¡®Space Oddity¡¯
Besson propone una barroca 'space-opera' emborrachada de fosforescencias digitales
Cuando alg¨²n ¨¢lbum de las aventuras de Valerian y Laureline cae por primera vez en manos de un incondicional de la saga gal¨¢ctica de George Lucas, basta esperar unos pocos segundos para que aflore el brillo del reconocimiento en su mirada. Nacida en 1967, dibujada por Jean-Claude M¨¦zi¨¨res con gui¨®n de Pierre Christin, esta serie que quer¨ªa discutir el gaullismo desde el espacio exterior y que model¨® a su protagonista femenina siguiendo las ense?anzas de Simone de Beauvoir proyect¨® una influencia insoslayable sobre el cuerpo central del imaginario de la ciencia-ficci¨®n cinematogr¨¢fica o dibujada inmediatamente posterior. Las aventuras de Valerian y Laureline son, entre otras muchas cosas, el puente entre el clasicismo de Pilote y los delirios lis¨¦rgicos de M¨¦tal Hurlant, as¨ª como la influencia central en la g¨¦nesis de Dani Futuro, personaje creado por Carlos Gim¨¦nez y V¨ªctor Mora que funcion¨® como verdadero portador de modernidad en el tebeo espa?ol de finales del franquismo.
VALERIAN Y LA CIUDAD DE LOS MIL PLANETAS
Direcci¨®n: Luc Besson.
Int¨¦rpretes: Dane DeHaan, Cara Delevingne, Clive Owen, Rihanna.
G¨¦nero: ciencia-ficci¨®n.
Francia, 2017
Duraci¨®n: 137 minutos.
Si en El quinto elemento (1997), pel¨ªcula que cont¨® con la participaci¨®n de M¨¦zi¨¨res en el apartado de dise?o, Luc Besson intent¨® fundir la descendencia ¨CThe Long Tomorrow de Moebius y Dan O¡¯Bannon- con los or¨ªgenes ¨CValerian y Laureline-, su ¨²ltima pel¨ªcula le permite saldar por todo lo alto esa considerable deuda personal. Partiendo de El embajador de las sombras, sexto ¨¢lbum de la serie, el director propone aqu¨ª una barroca space-opera emborrachada de fosforescencias digitales donde prevalece la ligereza por encima de la trascendencia. Algunas de sus soluciones narrativas son brillantes ¨Cel pr¨®logo a los sones de Bowie- y la est¨¦tica traslada con fidelidad ese toque M¨¦zi¨¨res de hacer convivir a nivel de igualdad trazo realista y trazo sat¨ªrico, del mismo modo que lo humano y lo estramb¨®ticamente alien¨ªgena se reparten espacio en el plano. Se nota un cierto esfuerzo por aportar cohesi¨®n narrativa a un relato que, en el papel, confiaba demasiado en la complicidad del lector ya iniciado.
Cara Delevingne, pese a su look tan poco barbarelliano, intenta sintonizar su insolencia con la de Laureline, pero o bien a Dane DeHaan, o bien a Besson parece haberles dado miedo que Valerian sea una figura tan cuestionada como en la vi?eta. Aunque parezca que el g¨¦nero est¨¦ viviendo un periodo de esplendor productivo en el cine contempor¨¢neo, pel¨ªculas como Valerian y la ciudad de los mil planetas demuestran que rara vez encontramos lo que aqu¨ª florece con loable generosidad: leg¨ªtimas ideas de ciencia-ficci¨®n.
Babelia
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