¡®Talacheros F.C.¡¯, los ¨ªdolos del f¨²tbol de barrio

¡°??chenle, cabrones!¡±, grita uno de los entrenadores regordetes a sus jugadores. Sus jugadores dejan de lado sus roles como campesinos, carniceros y empleados para enfundarse los uniformes del Barcelona, del Milan e incluso del Deportivo La Coru?a. Ellos son los talacheros. El t¨¦rmino talacha, aceptado por la Real Academia, remite al trabajo de los mec¨¢nicos que remiendan los neum¨¢ticos. Estos jugadores de barrio parchan su vida con un bal¨®n y de paso ganan un poco de dinero.

Este mundo del f¨²tbol m¨¢s elemental lo muestran los directores mexicanos Gabriel Villegas y Mariano V. Osnaya en su documental Talacheros F.C. (2017) a proyectarse, en M¨¦xico, este domingo 23 de julio por Canal Once (22.00 horas).?Los futbolistas de los llaneros y, para los m¨¢s afortunados, del c¨¦sped, han desarrollado desde a?os un modelo para volver a la infancia, patear un bal¨®n y conseguir dinero, desde 50 pesos (tres d¨®lares) hasta los 2.000 (115 d¨®lares).

En las distintas canchas de los barrios populares de la Ciudad de M¨¦xico y en el Estado de M¨¦xico deambulan futbolistas rechazados, los que recibieron falsas esperanzas y algunos que encuentran en esos partidos una excusa para reunir a los viejos amigos. ¡°A la gente le encanta cuando llegas con las c¨¢maras y les reconozcas su oficio¡±, comenta Villegas, cineasta formado en Barcelona.

Los a?ejos coinciden con los chicos que a¨²n aspiran a llegar a la primera divisi¨®n como el espigado ?dgar Leyva de 20 a?os. ¡°Si [Carlos] Salcido pudo con 25, yo puedo¡±, anhela el joven. Salom¨®n Konde, dej¨® su natal Camer¨²n, para jugar en el f¨²tbol colombiano y termin¨® sin llegar a la elite. Ahora corre por las canchas con una camiseta del Milan como una de las figuras de su equipo.

El partido empieza con un bal¨®n que es m¨¢s duro que cualquiera de las piedras que puedan estar en el llano. La estela de polvo deja entrever los amagues y los chutes que hacen estos futbolistas. La gente celebra los partidos con m¨²sica tradicional. En el documental se muestra el inter¨¦s de peque?os inversores para tener un equipo y ganar los torneos de liga con un premio de 50.000 pesos (unos 3.000 d¨®lares). Algunos de los partidos terminan en peleas campales y con la intervenci¨®n de la Polic¨ªa. ¡°Es una rama m¨¢s de la econom¨ªa informal de nuestro pa¨ªs¡±, considera en Talacheros F.C. el periodista Enrique Ballesteros.

Antes de que el argentino Dami¨¢n Zamogilny se convirtiera en una figura del Puebla F.C. tuvo que ser talacha. El jugador apodado el Ruso fue seducido por un par de agentes para jugar en M¨¦xico y, con el tiempo, le abandonaron. Tuvo que jugar un periodo sobre estas canchas ¨¢ridas. ¡°Me empezaron a jalar a ese mundo y durante tres a?os estuve participando¡±, menciona el ahora comentarista por televisi¨®n, quien termin¨® fichado por C¨¦sar Luis Menotti.

La idea de Talacheros F.C. germin¨® en 2012 cuando Villegas se enter¨® de que una comunidad de futbolistas africanos jugaban por la central de abastos, el mercado al mayoreo m¨¢s grande de la Ciudad de M¨¦xico. Pero cuando se dispuso a investigar ya no hab¨ªa alguna cancha, sino un centro comercial. As¨ª que empez¨® a preguntar por las principales ligas de f¨²tbol llanero. ¡°La pregunta clave fue ?d¨®nde est¨¢ la mejor talacha? Los jugadores nos iban recomendado lugares. Fueron 30 d¨ªas de grabaci¨®n durante un a?o. Se edit¨® y se hizo un teaser (adelanto). La idea original era hacer un documental para cine, pero no tuvimos fondos¡±, explica Gabriel Villegas.

Y es que de esos rudimentarios campos de f¨²tbol surgi¨® uno de los ¨²ltimos ¨ªdolos de barrio mexicanos, Cuauht¨¦moc Blanco. El exjugador del Am¨¦rica iba de cancha a cancha a quebrarles la cintura a los rivales y a forjar su car¨¢cter. ¡°En el llano se da un contacto real con la gente, la pasi¨®n la viven m¨¢s que en el nivel profesional por todo lo que implica¡±, opina Villegas.?Talacheros F.C. le da al aficionado una esperanza de que, en alg¨²n futuro, muy lejano, volver¨¢ a surgir uno de los suyos.