La sangre de las vacas

Si Ulrich Seidl lleg¨® a la conclusi¨®n de que la mejor v¨ªa de acceso al alma austr¨ªaca estaba en todo aquello que sus compatriotas ocultaban En el s¨®tano (2014), Mariano Cohn y Gast¨®n Duprat, directores de las agud¨ªsimas El hombre de al lado (2009) y El ciudadano ilustre (2016), parecen tener claro que preguntarse por el asado es el camino m¨¢s corto para preguntarse por el alma argentina. Las conclusiones que saca el t¨¢ndem de cineastas no son necesariamente m¨¢s tranquilizadoras que las que extrajo Seidl en su ruta por el bajo vientre de los hogares austr¨ªacos, aunque Todo sobre el asado prefiera desestimar la inquietante ¨Caunque en el fondo bienhumorada- neutralidad del autor de la trilog¨ªa Para¨ªso para proponer una suerte de visita guiada a trav¨¦s de las variables de un ritual alimenticio que es se?a identitaria, pero tambi¨¦n signo evidente de ese primitivismo brutal sobre el que se asienta una civilizaci¨®n que, como en La sangre de las bestias (1949) de Georges Franju, prefiere relegar al fuera de campo o al eufemismo los extremos m¨¢s inc¨®modos de su sustento.

Hay pocas voces disidentes en este documental de naturaleza itinerante y estructura fragmentaria en el que, a menudo, se contempla a la vaca argentina casi como si fuera la ¨²ltima palabra en instalaciones art¨ªsticas deconstruidas: un antrop¨®logo y psicoanalista aborda el impulso homosexual latente en el ritual masculino de sentarse alrededor de un asado; mientras que una activista en favor de los derechos de los animales ofrece el aliviador contrapunto a la insistente autosatisfacci¨®n de la polifon¨ªa carn¨ªvora. A Todo sobre el asado se le podr¨ªa reprochar una cierta estrategia de nadar y guardar la ropa ¨Csin duda, no parece la obra de dos vegetarianos-, pero su costumbrismo de galer¨ªa de arte contempor¨¢neo aporta no pocas observaciones altamente incisivas.