Pobre imagen de la terna frente a una desigual novillada en Las Ventas
Solo el colombiano Guillermo Valencia mostr¨® un concepto cl¨¢sico del toreo
Verdaderamente, la situaci¨®n del escalaf¨®n novilleril es preocupante. Para consternaci¨®n de los aficionados, apenas hay en la actualidad un pu?ado de chavales que ilusionen e inviten a ir a la plaza. Todos son iguales. Todos plantean las mismas faenas. Todos se colocan igual (de mal). Falta pasi¨®n, falta frescura, falta verdad. Es cierto que se dan pocas novilladas, que las oportunidades escasean y que no es f¨¢cil adquirir el oficio. Por eso, desaprovechar un pase¨ªllo en una plaza importante es imperdonable. Y m¨¢s, si esa plaza es Madrid.
Nunca antes en Las Ventas se hab¨ªan dado tantas novilladas fuera de abono. Progresivamente, y ante el silencio c¨®mplice del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, las corridas de toros han sido eliminadas casi en su totalidad. Este verano, por ejemplo, tan solo se celebrar¨¢ un festejo mayor en los meses de julio y agosto, concretamente el pr¨®ximo d¨ªa 15. Inaudito e intolerable.
Y lo peor de todo es que no hay novilleros para ocupar tantos puestos. S¨ª, claro que los hay, a pu?ados, pero casi ninguno tiene la trayectoria ni las condiciones para dotar de inter¨¦s este tipo de festejos. Al margen de nombres como los de ?ngel S¨¢nchez o Jes¨²s Enrique Colombo, que este a?o han dado la cara y han ilusionado con sus respectivas actuaciones en Las Ventas, ?qu¨¦ j¨®venes aspirantes a matador de toros han justificado su presencia (algunos por partida doble) en la primera plaza del mundo?
Ese fue el caso de los tres que hicieron el pase¨ªllo en el ¨²ltimo festejo clasificatorio del Certamen Internacional de Novilladas Nocturnas organizado este verano en el coso madrile?o y que tendr¨¢ su final el pr¨®ximo s¨¢bado. Guillermo Valencia, Luis Manuel Terr¨®n y Fernando Flores -estos dos ¨²ltimos sobre todo-, demostraron que para ser torero hace falta algo m¨¢s que voluntad. Ante un p¨²blico f¨¢cil y triunfalista, dieron muchos pases, pero apenas dejaron un detalle de arte y torer¨ªa.
DE ROBLES / VALENCIA, TERR?N, FLORES
Novillos de Ara¨²z de Robles, bien presentados, lustrosos y en tipo, a excepci¨®n de 1? y 2?, m¨¢s justos. De juego desigual: 1?, muy flojo; 2?, encastado; 3? y 4?, mansos y descastados; 5? y 6?, nobles con movilidad.
Guillermo Valencia: pinchazo, media estocada delantera y atravesada que escupe y tres descabellos (silencio tras aviso); pinchazo y estocada delantera y ca¨ªda (silencio tras aviso).
Luis Manuel Terr¨®n: pinchazo hondo y dos descabellos (silencio tras aviso); espadazo casi entero delantero y desprendido y un descabello (ovaci¨®n con saludos tras aviso y leve petici¨®n).
Fernando Flores: pinchazo y estocada (silencio); estocada (vuelta al ruedo tras petici¨®n).
Plaza de toros de Las Ventas. ?ltima novillada clasificatoria del Certamen Internacional de Novilladas Nocturnas. Algo m¨¢s de un cuarto de entrada (6.345 espectadores).
Todo ante una novillada de Ara¨²z de Robles que, sin ser ninguna maravilla, sorte¨® hasta tres ejemplares con opciones. El encastado segundo y los nobles quinto y sexto, se movieron y ofrecieron unas cuantas embestidas m¨¢s que aprovechables.
Pero ni por esas. Luis Manuel Terr¨®n, por ejemplo, se empe?¨® en quitarle siempre el enga?o de la cara al codicioso segundo, un animal a veces rebrincado que, sin embargo, meti¨® la cara por abajo con transmisi¨®n. Con la figura abocada y sin temple alguno, se jale¨® as¨ª mismo y parte del p¨²blico se contagi¨®. Frente al noble quinto se repiti¨® la historia. Tanto es as¨ª que, tras un espadazo delantero y desprendido y un golpe de descabello, ?algunos le pidieron la oreja! Afortunadamente el presidente no la concedi¨® y todo qued¨® en una ovaci¨®n con saludos.
Tambi¨¦n hubo petici¨®n de trofeo para Fernando Flores en el sexto. Y tiene delito. El extreme?o, al que en tercer lugar correspondi¨® un utrero manso y muy parado, desaprovech¨® al buen ¨²ltimo. Vulgar y despegado, destacaron, ¨²nicamente, sus ganas.
Silenciado en ambos turnos, el colombiano Guillermo Valencia, quien, al menos, quiso colocarse en el sitio y mostr¨® un concepto cl¨¢sico del toreo, pero qued¨® pr¨¢cticamente in¨¦dito tras sortear el peor lote. Al blando primero no le pudo exigir ni bajar la mano y tambi¨¦n se estrell¨® con el manso y descastado cuarto.
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