Jane Austen: dinero y matrimonio
M¨¢s all¨¢ de los romances que recorren sus novelas, los libros de la escritora trazan una historia econ¨®mica de Inglaterra
Las novelas de Jane Austen hablan de amor y dinero. Esa es una de las razones de que est¨¦ en la lista de los autores decimon¨®nicos m¨¢s le¨ªdos. Desde su muerte a los 41 a?os ¡ªacaban de cumplirse dos siglos de su fallecimiento¡ª, el culto a la escritora no ha dejado de crecer. ¡°Su lugar y significado en la cultura tambi¨¦n han cambiado a medida que la sociedad ha cambiado¡±, explic¨® en un art¨ªculo reciente The Economist. Henry James la situaba al nivel de Shakespeare, Cervantes y Henry Fielding (precisamente, Fielding y Samuel Richardson eran dos de los novelistas que m¨¢s admiraba).
Entran en juego los c¨¢lculos, las rentas, la situaci¨®n de todos los dem¨¢s personajes, incluyendo las cazadoras (y cazadores) de fortunas
Pero las obras de Austen no solo sirven para explicar una ¨¦poca, unas costumbres, m¨¢s o menos satirizadas gracias a la fina iron¨ªa de la voz narradora; no son solo indagaciones en el alma humana con personajes que intercambian di¨¢logos llenos de humor y dobles intenciones, ni retratos de los sentimientos. Han suscitado discusiones sobre el pensamiento pol¨ªtico, filos¨®fico y econ¨®mico que encierran.
Seg¨²n The Economist, sus novelas contienen una parte de la historia econ¨®mica de Inglaterra: ¡°La riqueza de los terratenientes, que domin¨® el siglo XVIII, estaba siendo suplantada por la riqueza monetaria, que lleg¨® a dominar el siglo XIX. Entre 1796, cuando Austen comenz¨® Orgullo y prejuicio, y 1817, cuando muri¨® mientras escrib¨ªa Sanditon, la tierra y el dinero se encontraban en una ¨¢spera e inc¨®moda igualdad. En este equilibrio cambiante estaban los fundamentos tanto de la prosperidad comercial del mundo anglosaj¨®n como de gran parte del drama y el humor de los libros de Austen¡±.
Los economistas han prestado atenci¨®n a las novelas de Austen. ¡°El pensamiento econ¨®mico de Austen se puede entender al analizar tres temas principales en sus novelas: la pobreza, la acumulaci¨®n de capital humano y el mercado matrimonial¡±, asegura Darwyyn Deyo en International Journal of Pluralism and Economics Education. Tambi¨¦n Cecil E. Bohanon y Michelle Albert Vachris se acercan a las novelas de Austen desde una perspectiva econ¨®mica en Pride and Profit: The Intersection of Jane Austen and Adam ?Smith (Lexington Books, 2015). Y en Jane Austen, Game Theorist (Princeton University Press, 2013), Michael Chwe hace una lectura de sus novelas como una puesta en pr¨¢ctica del pensamiento estrat¨¦gico y la teor¨ªa de juegos ¡ªherramienta clave de la teor¨ªa econ¨®mica para comprender c¨®mo las personas toman decisiones¡ª antes de que se llamara as¨ª.
Como ha escrito la experta de la Universidad de Berkeley Shannon Chamberlain, ¡°no es un secreto que las novelas de Austen est¨¢n fascinadas por la microeconom¨ªa de tres o cuatro familias de una aldea campesina de la que hizo el tema de su vida¡±. En sus obras la econom¨ªa familiar se f¨ªa a la consecuci¨®n de un buen matrimonio ¡ªlo que signifique bueno depender¨¢ de las aspiraciones familiares¡ª.
Sus libros son en parte un estudio del mercado matrimonial: ¡°Es una verdad universalmente aceptada que un soltero con posibles ha de buscar esposa¡±, escribe en la primera l¨ªnea de Orgullo y prejuicio. Sentido y sensibilidad, la primera en publicarse y que puede leerse bajo el influjo de Teor¨ªa de los sentimientos morales, de Adam ?Smith, habla sobre todo de dinero. Presenta la situaci¨®n de desamparo en la que quedan las Dashwood una vez que muere el padre y la casa en la que viven pasa a su hermanastro. Austen y su hermana y confidente Cassandra se quedaron en una situaci¨®n parecida tras la muerte de su padre debido a las leyes sobre la herencia ¡ªmuchas de las tramas y subtramas de las novelas de Austen est¨¢n guiadas por el asunto de las herencias¡ª. Pero eso ser¨¢ solo una de las circunstancias que condicionar¨¢n el destino de las se?oritas Dashwood, porque luego entran en juego los c¨¢lculos, las rentas, la situaci¨®n de todos los dem¨¢s personajes, incluyendo las cazadoras (y cazadores) de fortunas. ¡°Pero ciertamente no hay tantos hombres de gran fortuna en el mundo como hay mujeres bonitas que los merecen¡±, escribe el narrador de Mansfield Park.
En Orgullo y prejuicio la se?ora Bennet busca asegurarse un buen futuro a trav¨¦s de las hijas, cas¨¢ndolas bien, es decir, buscando el ascenso social a trav¨¦s del matrimonio. En ese momento era la ¨²nica manera. Y lo mismo le sucede a la protagonista de Mansfield Park. Pero algunas de sus hero¨ªnas se rebelan, a su manera, contra eso: se niegan a ser mercanc¨ªa, a contradecir sus sentimientos (o imponerlos) solo para asegurarse una posici¨®n c¨®moda.
La ingeniosa y encantadoramente impertinente Elizabeth Bennet en Orgullo y prejuicio se burla de la hipocres¨ªa del matrimonio ante las preguntas de su t¨ªa a prop¨®sito del posible compromiso de Wickham: ¡°Querida t¨ªa, en cuestiones matrimoniales, ?cu¨¢l es la diferencia entre el inter¨¦s y la prudencia? ?D¨®nde termina la discreci¨®n y empieza la avaricia? En Navidad tem¨ªa usted que se casara conmigo, porque hacerlo ser¨ªa una imprudencia; y ahora, cuando trata de conseguir a una chica con un modesto capital de 10.000 libras, concluye usted que solo le mueve el inter¨¦s¡±.
La opini¨®n sobre el matrimonio de la segunda de las Bennet ya hab¨ªa sido expuesta: ¡°Siempre le hab¨ªa parecido que la opini¨®n de Charlotte sobre el matrimonio no era exactamente igual a la suya, pero nunca hubiera cre¨ªdo posible que, en el momento de elegir, sacrificara todo noble sentimiento a las ventajas materiales¡±. Los c¨¢lculos de Charlotte, sin embargo, son otros: ¡°Aunque no ten¨ªa demasiada buena opini¨®n ni de los hombres ni del matrimonio, casarse hab¨ªa sido siempre su meta, ya que se trataba de la ¨²nica manera honorable de que una joven bien educada, pero con pocos medios de fortuna, se asegurara el porvenir y, aunque incierto como fuente de felicidad, el v¨ªnculo matrimonial representaba la manera menos desagradable de cubrir sus necesidades. Lograrlo a los 27 a?os y sin ser guapa hac¨ªa que Charlotte se considerase una mujer afortunada¡±.
Todas las novelas de Austen acaban bien, las chicas se casan, enamoradas, con hombres buenos y bien situados (incluso para Anne Elliot, la protagonista de Persuasi¨®n). Pero las cosas no fueron as¨ª para la escritora, que llev¨® a la pr¨¢ctica lo que sus hero¨ªnas solo predicaban y, aunque estuvo comprometida en dos ocasiones, nunca se cas¨®. Pero ella no ten¨ªa que fiarlo todo a un buen matrimonio: ten¨ªa sus novelas.
Aloma Rodr¨ªguez es autora de Los idiotas prefieren la monta?a (Xordica).
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