¡°El nacionalismo espa?ol no existe¡±
Personajes espa?oles responden a preguntas similares a las que ya contestaron hace a?os
Albert Boadella (Barcelona, 1943) defiende con entusiasmo el papel desacralizador del teatro. El que fuera director durante m¨¢s de medio siglo, hasta 2012, del grupo catal¨¢n Els Joglars, est¨¢ al frente, desde 2008, de los Teatros del Canal, buque insignia de las artes esc¨¦nicas de la Comunidad de Madrid. En su amplio despacho de esta sede, Boadella, que vive a caballo entre su casa del Ampurd¨¢n y diversos hoteles de la capital espa?ola, responde con su habitual franqueza a las preguntas.
?Va a votar en las pr¨®ximas elecciones? Febrero de 1996, v¨ªsperas de las elecciones generales:Voy a votar al PSC porque soy un convencido socialista. Es decir, me gusta ir contra natura, la naturaleza hace a la gente desigual, y no s¨®lo no estoy por aprovecharme de estas diferencias, sino todo lo contrario, estoy por tratar de atenuarlas. 2014:S¨ª, siempre voto. Jam¨¢s me he abstenido. M¨¢s que una obligaci¨®n como ciudadano, es una contribuci¨®n personal al colectivo. Si uno se abstiene, no puede decir nada, hay que callar.
?Ser¨ªa ¨¦ste un buen momento para el teatro?Agosto de 1992:La funci¨®n que el teatro ha tenido hace 2.000 a?os, la de ser un rito de la inteligencia donde se pueda clarificar y visualizar el caos, incluso el caos que existe en la mente del espectador, hemos de recuperarla. Y tenemos que evitar el mecenazgo del Estado, que, finalmente, crea un vasallaje.2014:Si hubiera vivido con los griegos, en la ¨¦poca de Moli¨¨re, de Shakespeare o del Siglo de Oro, quiz¨¢ dir¨ªa que no. Pero en este momento s¨ª que hay un aspecto muy importante del teatro que es la recuperaci¨®n del rito directo, frente a la cantidad de medios enlatados que hay. Todo nos viene por ondas, por p¨ªxeles¡, por tanto este ritual directo toma una nueva dimensi¨®n que no hab¨ªa tenido en la historia. En ese aspecto s¨ª es un buen momento.
?C¨®mo ve la evoluci¨®n del teatro catal¨¢n desde 1979?Diciembre de 1984:Creo que antes era mucho m¨¢s divertido; claro que siempre existe el peligro de decir que todo iba mejor con la dictadura. Ciertamente, hab¨ªa menos p¨²blico, pero era mucho m¨¢s apasionado. Hoy hay m¨¢s p¨²blico, hay m¨¢s medios, quiz¨¢ han surgido m¨¢s iniciativas; pero se ha desarmado pasionalmente al teatro y ha tomado la funci¨®n de la cultura con may¨²sculas, y a m¨ª me cabrea que el teatro sea cultura. Me da una sensaci¨®n muse¨ªstica, de sarc¨®fago; no me gusta estar en el apartado cultural, preferir¨ªa que el teatro estuviera en las p¨¢ginas pol¨ªticas o de sociedad.2014:El teatro catal¨¢n arranca en la Transici¨®n con muy buen equipaje, porque ha cambiado la forma empresarial de producci¨®n. Los grupos somos nuestros propios empresarios. Hay un momento de gran expansi¨®n. Renacen grupos que practican expresiones teatrales muy distintas, pero todo eso acaba cuando pasa a ser m¨¢s importante lo catal¨¢n que lo art¨ªstico. Y a partir de aqu¨ª, esta expansi¨®n que tuvo una repercusi¨®n muy grande en el conjunto de Espa?a se va empeque?eciendo y entramos en un c¨ªrculo cerrado donde las cosas tienen que ver con lo que llamamos principios fundamentales del movimiento. Los que no tienen estos principios, pasan a ser cosas marginales. Es decir, que hay un retroceso en la libertad.
?Hay que subvencionar el teatro?
Diciembre de 1984:
Pienso que es necesario entender el teatro como una cosa no obligatoriamente ruinosa. El dinero p¨²blico ha de invertirse en un proceso de reconversi¨®n del teatro; para una pol¨ªtica de infraestructura, por ejemplo, que libere a las compa?¨ªas del peso de disponer de locales. Hay que ir cada vez m¨¢s a subvencionar menos, si no ser¨¢ tr¨¢gico. Hay que acostumbrar al espectador a que pague lo que en realidad cuesta el teatro. Prefiero entenderme directamente con el espectador y decirle: ¡°Mire, usted tendr¨¢ que pagar el doble, pero tendr¨¢ una ventaja, que a m¨ª no me subvenciona nadie y que, por tanto, puedo decir lo que me d¨¦ la gana¡±.
2014:
Es muy dif¨ªcil decir que no cuando todo est¨¢ subvencionado. Yo soy m¨¢s partidario de las ventajas fiscales, que tienen una enorme cualidad, y es que son democr¨¢ticas. Es decir, si tenemos un IVA reducid¨ªsimo, o igual a cero, ese IVA es para toda la gente que hace teatro. Por tanto, yo ser¨ªa partidario de cambiar la ley de mecenazgo que hay ahora, que es un aut¨¦ntico desastre, por una nueva que diera a las empresas la posibilidad de desgravaciones importantes en los temas culturales y al mismo tiempo que el propio Estado tuviera en cuenta estas cuestiones desde el punto de vista fiscal. La subvenci¨®n directa acaba implantando lo que yo llamo el tributo de vasallaje del artista hacia el poder.
Si su objetivo es ir contra el poder, ?c¨®mo ha podido sobrevivir?
2010, director de los Teatros del Canal de Madrid:
Es cierto que hoy tenemos que tener todos los artistas un alto sentido de la diplomacia, porque se produce una convivencia complicada con los nuevos mecenas, que son las Administraciones p¨²blicas. No siempre es f¨¢cil encontrar un equilibrio, no se puede morder constantemente la mano que te da de comer. De ah¨ª que hayamos intentado siempre ser muy autosuficientes. No hay que olvidar que s¨®lo un 6% de nuestro presupuesto anual es subvencionado. Por otra parte, no sabr¨ªamos hacer una obra sin hacer un reparto de personajes justo. Y ahora casi somos censores de la realidad, porque si la contamos tal cual es, igual no nos creen.
2014:
Se sobrevive gracias al p¨²blico. Cuando uno hace un producto que seduce a una clientela, por hablar en t¨¦rminos comerciales, pues es dif¨ªcil que no tenga ¨¦xito. Yo pas¨¦ 52 a?os dirigiendo Els Joglars. Ten¨ªamos una subvenci¨®n muy baja, pero llen¨¢bamos los teatros y era el p¨²blico el que nos pagaba y eso te daba libertad. Claro, el p¨²blico condiciona mucho tambi¨¦n. De hecho, es el peligro m¨¢s grande para la libertad del artista. En una sala de teatro es muy f¨¢cil re¨ªrse de los que est¨¢n fuera, pero es mucho m¨¢s complicado satirizar a los que est¨¢n dentro. El p¨²blico se vuelve adicto a lo que haces y si cambias te puede abandonar. Yo lo s¨¦ bien porque a m¨ª me ocurri¨® en Catalu?a. Me enfrent¨¦ a una sociedad y lo pagu¨¦ con mi destierro. Pero es el precio de la libertad. Ahora el 90% de los artistas est¨¢n de acuerdo todos en lo mismo, ellos y el p¨²blico. Eso lo encuentro tr¨¢gico. No hay ning¨²n artista que defienda el orden p¨²blico, por ejemplo. Luego hay un problema de libertad, del artista que no quiere enfrentarse a su propio p¨²blico.
?Le agobia m¨¢s el nacionalismo catal¨¢n que el espa?ol?
Julio de 1999:
Hoy, s¨ª. Tenemos un himno nacional que no tiene letra. ?Cabe mayor civilizaci¨®n?
2014:
El nacionalismo espa?ol no existe, es una cosa residual. Al que lleva el escudo de Espa?a en el coche le llaman facha. En cambio, hay una emergencia de estos nacionalismos perif¨¦ricos, el catal¨¢n y el vasco. Yo creo que lo que ha emergido tiene que ver con lo que sucede en Europa. Emerge el mundo reaccionario, esa vinculaci¨®n con la tierra, la insolidaridad como elemento esencial. Lo estamos viendo con Le Pen, con los holandeses¡, el nacionalismo forma parte de esta misma corriente. Lo parad¨®jico es que la gente piense que el nacionalismo catal¨¢n es de izquierdas. Si algo define a la izquierda es esa idea de solidaridad plurinacional. La posici¨®n nacionalista es enormemente reaccionaria.
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