa que tal cual le ocurri¨® a Lorca con la isla, con su m¨²sica y con sus m¨²sicos. Se dice que, casi a diario, Lorca frecuentaba los garitos donde los negros cubanos tocaban su son y ¨¦l, con buen o¨ªdo musical, agarraba las claves y se un¨ªa al grupo y provocaba las risas de unos y otros. Algo as¨ª ocurre en el Generalife, flamenco y son cubano saben entenderse y cada uno hace mejor al otro.
Especialmente afortunadas son las piezas de Carmona, ex de Ketama. ?ste explica que su intenci¨®n ha sido representar a trav¨¦s de la m¨²sica ¡°a un Lorca muy feliz, que tiene en la isla unas vivencias tan diferentes de las de Nueva York y por supuesto de Granada. Fueron tres meses con una manera de vivir y sentir diferentes a todo lo anterior¡±. ¡°Es muy fuerte lo que vivi¨® literariamente, socialmente, sexualmente all¨ª¡±, concluye el m¨²sico que, comenta, conoce muy bien Cuba y que, el d¨ªa antes del estreno, mientras caminaba por las cuestas granadinas explicaba a este diario su estado de ¨¢nimo: ¡°Estoy en mi casa, en Granada, de aqu¨ª somos los Habichuelas. Esto es una responsabilidad enorme¡± dec¨ªa.
Francisco Ortu?o, el director, coincide. Para ¨¦l, ¡°la ¨¦poca cubana de Lorca representa un para¨ªso, un lugar en el que ¨¦l mismo dice que ha vivido los mejores d¨ªas de su vida¡±. Esa alegr¨ªa, esa luminosidad, es la que aparece en las casi dos horas de espect¨¢culo. Ortu?o insiste en la fecundidad de Lorca durante su estancia cubana. ¡°All¨ª conoce a Prokofiev, a Alejo Carpentier y a Nicol¨¢s Guill¨¦n y tiene una vida intensa en todos los sentidos. Por supuesto, tambi¨¦n a nivel literario¡±. De hecho, Lorca escribe As¨ª pasen cinco a?os, retoca La zapatera prodigiosa y El P¨²blico, y da numerosas conferencias, generalmente retocando las que ya hab¨ªa dado.
?Oh Cuba!, que se representa en los jardines del Generalife hasta el 26 de agosto, es una obra sobre Lorca y, en cierta medida, escrita o cuanto menos hilvanada por el propio Federico. Su hilo conductor son los numerosos textos po¨¦ticos que Lorca escribi¨® ¨Cpero sobre todo reescribi¨®¨C en la isla. Eran textos que, adem¨¢s, han quedado all¨ª porque el poeta se los daba a unos y otros. De ese material vive la obra. ¡°Utilizamos estas versiones originales que ¨¦l dej¨® en la isla, y que son muy diferentes a las publicadas¡±, cuenta el director. Para ¨¦l, ?Oh Cuba!, no pretende ser una obra de teatro al uso. ¡°La m¨²sica y la danza no tienen hueso, de modo que entra directa a la vena¡±, concluye el director. Y tiene raz¨®n. ?Oh Cuba! son siete escenas, siete momentos cubanos de Federico, que con su propia poes¨ªa y la m¨²sica y el baile del pueblo andaluz y cubano nos permiten celebrar al Federico habanero o santiaguero. En definitiva, al Garc¨ªa Lorca m¨¢s feliz que existi¨®.
Lorca al completo
El ciclo 'Lorca y Granada en los jardines del Generalife' cumple con ¨¦sta su decimosexta edici¨®n. Naci¨® con 2002 con 'Bodas de Sangre', dirigido por Antonio Gades. Al a?o siguiente, Jos¨¦ Carlos Plaza como director y Cristina Hoyos como core¨®grafa, pusieron en pie 'Yerma'. Desde entonces, bajo la direcci¨®n de artistas como Mario Maya, Eva Yerbabuena, Rafael Amargo, Fuensanta Lamoneta o Blanca Li, este ciclo que quiere aunar a una ciudad con su poeta m¨¢s internacional ha alcanzado cotas de altura art¨ªstica excepcional. En la ¨²ltima d¨¦cada, la genialidad y m¨¢xima brillantez es asunto de Blanca Li, cuyo el Poeta en Nueva York maravill¨®. Tanto que repiti¨® dos a?os seguidos.
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